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No son los tipos, sino el modelo de negocio

La situación del sector bancario en el área euro sigue siendo uno de los puntos de mayor seguimiento por parte de la prensa especializada. Los temas económicos y recurrentes al respecto son: fusiones, adquisiciones, venta de filiales, colocación de empresas participadas, ampliaciones y refuerzos de capital, cierres de sucursales, reajustes de plantillas, competencia de la empresas tecnológicas conocidas como fintech. Las referidas son noticias que atañen al negocio bancario, por supuesto que otros temas son el paso de los bancos por juzgados o las importantes multas por malas praxis.

Dejemos las cuestiones judiciales y multas, centrémonos en lo económico. Desde este punto de vista el sector crediticio debe afrontar dos problemas básicos, el primero es el de la solvencia y los requisitos de capital regulatorios. El segundo es el de la rentabilidad o su modelo de negocio.

En el primer caso la situación viene derivada de la acumulación, en esta larguísima crisis, de una altísima morosidad que ha socavado los recursos propios de la entidades. Una crisis que no debemos olvidar, para entender el problema de la banca, fruto del estallido de una fenomenal burbuja crediticia. Según que país la fuente de la morosidad es diferente. Desde la generada por el ladrillo, hasta la de prestamos a pymes. Algunos países lo afrontaron antes como España, otros más tarde como Italia, en algunos la debilidad de su economía les lastra como Portugal, pero en todos los países del área euro encontramos este problema. Aunque la situación es preocupante, la solución es clara: incrementar los recursos propios emitiendo diferentes activos financieros validos para su cómputo. Por cierto, el tema de la solvencia se ve agravada por la normativa regulatoria, actualmente mucho más exigente que en el pasado, Basilea III.

El segundo problema puede parecer secundario, pero es más complejo, de mayor calado; estoy hablando de la rentabilidad. Hoy la rentabilidad de la banca está en entredicho, al menos con las diferentes ratios con las que se mide. Cuando miramos al pasado más cercano no parece, salvo modelos de negocio perfectamente definidos y adaptados a la situación actual, que el pasado se pueda repetir. Debemos interiorizar ya que la banca va a obtener una rentabilidad sobre capital inferior.

Son muchos, cómo no, algunos presidentes de los principales bancos europeos, los que reclaman al BCE que suba tipos de interés, para mejorar las cuentas de resultados. Permítanme que diga que esto es el acabose, es inaceptable, es un absoluto insulto al pensamiento económico. La política monetaria no puede estar sesgada en ningún momento a los bancos. La política monetaria es una de las armas de la política económica, está al servicio de los Estados y de sus agentes, tiene como principal objetivo el control de precios y como secundario la modulación de los ciclos. Cuando alguien les cuente esta bicoca, pregúntenle qué banco central tiene como objetivo velar por los resultados de la banca. En más de una ocasión Draghi en ruedas de prensa lo ha manifestado claramente: no es problema del BCE la rentabilidad de la banca. La rentabilidad de la banca debe ser fruto de sus consejos y órganos de decisión, es decir de su modelo de negocio. Ese modelo de negocio que nos ha llevado a una monumental crisis y que de momento la banca generalista no sabe diseñar, las fintech sí tiene claro ese nuevo modelo de negocio.

Es más cuando los bancos señalan por su baja rentabilidad al BCE ocultan, en el mejor caso, la verdad. Durante varios años, los últimos dos o tres sobre todo, han vivido gracias a la caída de los tipos de interés. Sí, es cierto, han vivido de esa caída de tipos. La razón de esta afirmación es que los bancos conceden préstamos, algunos de esos préstamos no son más que la compra de activos de renta fija como la deuda pública. Claro, se callan que la caída de tipos de interés genera una subida de precios, los bancos han aprovechado la revalorización de los activos de renta fija para venderlos al mercado o al BCE. Durante este periodo han vivido de las plusvalías generados por estos títulos.

Claro que todo tiene un fin, los tipos ya no va a caer más, está por ver cuándo subirán. Algunos ven ya el maná sagrado cayendo del cielo en la cuenta de resultado, sin embargo la situación dista mucho de ser El Dorado, es más puede ser un infierno bancario como es el actual. La subida de tipos no va a traer más rentabilidad a la banca en sus cuentas de resultados. No lo va a hacer porque estamos en pleno proceso de desapalancamiento. ¿Cómo combinamos menor tipo de préstamos con un hipotético mayor margen en el préstamo? ¿Cuánto tienen que subir los tipos para compensar la caída del saldo de préstamos vivos?

Desapalancar es rebajar los niveles de endeudamiento, rebajar préstamos, bajar el saldo vivo de los préstamos bancarios, es la esencia del negocio bancario. No debemos olvidar que el negocio bancario es la desintermediación de tipos de interés, centrada en plazos y diferenciales. Si el BCE no hubiera bajado los tipos para impulsar la economía y no caer en la deflación hoy las tasas de morosidad serían mayores. Que no, que la caída de tipos se mire por donde se mire ha insuflado aire a las cuentas bancarias. Por cierto, con una subida de tipos, el precio de la renta fija se deprecia, por lo que puede que las plusvalías no vayan a hacer acto de presencia como en el pasado. El problema sigue siendo el modelo de negocio, no los tipos de interés.

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