
La mayoría de la gente que ha recomendado recientemente a sus clientes vender acciones lo ha hecho porque pensaba que China y sus víctimas colaterales - los emergentes - llevarían al mundo a la recesión. Entiendo que en caso contrario no lo habrían hecho, considerando que el dinero procedente de esa venta deberá ser colocado al 0% en un depósito o, asumiendo cierta volatilidad, en bonos que ofrecen algo más del uno.
Algo huele mal en China y eso afecta sobremanera a todas las economías. Esa parece ser la opinión del "consenso" de analistas, que es como decir la opinión políticamente correcta. Siendo cierto el enunciado, creo que es incompleto.
En los mercados no es malo cuestionarse las cosas y tratar de verlas desde ángulos distintos a los del consenso, entre otras cosas porque si el consenso acertara, todos los inversores serían ricos. Bastaría con seguir al pie de la letra lo que diga el consenso.
Personalmente hace tiempo que creo que hay otro ángulo de visión, uno más amplio. Creo que estamos asistiendo a dos cambios fundamentales: uno, en el centro de gravedad empresarial. Otro, en que, atraídos por este cambio y por las inyecciones masivas de liquidez de los bancos centrales, los inversores -no los analistas del consenso- están cambiando sus preferencias. Una de mis frases favoritas sobre los mercados es esa de Keynes de que "los mercados son como un concurso de belleza: no gana la mas guapa, sino la que más votos tiene".
En los mercados los votos son dinero. A más les gusta a los inversores una idea, más dinero ponen en ella. A más dinero, más sube el activo en cuestión. Yo creo que los inversores están fijándose en otra chica. Durante años han estado enamorados de los emergentes: "mira que barato producen, como crecen, la de materias primas que les compra China, que divisas tan fuertes...". En resumen: cómo "molan" los emergentes.
Pero en los últimos años la revolución tecnológica ha pasado de ser un proyecto a ser una realidad. Para mí es una revolución tan importante como lo fue la industrial. No solo económicamente, sino porque revoluciona los modelos de negocio. Ahora los distribuidores minoristas que más crecen en el mundo no tienen tiendas (Amazon), la mayor empresa de alojamientos no tiene hoteles (Airbnb), la de "taxis" no tiene taxis (Uber) y uno los modelos de negocio más impresionantes del mundo es un buscador de Internet (Google). Por no hablar de Apple o Tesla. ¿Y dónde están las empresas punteras de la revolución tecnológico-digital? En EEUU Revolución digital unida al QE del Sr. Bernanke. Una mezcla muy atractiva para los inversores.
Europa, por su parte, se ha convertido en mi "chica" favorita en el último año. El motivo es que los inversores también se fijan en temas más prosaicos que la revolución digital, como pueden ser las inyecciones masivas de dinero (más propias de los mercados avanzados) Un Banco Central Europeo dándole a la máquina de hacer billetes es música para los oídos de los inversores. Y, aunque aquí nunca llegaremos al nivel norteamericano de innovación porque el empresario y el emprendedor están mal vistos por los gobiernos, que duda cabe que los sufridos empresarios europeos se van dando cuenta que con China no se puede competir en precio, sino en creatividad e innovación. Veremos "tech revolution" europea.
De momento las cifras avalan mi tesis. En los últimos cinco años el índice que contiene a casi todos los revolucionarios empresariales, el Nasdaq, ha subido un 320%, frente al 86% del MSCI Emerging Markets. Y muy importante: durante la corrección chino emergente, el primero cayó sólo un 12%, frente al bofetón de un 30% del índice de emergentes. Puestos a quitarse de en medio, los inversores prefirieron vender acciones de productores de materias primas que las de Apple, Google o Amazon.
A tenor de esta subida del Nasdaq es lógico pensar que la revolución tecnológico-digital está más que descontada en los precios. Mi opinión es que probablemente sea así en EEUU, pero también creo que no ha cambiado la tendencia inversora. Ha calado la idea de que es más "fashion" lo "tech" que hacer millones de bolígrafos o producir materias primas. Y cuando en los mercados cala una idea de esta magnitud, tarda en pasarse de moda. Acuérdense de los BRIC. En cuanto a Europa, no está cara, porque va, como siempre, con retraso. Y tenemos un atractivo particular: el BCE está en modo "sinfónico".