
Los precios de las acciones siguen en niveles máximos. Las acciones tecnológicas llevan un ritmo desenfrenado y las startups que proliferan recaudan decenas de millones de capital riesgo. Las emisiones (salidas a bolsa y ampliaciones de capital) vuelven a estar en boga, e incluso los inversores privados están mostrando de nuevo su interés. Pese a la frágil situación de la economía mundial, con tipos de interés en niveles de Estados Unidos y con las guerras comerciales a la vuelta de la esquina, el mercado alcista parece imparable en estos momentos.
Muchos inversores están preocupados por saber de dónde vendrá el próximo crash, y si este causará el mismo daño que el de 2008. Pero en realidad hay algo más de lo que estos inversores deberían preocuparse. ¿Cuándo veremos una corrección? Es decir, ¿cuándo sufrirán las bolsas una caída del entorno de los 10 pc o 15 pc, que se revela hasta incluso normal en tiempos de bonanza? ¿Se espera alguna de estas caídas? ¿Por qué? Porque en los últimos dos años los mercados han estado demasiado tranquilos y es poco probable que esta situación dure mucho más tiempo.
Cualquiera que tenga intereses en acciones probablemente sea ya consciente de que, en base a los registros históricos, se trata de un mercado con largos periodos alcistas. Tras el colapso de 2008 y 2009, las bolsas sufrieron un rally, se recuperaron y luego subieron de forma constante. La pasada semana, el índice S&P 500, todavía el índice de referencia a nivel mundial, volvió a lograr otro cierre en máximos hasta los 2.486 puntos, teniendo en cuenta que el huracán Irma aún no había abandonado Florida.
El Dow Jones alcanzó máximos históricos el pasado viernes. En Asia, las bolsas han pasado por un periodo de fortaleza, mientras que en Europa han sido impulsadas por un periodo excepcional de calma política.
El FTSE no ha logrado recuperar el máximo de junio de los 7.600 puntos, pero ha estado muy cerca. Y si por algún milagro Theresa May lograse algún avance en las negociaciones del Brexit durante esta semana, podría alcanzarse fácilmente un nuevo máximo. Las bolsas pocas veces habían estado tan fuertes.
Comparándolo con los mercados alcistas en el pasado, está claro el periodo al cual nos enfrentamos. Según Bespoke Research, el rally dura ya más de 3.100 días, lo que le convierte en el segundo más largo registrado. Los beneficios en general no han estado nada mal tampoco. Si tomados el S&P 500 como referencia, los títulos han aumentado más de 267 pc desde su nivel más bajo, lo que lo convierte en el segundo mercado alcista más fuerte registrado.
Aún existe otro aspecto interesante que analizar sobre este periodo. La mayoría de mercados alcistas han visto igualmente cómo se producían correcciones periódicas. Existen pánicos y hundimientos repentinos, con los mercados bajando 5 o 10 pc en apenas unos días, como las malas noticias, que de golpe desencadenan una oleada de ventas.
No es así en esta ocasión, sin embargo. Hace más de 550 días que se produjo una corrección de 10 pc, de nuevo según Bespoke Research. Es el undécimo registro más largo y todo apunta a que volvemos a 1928. No se producía una corrección de 5 pc desde el pasado mes de junio, lo que significa la sexta racha más larga registrada.
De hecho, aún no se ha producido una corrección de 3 pc en 320 días y apenas debemos esperar hasta diciembre para convertirse en el periodo más largo sin tan siquiera registrarse este modesto retroceso. Al mismo tiempo, ha habido un descenso significativo del índice VIX, el llamado índice del miedo, que mide la volatilidad. Tras un pico al cierre de 90 pc inmediatamente después del último crash, recientemente experimentó un descenso de varias décadas, hasta los 9 pc. Todo demasiado tranquilo.
Por supuesto, bien pueden existir algunas razones perfectamente válidas para ello. Los mercados de capital están siendo apoyados por intereses a tipos cercanos a cero y, mientras estos suben ligeramente en EEUU, no hay síntomas de que suban en ningún otro lugar.
En esta parte del Atlántico, el BCE aún sigue imprimiendo dinero a un ritmo frenético, mientras que el Banco de Japón está comprando cada vez más títulos de forma directa -el año que viene, más de 10 pc de las 29 mayores empresas japonesas serán propiedad del Banco-. Las acciones, como nunca antes había sucedido, están ahora controladas por los bancos centrales, lo que ha cambiado radicalmente la forma de negociar con ellas.
Además, los fondos pasivos y automatizados pueden haber hecho que los mercados sean más estables. Un tracker de FTSE-100 no se mete en el mercado cuando cree que está barato o tiene pánico a vender cuando sucede algún hecho negativo: se maneja siempre con los mismos títulos. En un crash real, los fondos de inversión robot pueden hacer empeorar la volatilidad, pero en circunstancias normales la reducen.
A la vez, se ha producido un descenso drástico en el número de empresas cotizadas -desde 1996 hasta 2016, el número en EEUU cayó de 8.000 a 4.330- por lo que simplemente existe un menor volumen para cotizar. La volatilidad puede haber cambiado de los mercados públicos a las inversiones no cotizadas -el precio de la acción de Uber, por ejemplo, ha sido una montaña rusa en los últimos meses-.
Todos estos factores pueden ser que contribuyan, lo que ayudaría a explicar por qué los mercados han estado tranquilos. Aun así, tal vez esta no sea la historia completa. El tiempo transcurrido desde el último tipo de corrección ha sido muy grande, y esto se aleja de lo que sería una situación de normalidad. Puede que no suframos otro crash importante en los próximos cinco o incluso diez años.
Las acciones están a precios elevados, pero aún no están en valores alocados. Con una rentabilidad tan pobre en todos los mercados, las acciones pueden resultar una inversión más atractiva que lo que ha sido en el pasado. Y mientras la economía global se enfrenta a numerosos desafíos, a menos que haya otro colapso financiero no hay razón para pensar que vayamos a ver repentinamente una gran recesión. Sin duda, ha sido un largo mercado alcista, pero no morirá de viejo.
Pero una esperada corrección de 10 pc podría dar la sensación de crash, si se produce con rapidez ¿Cuál podría ser el detonante? ¿Existen muchas opciones? ¿Una subida más agresiva que esperada de los tipos de interés por parte de la Fed? ¿Una escalada de tensión en Corea del Norte? ¿O una serie de sanciones comerciales de Trump? Ninguno de estos escenarios haría que los inversores salieran huyendo en busca de seguridad.
¿Y cuándo podría empezar? Si esto sucede, las correcciones tienen por costumbre intensificarse en octubre. De hecho, el crash del 29 o el del 87 empezaron justamente en ese mes, con un septiembre previo tradicionalmente como el mes más probable para producirse una gran desaceleración. Los inversores con grandes cantidades de dinero deben contar con algunos elementos tranquilizadores a su alcance: deberíamos ver una cierta agitación en el mercado en las próximas seis semanas.