
La bolsa de Shanghái cerró hoy con pérdidas del 1,23% y acabó la jornada en 3.166,62 puntos, horas después de que indicadores económicos nacionales mostraran una contracción de la actividad industrial en agosto.
El principal mercado bursátil chino, que acusa una fuerte inestabilidad desde finales de junio y la semana pasada arrastró a las Bolsas de todo el mundo, aumentó hoy sus pérdidas acumuladas de la semana, que ya habían sido del 0,82% en la jornada de ayer, lunes.
La Oficina Nacional de Estadísticas informó hoy de que la actividad manufacturara en China retrocedió en agosto hasta entrar en contracción, según el índice gerente de compras (PMI) industrial, aumentando el pesimismo de los inversores.
El Nikkei se hunde
Por su parte, la bolsa de Tokio cayó cerca del 4% al cierre, acercándose a la barrera psicológica de los 18.000 puntos, castigada por los selectivos de China y por la depreciación del dólar frente al yen, que perjudica a las exportaciones niponas.
En concreto, el Nikkei cerró con una bajada de 724,79 puntos, un 3,84%, y se situó en las 18.165,69 unidades, mientras que el segundo indicador, el Topix, que agrupa los valores de la primera sección, retrocedió 58,94 puntos, un 3,83%, hasta las 1.478,11 unidades.
El parqué tokiota se mantuvo en terreno negativo, tras sus pérdidas significativas en la víspera, y con esta nueva caída se pone en su nivel más bajo desde el pasado 20 de febrero.
La Bolsa abrió ya con una clara tendencia a la baja en línea con las pérdidas de Wall Street el lunes, y su caída se aceleró conforme abrían las bolsas chinas con nuevos signos de nerviosismo debido a la publicación de indicadores poco halagüeños sobre la economía del gigante asiático.
La inquietud sobre la ralentización de China se agravó con los índices gerentes de compras (PMI, en inglés) del sector manufacturero elaborados por la Oficina Nacional de Estadísticas y la revista económica Caixin que difieren en las cifras, pero coinciden en mostrar una contracción en la actividad industrial.
También pesó sobre el parqué tokiota la nueva devaluación del dólar frente a la divisa nipona, además del encarecimiento del precio del petróleo en la víspera, factores que dañan a los grandes exportadores nipones.