
Los trabajadores del sector privado no solo tendrán que enfrentarse a los procesos de robotización, digitalización, automatización, inteligencia artificial, computación cognitiva, Big Data, etc., propios de la cuarta revolución industrial. Multitud de empleos que se están quedando obsoletos serán sustituidos por robots o por sistemas tecnológicos de última generación.
Además de ese proceso, deberán contender con determinadas estrategias que se están implantando en las empresas de forma progresiva, como la subcontratación y externalización de los procesos productivos, ya que estas afectan a toda la cadena de valor y son sinónimo de ERE y reducción de plantilla.
El freelance, más productivo
Pero, además, los empleados por cuenta ajena competirán también con los "profesionales freelancers". Recordemos que un freelance es un autónomo especializado en determinadas áreas de negocio, que presta servicios profesionales para varias empresas, en función de proyectos de carácter temporal y de modo externo.
El trabajador freelance es, salvo excepciones, mucho más productivo para una empresa que un empleado de plantilla. En Estados Unidos existe una referencia financiera que corrobora tal afirmación, y esta no es otra que el "ratio de ingresos por empleado", mucho más elevado en aquellas empresas que externalizan servicios.
La empresa que contrata a un freelance no tiene que darle de alta en la Seguridad Social, en base a lo cual, los costes laborales se reducen considerablemente. Otro valor añadido inherente a esta figura laboral consiste en que el freelance puede aportar una "solución de negocio" a la empresa en el corto plazo.
La nómina, un bien cada vez más escaso
Consecuentemente, el nivel de competencia entre los profesionales del Siglo XXI es muchísimo más alto que el de las generaciones laborales anteriores. Una competencia que irá in crescendo conforme avancen los tres procesos mencionados anteriormente.
Tanto es así que el objetivo de cobrar todos los meses una nómina al calor de una empresa privada será cada vez más difícil de conseguir.
En este híper competitivo entorno de trabajo, solo aquellos empleados por cuenta ajena más talentosos y cualificados podrán disponer de una potente marca personal que les garantice un nivel de empleabilidad estable y duradero. Porque serán capaces de aportar un altísimo y diferencial valor añadido a las empresas empleadoras del sector al que pertenezcan.
Productividad y competitividad
Todo ello, debido a que las empresas aspiran a posicionarse ganando productividad y, por ende, competitividad. Y tal objetivo puede lograrse implementando tres estrategias clave: la transformación digital, los procesos de externalización y la contratación de profesionales freelance.
En este sentido, exceptuando la "atención presencial, directa y personalizada al cliente", el resto de procesos y áreas de negocio son susceptibles de ser externalizadas. Al menos, de manera parcial. En cualquier caso, el futuro del trabajo en relación a todas las operaciones de la empresa pasa por la externalización, en cualquiera de sus múltiples variantes.
Al respecto, no olvidemos que cualquier proceso de externalización menoscaba el empleo: la empresa contratista necesita menos empleados, puesto que el trabajo externalizado lo realiza otra empresa, es decir, la subcontratista. Y esta empresa (o trabajador freelance) subcontratista, a su vez, desarrolla el trabajo externalizado con menos empleados de los que utilizaba la empresa contratista antes de la externalización.
Empresas con menos empleados
La reducción del volumen de las plantillas que provocan estos fenómenos, ya que gracias a ellos las empresas cada vez necesitan menos trabajadores internos a tiempo completo, debería cambiar la mentalidad de las nuevas generaciones de buscadores de empleo.
De tal modo, que la visión laboral de los nuevos demandantes de trabajo no solo deberá estar enfocada en el empleo por cuenta ajena. Tanto en cuanto, otras opciones, tales como el autoempleo, vía trabajo freelance, o el emprendimiento, a través de la creación de un negocio, se impondrán poco a poco y en función de las necesidades del mercado.
Nuevos modelos de negocio
En la actualidad, muchas empresas están diseñando sus modelos de negocio en base a la digitalización y la externalización de los procesos de producción, dos ejes estratégicos que representan igualmente sendas ventajas competitivas y diferenciadoras.
En España, estas estrategias pueden ayudar a cualquier empresa a sobrevivir, dado el entorno hostil en el que nos encontramos, marcado por la confiscación fiscal, la nula "flexiseguridad" del mercado laboral y la corrupción del sistema político, basado en comprar votos a cambio de subvenciones clientelares.