
Ni Notre Dame ni el Duomo de Milán: esta es la catedral más grande del mundo (y también de España)
Miles de miradas se posan sobre algunas de las catedrales más famosas del mundo. La belleza de la reconstruida Notre Dame, la cúpula de la Basílica de San Pedro o los minuciosos detalles del Duomo de Milán. No obstante, no hace falta buscar fuera lo que quizás tenemos en casa, pues aquí también es posible contemplar auténticas maravillas.
Porque si hablamos de iconos que cautivan muchas miradas, sin duda, apuntan a la Catedral de Sevilla. Motivo de orgullo, el corazón de la capital andaluza es considerado la mayor catedral del mundo según el Libro Guinness de los Récords, al superar los 23.500 metros cuadrados.
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1. De mezquita a catedral
La historia de la Catedral de Sevilla se remonta al siglo XII, cuando el califa Abu Yacub Jusuf mandó construir una mezquita. La terminaron en el año 1182, pero no duró mucho, ya que poco después, en 1248, Fernando III de Castilla reconquistó la ciudad y la consagró como una catedral cristiana.
En 1433 la antigua mezquita fue derruida y de ella solo mantuvieron su icónico alminar, a día de hoy conocido como la Giralda, y el patio. En pleno auge del gótico, la Catedral de Sevilla se alzó como su mayor exponente, con aportaciones de los maestros Alonso Martínez, Carlín y Juan Normant.

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2. La Giralda, la torre campanario
A pesar de su autonomía, la Giralda ejerce la función de torre y de campanario de la Catedral de Sevilla. Declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 1987, no solo destaca por su historia, también por su significado dentro del casco histórico.
A lo largo de los años ha tenido diversos usos, ya que ha sido utilizada como atalaya de defensa, como granero, como pararrayos e, incluso, como casa.

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3. Cinco naves y un interior único
La Catedral de Sevilla es una de las joyas de nuestra arquitectura y más allá de sus impresionantes fachadas, en su interior guarda un tesoro digno de conocer.
Con cinco naves y más de 23.500 metros cuadrados, la visita cultural está asegurada. Sin duda alguna, el famoso Retablo Mayor del siglo XVII es una de las partes que más miradas roba. Formado por un conjunto de cuarenta y cuatro relieves y más de 200 figuras, es el más grande de la cristiandad.
Otras partes como la Capilla Real o el coro ubicado en la nave central del templo merecen al menos unos minutos.

- Fuente: Patrimonio de Sevilla
4. La tumba de Cristóbal Colón
Además, no hay que olvidarse que en el interior de la Catedral de Sevilla se encuentra la polémica tumba de Cristóbal Colón. Y aunque son muchos los teóricos e historiadores que cuestionan si realmente descansan ahí sus verdaderos restos, tras muchos años de misterio por fin se ha confirmado a través de una prueba de ADN.
Dato que convierte a la Catedral no solo en una joya arquitectónica, sino también en un museo testigo del paso del tiempo.