
La Comunidad de Madrid siempre ha sido uno de los principales motores de la economía española. Tras una década de profunda crisis económica e importantes recortes, los datos macroeconómicos empiezan a mostrarnos la luz al final del túnel: El PIB de nuestra región ha repuntado un 3,4 por ciento en el segundo trimestre de 2017, tres décimas por encima de la media nacional; el crédito sigue aumentando, al igual que las exportaciones; y el número de turistas que visitan nuestra región sigue creciendo -a pesar de la ausencia total de planificación por parte del Gobierno de Cifuentes-. Todo ello está siendo posible gracias a miles de autónomos, pequeñas y medianas empresas; pero, sobre todo, gracias al esfuerzo de la clase media y trabajadora de nuestra región, que a base de apretarse el cinturón y mucho sacrificio está consiguiendo sacar a la Comunidad de Madrid de este profundo bache en el que ya llevamos demasiados años.
Hoy la coyuntura económica es favorable. Sin embargo, el sacrificio asumido por los madrileños ha sido enorme. Por eso, ha llegado la hora de pasar de las palabras a los hechos y empezar a devolver todo ese esfuerzo individual y colectivo. Es el momento de ajustar cuentas y rebajar la carga fiscal que recae sobre las familias. Creo que es justo hacerlo y hacerlo ahora. Por ello, desde Ciudadanos hemos puesto en la rebaja del tramo autonómico de IRPF, nuestra condición para sentarnos a negociar los Presupuestos Generales de la Comunidad de Madrid de 2018.
Porque ya no basta con sacar pecho por los datos en las ruedas de prensa, ya no es suficiente con felicitarse por la buena marcha de algunas cifras macroeconómicas. Ahora nos toca seguir devolviendo a los madrileños todo el esfuerzo realizado durante los últimos años. Y con una economía en crecimiento, que encadena 14 trimestres consecutivos al alza, no podemos permitirnos que las familias sigan llegando tan apuradas a final de mes.
Algunos son partidarios de las amnistías fiscales a las que defraudan, en Ciudadanos preferimos aliviar la presión fiscal a las familias que cumplen, que pagan sus impuestos y siguen asfixiadas por los años de crisis y recortes. Cuestión de prioridades, supongo.