
En Francia el debilitado candidato republicano, François Fillon, ha reconquistado terreno en las encuestas. Pero los escándalos sobre el puesto de trabajo ficticio con el que se benefició su esposa Penelope como asistente parlamentaria son injustificables. Un lastre demasiado grande para conseguir recuperar la confianza de los electores.
La revelación socialista Benoît Hamon ha logrado volver a ilusionar a parte del partido con su propuesta de renta básica universal. No obstante, la misma medida es criticada como irreal por sus muchos rivales. Hamon solo tendría alguna posibilidad de pasar a segunda vuelta si le apoyara el neo-comunista Jean-Luc Mélenchon. Las encuestas apuntan a que contaría con un potencial superior a los conservadores con Fillon. Mas la cooperación no es la mayor fuerza de Mélenchon. Y, si seguimos esa hipótesis en la segunda ronda se enfrentarían Marine Le Pen y Hamon. Los programas económicos de ambos se apartan de la realidad francesa y europea. Y, lo peor, las posibilidades de la candidata populista del Frente Nacional aumentarían considerablemente. La tercera posibilidad es el independiente Emmanuel Macron quien apuesta por la superación de barreras partidistas: "no soy de izquierda ni de derecha". El líder del movimiento "En Marcha" lanzado en abril de 2016 ha ganado esta semana un gran aliado en el centro con Francois Bayrou. La oportuna retirada de Bayrou supone un enorme espaldarazo y, sobre todo, ha brindado estabilidad a la opción social liberal. En las últimas fechas, la cúpula de la campaña de Macron ha acusado a Rusia de hackear ordenadores y bases de datos franceses obteniendo ilegalmente información para poder difundir noticias falsas con el fin de perjudicarle. Macron es un crítico abierto de la política exterior rusa, en particular la anexión de Crimea. Razón por la que Rusia está tratando de desacreditarlo. Se habla de miles, de incidentes cibernéticos recientes, que parecen estar vinculados a dos organizaciones rusas de propiedad estatal: "Rusia Hoy" y "Sputnik News". El Consejo de Defensa francés ha examinado medidas de protección para evitar injerencias.
En el pasado Bayrou hizo declaraciones muy duras contra Macron, a quien acusó de estar respaldado por "los grandes intereses financieros", de presentarse "sin proyecto" y ser un nuevo intento del "hipercapitalismo para apoderarse de Francia". Sin embargo, la sorpresa del apoyo de quien siempre ha sido "el tercer hombre" de la política nacional es relativa. Bayrou ha aceptado la evidencia: su figura ya no atrae a tantos electores como antes. Bayrou en ningún caso podía favorecer a Fillon a raíz del Penelopegate. La alianza con Macron está supeditada a cuatro condiciones aceptadas por éste. La más importarte es que el dirigente de "En Marcha" elabore una ley para la "moralización de la vida pública". El planteamiento surge en uno de los peores momentos de la moralidad política: los dos posibles candidatos finales, Le Pen y Fillon, están bajo la lupa de la justicia por corrupción. Ambos están siendo investigados por el recurso a falsos puestos de trabajo en el Parlamento Europeo, y en la Asamblea Nacional.
A sus 39 años, Macron es como una especie de Obama francés. Pero así como el estadounidense no llegó a cambiar el sistema, tampoco lo hará "En Marcha". Macron personifica tres cosas muy impopulares en Francia. Se licenció en la escuela de elite de ENA, fue ministro de Economía del gobierno de François Hollande y también banquero de inversión. Así, Macron ha entendido perfectamente que no le conviene buscar votos entre los partidarios del FN, tal y como hizo, Nicolas Sarcozy. Recientemente, Macron, definió la colonización como "crimen contra la humanidad". Muy criticado por sus rivales matizó sus palabras evitando repetir esa expresión si bien reafirmó que era hora de hablar claro y pedir perdón.
Se acusa a Macron de ser un candidato "líquido", sin programa visible aunque puede ser precisamente lo que necesita Francia. Su postura es tan solvente porque tanto socialistas como conservadores pueden interpretar a su gusto su programa pro europeo, abierto al mundo. Al mismo tiempo Macron podrá utilizar su carisma e historia personal como trampolín.
Son muchos los que desean alejar el fantasma de la extrema derecha y evitar una presidencia de Le Pen. La alianza que ha tenido lugar esta semana es para ellos una excelente noticia.