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Volkswagen: matar al consumidor es más barato que engañarlo en EEUU

  • Toyota y GM recibieron multas mucho menores a pesar de causar muertes

El escándalo por el trucaje de las emisiones de Volkswagen en EEUU puede acarrear una enorme multa a la multinacional alemana. Nada menos que 18.000 millones de dólares, si bien los expertos apuntan a que la cifra final será menor. En cualquier caso, chocante.

¿Por qué? Pues porque los antecedentes son claros. Las otras dos grandes automovilísticas del mundo, la japonesa Toyota y la estadounidense General Motors, han recibido sendas multas por otros fraudes, aunque sus casos fueron de diferente naturaleza y de consecuencias mucho más graves: provocaron muertes.

En concreto, la japonesa pagó el año pasado una multa de 1.200 millones de dólares después de que el Departamento de Justicia determinara que durante años algunos vehículos se aceleraban involuntariamente, algo que Toyota sabía y ocultó. Resultado: al menos 89 muertos y 52 heridos en centenares de accidentes.

GM, que hace nada recibió un rescate del propio Gobierno de EEUU, aceptó pagar 900 millones por un defecto en sus airbags, que se desconectaban y dejaban a los pasajeros sin protección. Resultado: 124 muertos y 275 heridos, más que en Toyota aunque la multa sea menor.

Ambos casos palidecen ante el de Volkswagen, que hasta ahora no ha matado a nadie. Es un fraude, es cierto, y ha engañado a autoridades y clientes sin justificación. ¿Pero es realmente un caso mucho más grave que los anteriores? Parece difícil de justificar, ni siquiera por el lado ecológico, porque los diésel en EEUU son minoritarios.

Porque el último gran desastre fue el vertido de BP en el Golfo de México, que se saldó con una sanción de 18.700 millones de dólares, casi idéntica a la máxima a la que se enfrenta Volkswagen.

¿Hay algo más? Es difícil de creer, pero como siempre, se puede pensar en quien se beneficiaría de una hipotética caída de Volkswagen y de la criminalización del diesel. Sí, el coche eléctrico.

¿Y dónde se encuentra ahora mismo la vanguardia? En EEUU, con Tesla, que no por casualidad ha sido la empresa que más se ha beneficiado en bolsa con las noticias relativas a Volkswagen. Sí, una teoría de la conspiración como cualquier otra, que además se puede adornar con otra guinda: Google y Apple, ambos sancionadas e investigadas por Bruselas (y habituales en el despacho Oval de Barack Obama), quieren entrar en el mercado del automóvil en breve.

La industria del automóvil es probablemente una de las más importantes en el mundo occidental. Reducto de mano de obra intensiva, de sus fábricas dependen ciudades enteras y actúan como motor económico. No sorprende que a ambos lados del Atlántico se haya subvencionado la compra de coches antes o después, especialmente en la crisis (cash for clunkers en EEUU, el PIVE en España). Por eso los gobiernos se juegan tanto, como demuestran los pies de plomo de España en el caso: Volkswagen tiene planes para invertir más de 3.000 millones en Barcelona.

En EEUU, la 'subasta' de ciudades por acoger la nueva factoría de Tesla, cada cual ofreciendo más ventajas, es otro ejemplo de que los intereses de estas empresas muchas veces pueden ir de la mano de las autoridades.

Por eso, el tamaño de la sanción a Volkswagen da qué pensar. Porque con los antecedentes no se justifica. Porque la ecología no se toma en serio en otros ámbitos. Porque el impacto ambiental de un parque automóvil mayoritariamente eléctrico necesitaría de una central nuclear en cada barrio. Porque la industria del automóvil es demasiado grande e importante como pensar que todo es inocente. Porque nadie puede pensar que tiene sentido que matar a un consumidor sea más barato que engañarlo.

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