
Para muchos inversores la palabra value tiene atractivo. Siempre he pensado que la mitificación que le damos se asienta en la parte de hacer algo diferencial frente al resto. Máxime si lo que se impone es un rodillo que ofrece rentabilidades inferiores a las del mercado. En realidad, la industria se ha instalado en la comodidad de hacernos tragar cucharadas de ricino para cobrar altas comisiones por seguir el curso del río.
A varios responsables de varias gestoras nacionales les he escuchado que ellos no están para hacer productos de primer cuartil. Que lo que hay que esperar es a estar en mitad de tabla. Ninguno quiere el maillot amarillo en los Campos Elíseos y se conforman con llegar a París.
Ante tanta mediocridad, el value para mí son esos corredores que demarran, que hacen cosas diferentes para ganar, pero últimamente me da que alguno de ellos se dedica a borbonear.
Cuando a principios de julio de 1976 el rey Juan Carlos metió a Adolfo Suárez en un despacho y, por sorpresa, le anunció que iba a ser presidente del Gobierno, le dijo... "pero no me borbonees". Creo que todos entendemos lo que quería decir, aunque se ha definido como la manipulación de voluntades para dominar la política. Hacer de la capa un sayo. Cuando Don Juan recibió la carta de Franco en la que hacía rey a su hijo, sus dos primera palabras fueron: "¡Qué cabrón! Borbonear no solo es de Borbones".
Creo que el value es adjetivo y no sustantivo cuando se mete en cartera al Santander. ¿Qué hace dentro de un estilo de gestión value seleccionar un título en el que hay un clarísimo consenso de mercado de que hay una recomendación de compra porque está a ratios muy atractivos? Es una recomendación tan clara que por ese motivo entró a formar parte del Eco30 Stoxx en su última revisión (ya lo era del Eco10 Stoxx), y por eso forma parte de los índices de ideas de inversión de calidad de elEconomista. Para mí, por esencia, el value es encontrar valor dónde otros no son capaces de verlo o meterse en el saco de quienes buscan simplemente calidad.
Donde si encuentro algo más de value es en anunciar que incrementas la posición en Sabadell. Este banco no tiene una recomendación positiva por parte de las firmas de inversión, y lo que es evidente es que cotiza a 0,4 veces su valor en libros, su precio de liquidación más bajo de la historia. El mercado lo está castigando porque duda de su capacidad para mantener la retribución en metálico y que tenga, como hasta el Banco de España ya ha apuntado, que recuperar el pago en scrip. Emito más papelitos y diluyo del futuro beneficio a quien cobre dividendos.
Los value que han entrado en el capital de Sabadell creo que piensan que todo el desastre británico está a punto de ser provisionado, que el negocio en España es sano, pese al pobre margen, y que compran un 6 por ciento largo de dividendo real.