
La planta española de Ford perderá el grueso de la producción de los motores que fabrica en la actualidad. Así lo comunicó la propia compañía en un comunicado difundido este jueves: "Ford producirá la nueva generación de motores Ecoboost 2.0 y 2.3 en Norteamérica a partir de 2022. Los actuales motores 2.0 y 2.3 Ecoboost se fabrican actualmente en la planta de motores de Valencia y en otras plantas de Ford en el mundo", detalló la enseña del óvalo. Según ha podido confirmar elEconomista, ambos modelos -de los que derivan varias familias con especificidades- son los únicos motores que produce la industria radicada en Almussafes.
El principal argumento de Ford para acometer este cambio es que Norteamérica era ya el principal destino de este producto, según Ford. "Más del 90% de los actuales motores Ecoboost fabricados en la planta de motores de Valencia se exportan a Norteamérica para ser instalados en vehículos norteamericanos. Esta decisión situará la producción del nuevo motor más cerca de las operaciones de ensamblaje de los vehículos implicados y mejorará nuestra eficiencia global de fabricación", precisaron.
"Mazazo"
Carlos Faubel, representante de UGT en la factoría, apuntó al respecto que actualmente hay 980 empleados en la fabricación de motores de un total de 7.400 trabajadores, de modo que el empleo que queda en el aire por esta medida equivale 10,5% del total de la plantilla. El líder sindical, que califica de "mazazo" la decisión por tratarse de "un hecho consumado impuesto desde Detroit", apunta que se produce a pesar de que Valencia estaba en la terna para producir el nuevo motor a partir del mencionado ejercicio 2022.
Cabe recordar que el contexto en España no es el idóneo para asignar a una factoría del país la producción de motores de combustión, dada la intención del Gobierno socialista de Pedro Sánchez de prohibir los vehículos de gasolina y diésel en 2040. La industria del automóvil tiene bien presentes las palabras de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, pronunciadas en 2018: "El diésel tiene los días contados", advirtió al sector.
La posición del Gobierno de España supone además un inconveniente para recuperar en Almussafes la carga de trabajo que va a perder la planta. La multinacional americana sigue la estrategia de fabricar cerca del destino de su producto, y en este sentido España se ha convertido en un enclave ineficiente para Ford, que produce motores en un estado que no los quiere circulando en sus calles. Además de la planta valenciana situada en Almussafes, también fabrican actualmente motores en España las factorías de Renault en Valladolid y PSA en Vigo.
En cuanto al futuro del empleo en Almussafes, Ford Motor Company subrayó que "las proyecciones de volumen de motores fabricados en la actualidad en la planta de Valencia continúan siendo fuertes y la producción continuará al menos hasta 2024". "Ford buscará potenciales oportunidades de producción para la planta de motores de Valencia a través de una revisión continua de su cartera de productos. La compañía compartirá con los representantes de los trabajadores y otras partes implicadas de la planta de motores de Valencia más detalles sobre futuras alternativas conforme estén disponibles", agregaron en este sentido.
En cualquier caso, se trata de una indudable mala noticia para la planta valenciana. La multinacional la trasladó a los representantes de los trabajadores este mismo jueves en una reunión consultiva mantenida a las 15.00 horas, en la que no esperaban anuncios importantes. "Los motivos que alegan desde EEUU son el ahorro en transporte y la incertidumbre en las políticas arancelarias, además de los cambios tecnológicos en las motorizaciones para vehículos de corte eléctrico", explicó STM-Intersindical a sus afiliados.
Nueva pérdida para Almussafes
La decisión de Ford se produce tras el proceso de ajuste realizado a nivel europeo que la planta de Almussafes sorteó en buena medida al no padecer grandes recortes -a excepción de la pérdida de la producción para Norteamérica de la furgoneta Connect, y con ella la fabricación de los taxis que servía para la ciudad de Nueva York, en beneficio de la planta mexicana de Ford en Hermosillo-.
El ajuste coincide también con la deriva proteccionista de EEUU desde que Donald Trump es el inquilino de la Casa Blanca. Además, en el caso de Almussafes, se produce tras el que ya es el cuarto expediente de regulación de empleo aprobado en la planta para ajustar la oferta de vehículos a una demanda menguante.