
La pequeña Roma española que tiene más de 20 monumentos romanos y ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO
En España hay lugares únicos que mantienen la herencia de su pasado. Puede que no sea el lugar más popular para ir en vacaciones de verano, pero sí que merece una visita para apreciar todo su legado cultural que se ha conservado a través de los siglos.
Estamos hablando de la ciudad de Mérida, capital de Extremadura. Un rincón de nuestro país muy especial que fue fundado por los romanos y aún hoy se pueden apreciar maravillas como su Anfiteatro Romano, su Circo o su histórico Puente Romano. Esta ciudad, la Augusta Emerita romana, también hace gala de los títulos de "Muy Noble, Antigua, Grande y Leal", que se concede por decisión real.

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1. Visita general y alrededores
Visitar este centro neurálgico de la Vía de la Plata no es una excursión de un día, ya que cuenta con mucho patrimonio cultural distribuido a lo largo del municipio. Además, muy cerca queda el Parque Natural de Cornalvo, con uno de los embalses más antiguo en España aún en funcionamiento.
Hacia el norte se encuentra la famosa Montánchez, que destaca por su jamón Denominación de Origen. Más hacia el sur está la medieval villa de Alange, donde hay un embalse perfecto tanto para navegar como para darse un baño en verano.

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2. Su historia
Esta ciudad fue fundada en el año 25 a. C. por el emperador Octavio Augusto. Lo que se perseguía era crear un lugar en el que se pudieran asentar los legionarios que se habían licenciado con honor o aquellos eméritos tras la guerra. Por ello, recibió el nombre de Augusta Emerita.
El crecimiento de la ciudad fue enorme, trayendo con él construcciones como grandes teatros, anfiteatro, circo, templos y puentes, entre otros. Fue en el siglo III cuando esta se estableció como capital de la provincia romana Diocesis Hispaniarum, que se encargaba de gestionar las zonas de la península y marruecos. Mérida fue muy grande, llegando a ser considerada como la novena ciudad más poblada de todo el imperio.
Poco antes de la caída del Imperio Romano de Occidente, en el año 438 d. C., los suevos, un pueblo germánico de la parte que es actualmente Galicia, conquistaron la ciudad y la harían capital del reino que incluía parte del oeste de la Península Ibérica. Durante los siglos venideros se desputaron el territorio entre suevos y visigodos, hasta que en el 712 el caudillo yemini Musa Ibn Nisair, jefe de los Omeyas en el norte de África, trató de conquistar la ciudad con 17.000 hombres. El asedio duró seis meses y los defensores solo se rindieron a cambio de sus vidas y sus propiedades.
En los años venideros las revueltas fueron la tónica habitual de la ciudad, hasta que en el año 828 la población tomó el control y se declaró independiente gracias al apoyo de las tropas enviadas por el emperador franco Ludovico Pío. Sin embargo, en tan solo dos años después se consiguió recuperar para manos del califa Abderramán II.
La tensión fue en aumento y en el año 875 un grupo de ciudadanos decidió marcharse del lugar para fundar la que ahora se conoce como Badajoz.
En 1230 Alfonso IX de León terminó de conquistar finalmente Mérida para manos cristianas gracias al apoyo de la Orden de Santiago.

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3. El legado romano
Durante siglos han surgido distintas disputas por el territorio, pero aún hoy se puede apreciar el esplendor de la ciudad romana que fue hace dos mil años. La marca de Roma se encuentra en todas partes de Mérida, no solo con sus monumentos únicos, sino con el entramado de sus calles.
Entre sus construcciones más espectaculares destaca el Teatro Romano de Mérida, que fue finalizado por el yerno de César Augusto, Marco Agripa. Aunque el frente de escena, una de las partes del teatro que más llaman la atención, se reformó en el año 105 una época de gran prosperidad para el Imperio Romano.
Una vez que el Imperio cayó los cristianos promovieron la estigmatización del lugar y se emplearon las piedras de sus asientos para otras construcciones. Por suerte, a día de hoy a recuperado esa esencia que tuvo como marco para festividades.

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4. El Anfiteatro de Mérida
Muy cerca del Teatro se encuentra este Anfiteatro, algo posterior. Aquí se podían llegar a los 14.000 espectadores. Se puede visitar el spoliaria, el centro en el que esperaban los gladiadores, o los carceres, cubículos para fiestas.

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5. El Circo Romano
En dirección al norte, un poco más alejado, se pueden encontrar los restos del Circo Romano. Se trata de un centro de ocio que desde el siglo I d. C. pudo llegar a contar con 30.000 espectadores.
Puede que su estado no sea el mejor, pero es uno de los ejemplos más imponentes de este tipo de construcciones, único en nuestro país.

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6. El Pórtico del Foro
Al igual que las grandes construcciones de Mérida, fue construido en el siglo I. El Pórtico del Foro formaba parte del grandioso programa propagandístico del antiguo Foro Municipal de Augusta Emerita.
Muy cerca se encuentran otros lugares de interés como el Arco de Trajano o el Templo de Diana, icónicos espacios de gran interés en Mérida.

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7. El Puente Romano de Mérida
Este es el puente más largo del mundo de esta época que sigue en pie y se encuentra en el río Danubio. Este Puente Romano es de la época de César Augusto y, junto al de Alcántara, es uno de los que mejor se ha conservado en España.
Un punto clave para la Vía de la Plata y por el que todavía pasan algunos peregrinos al lugar.