El ministro Cristóbal Montoro matizó ayer en el Congreso el anuncio sobre el techo de gasto de los Presupuestos de 2017 que antes hizo en el Senado. Allí, aseguró que el tope se rebajaba en más de 5.000 millones respecto a 2016.
Sin embargo, el cálculo tenía una trampa que se desveló ayer, cuando el ministro reconoció que no hay rebaja real, pues el techo de gasto del año próximo será igual a los pagos efectivamente realizados por el Estado este año. Se da la circunstanciade que, en 2016, ese desembolso fue inferior a lo previsto (precisamente en 5.000 millones) gracias en gran parte al menor coste de los intereses de la deuda.
Así, lo que en un principio Hacienda presentó como un nuevo recorte equivale, en realidad, al aprovechamiento de un ahorro inesperado del año pasado. Ambos conceptos no deben confundirse y, menos aún, con la intención de presentar a la opinión pública una reducción del gasto que no es real.
