El astroturismo se convierte en la tendencia del verano 2025: los mejores destinos en España para poder realizarlo
Parque Nacional del Teide
  1. Foto: Canva.

1. Parque Nacional del Teide

El Parque Nacional del Teide, Patrimonio de la Humanidad, ofrece uno de los cielos más limpios del planeta. En esta experiencia, los visitantes ascienden al teleférico al atardecer y contemplan cómo la luz da paso al firmamento.

Con telescopios profesionales y un guía oficial, es posible identificar planetas, constelaciones y aprender curiosidades astronómicas en un entorno de otro mundo. Además, la altitud del Teide, unida a la escasa contaminación lumínica, convierte esta observación en una experiencia única.

Roque de los Muchachos
  1. Foto: Getty.

2. Roque de los Muchachos

La observación de estrellas también es increíble en el Roque de los Muchachos (La Palma). Situado en uno de los puntos más altos de La Palma, este mirador natural es famoso por su cielo limpio y estable.

La actividad comienza con una visita al entorno del Observatorio Astrofísico del Roque de los Muchachos, que cuenta con el mayor telescopio óptico infrarrojo del mundo, y continúa con una observación guiada que permite descubrir cúmulos, galaxias y nebulosas. La Palma ha sido reconocida como Reserva Starlight, lo que avala la calidad de su cielo para la contemplación astronómica.

Arcos de las Salinas
  1. Foto: CEFCA.

3. Arcos de las Salinas

En plena provincia de Teruel, concretamente en Arcos de las Salinas, el centro Galáctica ofrece una experiencia didáctica para todos los públicos.

En este lugar tan especial, se contempla el cielo turolense a través de potentes telescopios y con la asistencia de monitores especializados. Este enclave es perfecto para una escapada en familia y está rodeado de paisajes que invitan a desconectar.

Villuercas-Ibores-Jara
  1. Foto: Geoparques.

4. Villuercas-Ibores-Jara

Guadalupe (Cáceres) también es un buen lugar para ver estrellas. Enclavada en la zona de Villuercas-Ibores-Jara, declarada Geoparque Mundial por la Unesco, esta actividad se desarrolla en un paraje natural libre de contaminación lumínica.

Durante la velada, el guía astronómico conduce al grupo a través del cielo de Extremadura, donde se pueden identificar planetas, constelaciones y satélites. Gracias a la combinación de naturaleza, cultura y astronomía, Guadalupe se convierte en uno de los rincones más especiales para quienes buscan un turismo con alma.

Los Molinos
  1. Foto: Civitatis.

5. Los Molinos

Otro lugar destacado para la observación de estrellas son Los Molinos (Madrid). A solo unos kilómetros de la capital, Los Molinos ofrece una experiencia astronómica perfecta para una escapada de fin de semana. Esta actividad nocturna comienza con una introducción al cielo visible y continúa con la observación con telescopios portátiles.

Lo que sorprende a muchos es la calidad del cielo en esta zona de la sierra madrileña, donde el contraste entre la cercanía urbana y la profundidad del cosmos crea un recuerdo difícil de olvidar.

Ciudad Rodrigo
  1. Foto: Canva.

6. Ciudad Rodrigo

Ciudad Rodrigo (Salamanca) es un destino que ubicado en la frontera con Portugal que permite combinar patrimonio histórico con una noche bajo las estrellas. La actividad se realiza en plena naturaleza y se adapta a todos los niveles, desde familias hasta apasionados de la astronomía.

Además de observar el cielo con instrumental especializado, los turistas descubren cómo las civilizaciones antiguas interpretaban las estrellas, fusionando historia y ciencia en un entorno medieval.

Sierra de Grazalema
  1. Foto: Canva.

7. Sierra de Grazalema

Y para finalizar las estrellas en la Sierra de Grazalema (Cádiz) En el corazón del Parque Natural Sierra de Grazalema, uno de los enclaves más privilegiados del sur de Europa para la observación astronómica, el cielo cobra protagonismo al caer la noche.

Esta experiencia guiada invita a los visitantes a sumergirse en la quietud de la naturaleza para reconectar con el firmamento desde un entorno protegido y sin contaminación lumínica.

La actividad comienza con una interpretación del cielo a simple vista, y avanza hacia la observación mediante telescopios profesionales que permiten descubrir planetas, cúmulos estelares y constelaciones con una claridad asombrosa. Más que una observación, se trata de un viaje sensorial y educativo que combina ciencia, historia y emoción.


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