Firmas

Venezuela, populismo en estado puro

  • El Ejecutivo de Maduro es visto como culpable de la escasez y la recesión

La sociedad venezolana ha sido defraudada demasiadas veces. Es la razón por la que Hugo Chávez llegó al poder. También la revolución chavista ha fallado. Las elecciones parlamentarias de este domingo tienen lugar en el contexto de una profunda crisis económica acentuada por la incompetencia de Nicolás Maduro. La oposición es favorita por primera vez en 17 años. Venezuela renovará los 167 escaños de la Asamblea nacional. Un centenar de ellos es afín a Maduro. Desde hace 15 años, el chavismo tiene mayoría en el organismo unicameral. En los comicios participarán casi 20 millones de personas.

Para la seguridad durante las elecciones el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, anuncia que las FFAA desplegarán 163.000 efectivos y que contará con 25.000 oficiales de reserva. Lo inquietante es que al mismo tiempo proclama que no va a haber golpe ni autogolpe. ¿Por qué lo menciona entonces? La razón es porque se contempla esa posibilidad. Y es que Maduro ha advertido que si pierde el control del Congreso ignorará la derrota y está dispuesto a gobernar por decreto. La inflación es del 200%. Escasez y desabastecimiento son fenómenos generalizados. El 73% de los hogares venezolanos está en condición de pobreza. En un solo año el número de familias pobres aumentó en un 25%. A 16 millones no les alcanza el sueldo. 9 millones no pueden sostenerse sin ayudas estatales. Hay 25.000 homicidios al año.

Un Maduro abrumado por estas cifras afirma que de la victoria del chavismo "depende la paz y la estabilidad". Que solo así podrá seguir financiando las ayudas sociales, los programas de educación, salud, viviendas. Es cierto que las políticas sociales del régimen - aunque con criterio clientelar y de forma ineficiente repartieron dinero abundante durante el boom global de precios de crudo en la primera etapa del chavismo. El problema para el dúo Maduro y Diosdado Cabello, que controla a los militares, es que pese a sus amenazas no pueden corregir el precio del petróleo tras una caída del 60% este año. El chavismo acusa a oposición y sector privado de emprender "una guerra económica" para generar descontento. Sin embargo, las encuestas indican que una mayoría de la población considera al ejecutivo como el responsable de la escasez, la inflación y la recesión.

Los adjetivos usados para descalificar a la oposición van desde "apátrida" hasta "terrorista" pasando por "parasitaria". El régimen llama a decidir entre la "patria rebelde, pura, bolivariana y la antipatria entreguista, pitiyanqui y corrompida de la derecha". Desde el Consejo Nacional Electoral se señala que todas las garantías están dadas para el ejercicio del derecho al sufragio en libertad. Pero el proceso previo a las elecciones ha estado viciado. Ha habido una clara falta de igualdad de condiciones. Violencia, situación de los presos políticos e inhabilitación de opositores son elementos de preocupación. El ambiente informativo está empobrecido cuando no claramente censurado. Si la plataforma Mesa de la Unidad Democrática que agrupa más de una veintena de partidos, logra la mayoría de los escaños empezaría a cambiar el rumbo del país. No solo podría terminar con el encarcelamiento de opositores; incluso podría impulsar un juicio contra el presidente. La figura más moderada de la alianza opositora es Henrique Capriles, Gobernador del estado Miranda y ex candidato presidencial. Opina que América Latina está cansada de los gobiernos sectarios. Si aún no ha habido una explosión social en Venezuela es por la expectativa de estas elecciones. Tanto en el primer mes -hasta el 5 de enero, cuando asume la nueva Asamblea- como a partir de ahí hay que seguir muy atentos la reacción gubernamental. En el primer trimestre del año Maduro puede radicalizarse. En ese caso será difícil reunir dos tercios de los legisladores para obstruir sus planes. La otra posibilidad es que abra un diálogo. En cualquier caso, la Asamblea debe mostrar a los venezolanos que hay una oposición lista para gobernar.

Uno de los grandes problemas de la oposición ha venido siendo la división interna. No ha sido el único. Tampoco ha logrado articular un discurso de esperanza. Un mensaje para el fundamental sector de quienes identificándose como chavistas están decepcionados e indecisos. En 18 de las últimas 19 elecciones el electorado eligió el chavismo. ¿Lo apoyará esta vez?

Para Maduro es un día de batalla y lucha. Basta con que sea una jornada en que todos los venezolanos puedan votar en paz y libertad.

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