El pasado jueves prácticamente todos los medios aperturaban sus ediciones con los mismos titulares: " el Pacto de Toledo adquirió el acuerdo por el que llevaba casi dos años debatiendo"... La totalidad de los representantes de la comisión, salvo Esquerra, con el fin de evitar la pérdida del poder adquisitivo de los pensionistas, determinaron volver a ligar las pensiones al "IPC real".
Ahora bien, la gran incógnita es definir la nueva nomenclatura de "real" o descifrar su fórmula de cálculo.
El índice de precios al consumo es un indicador desarrollado por el Instituto Nacional de Estadística con el fin de calcular mensualmente la evolución de la inflación. El IPC representa el valor del coste de la vida, ya que es un índice que recoge la variación que han tenido cada mes los precios de los bienes y servicios consumidos por los hogares españoles. El índice no recoge los precios de cada bien, sino la variación que sufren todos ellos en un año, es decir, si incrementa un 2,2%, como en septiembre, las familias españolas tendrán que gastar un 2,2% más para poder adquirir su cesta de la compra básica.
El responsable del calculo del IPC es el Instituto Nacional de Estadística, el cual aplica una serie de bienes y servicios que se van modificando a lo largo del tiempo en función de su usabilidad y/o demanda, siendo lo que conocemos como "cesta de la compra". Esta cesta de la compra está configurada por 479 artículos segmentados en 12 grupos con sus correspondientes ponderaciones, que serán con las que se calcule el índice de precios al consumo en relación con la variación del precio de cada producto sin tener en cuenta rebajas u ofertas.
La fórmula matemática de cálculo es: IPC = (Precios nuevos x cantidades nuevas / Precios anteriores x cantidades anteriores)
En este tan aclamado consenso utilizamos nuevos conceptos, manteniendo la demagogia electoralista, que ni lo expertos alcanzamos a entender y, por lo tanto, difícilmente podrán comprender, asumir, digerir y apoyar los ciudadanos.
Existen diferentes conceptos en torno a este índice. IPC adelantado, publicado a finales de cada mes siendo una aproximación del que será el IPC oficial, que se publica a mes vencido. También manejamos el IPCA (índice de precios de consumo armonizado) el cual proporciona una medida común de la inflación que permita realizar comparaciones internacionales, ya bien sean países de la Unión Europea u otros. IPC subyacente que es aquel que no tiene en cuenta el precio de los productos energéticos ni de los alimentos sin elaborar. IPC general, siendo este el que se conoce habitualmente como IPC a secas, el cual explicaba y del cual mostraba su base de cálculo anteriormente.
Entre todos estos no he alcanzado a definir, identificar o calcular la nueva expresión de IPC real en la que se sostiene el preacuerdo o recomendación del Pacto de Toledo. Lo que realmente se ha hecho, el pasado miércoles, es derogar el índice de revalorización de las pensiones, mecanismo introducido en la reforma del 2013 por el que se calcula la salud financiera de la Seguridad Social y, en caso de déficit, decreta una subida mínima del 0,25%, de ahí los múltiples abrazos entre los diferentes integrantes.
Pero la cuestión no es que yo alcance a entender el concepto de IPC "real" o su base de cálculo, la preocupación es que ni ellos mismos lo conocen ni se han interesado en desarrollar y/o comunicar la formula pertinente. De ahí las variopintas manifestaciones a la hora de atender a los medios y responder a la previsible pregunta sobre el significado de "real" como; "IPC y nada más", "IPC como elemento troncal pero no único" o "IPC real, ahora tendremos que definir el cálculo".
La redacción utilizada en el Pacto de Toledo donde se solicita revalorizar las pensiones en base al "IPC real" no es válida, ya que ese concepto económico o financiero es totalmente inexistente a la fecha. Por ello, es de vital importancia trasladar esto a los ciudadanos, ya que, dependiendo del índice de precios al consumo seleccionado, la revalorización de las pensiones variará de manera considerable, y, también, podemos llegar a trasladar la insuficiencia a la insostenibilidad.
Espero estén de acuerdo conmigo, en que la revalorización o poder adquisitivo es un aspecto ocupante pero la permanencia o estabilidad de las pensiones públicas es totalmente preocupante.
Ha llegado el momento de exigir la eliminación inmediata de cualquier demagogia o estrategia electoralistas ligadas a las pensiones públicas y por lo tanto que sea el gran ausente de cualquier debate político. Si queremos mantener el Pacto de Toledo, paralelamente, es necesario proceder a una renovación íntegra, tanto en sus principios, como en sus integrantes, como en su finalidad, dado que en los últimos años se ha impregnado de un componente partidista significativo obviando la finalidad con la que se constituyó, siendo la estabilización y atención de las obligaciones futuras del sistema.