
En la actualidad, el diseño del plan estratégico de cualquier empresa competitiva deberá contemplar diversos escenarios. Todos ellos relacionados con un entorno socioeconómico y político en constante cambio.
Tanto si se trata de una compañía dotada de un perfil global, como si la misma adopta un enfoque de carácter nacional, regional o, incluso, local. Y, del mismo modo, independientemente del sector al que pertenezca.
Porque teniendo en cuenta los antecedentes, definidos por el protagonismo que ha ejercido la incertidumbre durante la última década, es factible deducir que esta falta de certeza seguirá desarrollando un papel principal en el futuro de la economía, la empresa y la política a nivel internacional.
Un establishment malvado y mentiroso
La transformación tecnológica, los vaivenes de los mercados, los hábitos de los consumidores en permanente evolución, un establishment únicamente preocupado por mantener el poder y, por tanto, contrario al bienestar de los ciudadanos, a la iniciativa privada, al emprendimiento, etc.
Estos fenómenos, entre otros muchos, han provocado que las empresas tengan cada vez más dificultades para planificar una estrategia ganadora que les permita competir con garantías de éxito.
En este sentido y reiterando lo anterior, los planes de negocio de las empresas cuyo objetivo sea posicionarse en los próximos años deben plantear soluciones a los problemas que pueden derivarse de tales condicionantes.
Claves para los diversos sectores
En los recientemente celebrados 'Encuentros Sectoriales del IESE', dirigidos por Marc Sachon, profesor de la citada escuela de negocios, y en los que han participado destacados líderes empresariales y reputados analistas de diferentes sectores, se han analizado algunas de las tendencias que configurarán el contexto empresarial venidero y el futuro de la economía mundial:
1. Bajo precio de las commodities
La bajada del precio del petróleo podría conllevar un viraje en la estrategia de las empresas pertenecientes al sector energético, todo ello repercutiría económicamente en el resto de sectores.
2. Tipos de interés reducidos
Un hecho que lleva aparejado el mantenimiento de la baja rentabilidad del sector bancario y asegurador.
3. Alto nivel de la esperanza de vida
El cambio demográfico es una tendencia que afectará, en mayor o menor medida, a todos los sectores empresariales.
La sostenibilidad económica en esta área no solo representa un reto para los gobiernos europeos en materia de pensiones, sino que también se ha convertido en un objetivo estratégico para el sector salud o el de los seguros.
De igual manera, el turismo, el inmobiliario y la alimentación son sectores que deberán adelantarse a los cambios que se están produciendo en los hábitos del consumidor debido al alto nivel de esperanza de vida.
4. El poderío de China
Este gran país asiático está modificando tanto su modelo económico como su sistema financiero, por consiguiente, la incertidumbre en el resto del planeta está garantizada.
De todas formas, las importaciones procedentes de China seguirán lastrando las cuentas de resultados de las empresas del sector industrial y potenciando la competencia desleal en el textil.
5. Inseguridad jurídica y máxima regulación
En España, el consenso socialdemócrata o socialista al que han llegado el PP y el PSOE, es decir, "el pacto no escrito" que han acordado estas dos formaciones para desgobernar España con arreglo a sus propios intereses de partido, podría incrementar más todavía la ya de por sí excesiva inseguridad jurídica existente y la presión regulatoria.
6. Digitalización, Big Data y computación cognitiva
La digitalización y el Big Data están cambiando los modelos productivos, convirtiéndose también en el motor de la innovación empresarial.
En virtud de lo cual, las empresas industriales y las relacionadas con el sector de los servicios que no hayan emprendido un proceso de transformación digital corren el riesgo de perder competitividad de manera progresiva.
Recordemos que la digitalización, además de incrementar la productividad (y, por ende, la competitividad) de las empresas, potencia el crecimiento del PIB per cápita. En consecuencia, el nivel de digitalización de las empresas de un país incide en el crecimiento económico del mismo.
Igualmente, la computación cognitiva, consistente en la colaboración entre máquinas (superordenadores capaces de resolver problemas, entendiendo para ello el lenguaje humano) y personas, está influyendo también en la transformación de muchos sectores productivos.
7. Economía colaborativa
La corriente socioeconómica relativa a consumir compartiendo productos o servicios en clave, por ejemplo, de estancias vacacionales en apartamentos, trayectos en coche, etc., muy arraigada entre el público objetivo joven, está transformando, entre otros y sobre todo, el sector del transporte y el turístico.
8. Responsabilidad Social Corporativa
Aunque el factor precio se imponga todavía, en detrimento de la responsabilidad social, el rechazo de los consumidores hacia las empresas deficientemente responsables se está configurando como una tendencia imparable.
En base a ello, cualquier empresa, sin importar al sector al que pertenezca, tendrá que preocuparse de potenciar el valor social de su marca.
9. Caos político
Los extremismos que están resurgiendo en muchos países occidentales (en España tenemos el caso de Podemos), son producto del hartazgo de la sociedad. Puesto que, el voto radical es la respuesta social al latrocinio ejercido por la casta política, un colectivo que en su mayor parte está conformado por individuos corruptos, incompetentes, semianalfabetos, etc.
Cualquier gobierno de corte extremista podría cambiar no solo las reglas del juego empresarial, sino también el sistema político económico.
10. Parasitismo estatal y asfixia fiscal
Mientras en España los gobiernos continúen con sus políticas basadas en el terrorismo fiscal, al objeto de financiar todos y cada uno de los improductivos "chiringuitos político administrativos" existentes en nuestra triplicada Administración Pública, la clase media y las empresas solo podrán aspirar a sobrevivir.
PD: En los citados 'Encuentros Sectoriales del IESE' no se ha analizado el punto 9 ni tampoco el punto 10.