Evasión

Andrés Arconada recomienda 'Baja de paternidad', el relato desgarrador de una tensa reconciliación protagonizado por el italiano Luca Marinelli

Protagonizada por Luca Marinelli (Copa Volpi de Venecia en 2019 al mejor actor por Martin Eden)

Si julio ha estado dominado por el cine familiar, en agosto las distribuidoras más o menos grandes estrenan ese, a veces mal llamado, cine independiente o de menor presupuesto. Como cinéfilo, me gusta y ojalá no pase desapercibido para el público. Son películas de calidad que destacan por los temas que tratan y por cómo están contados. Y eso es sumamente interesante.

Quiero comenzar con una coproducción entre Italia y Alemania titulada Baja de paternidad, el debut en la dirección de la conocida actriz alemana Alissa Jung. A pesar del tema que trata, huye de la retórica acercándonos a una historia desgarradora sin caer en el melodrama puro y duro. Leo es una adolescente alemana de 15 años que ha crecido sin padre. Un día descubre por casualidad la identidad de éste y decide ir a buscarlo tras localizarlo. Vive en un chiringuito de la costa norte de Italia en temporada baja, es decir, sin turistas. El reencuentro deja al padre, Paolo, abrumado y en conflicto tras esta repentina aparición. Él intenta luchar para equilibrar su relación con ella y con su familia actual, que no pasa precisamente por su mejor momento. Al principio, la adolescente sólo quiere respuestas pero pronto se da cuenta de que en realidad quiere formar parte de la vida de su padre.

Me gusta mucho esta historia por cómo está contada y por cómo lleva al espectador a través de la narración de una reconciliación, que a veces no sólo no es posible, sino que explota como una bomba de relojería. En Baja de paternidad se nos intenta explicar cómo el padre quiere a la hija pequeña que tiene con su pareja actual, a la que cuida con mucho cariño, que le aleja de los posibles sentimientos que pueda experimentar en su reencuentro con una hija que no conoce, que no fue ni deseada ni querida sino fue fruto de una aventura.

Entretanto, asistimos a la descripción de Leo, que se nos presenta como una joven valiente, honesta, que se hace valer y que se enfrenta al reencuentro y a las emociones que se trasladan al espectador, porque pocas personas pueden hacerte tanto daño como tus propios padres. Paolo es un hombre frágil que viene de una generación que intenta ser padres modernos pero que en el fondo sólo sabe huir de cualquier situación que sea un compromiso. Huye de su responsabilidad, no sabe ni quiere escuchar a su hija. Ésta se lo dice en un momento clave del film, "para qué te voy a preguntar si no me vas a dar respuestas".

La película no está llena de diálogos vacíos, cuando éstos se producen son directos y a veces pueden producir malestar. Destacable también es su estética, algunas secuencias no necesitan alargar diálogos aclaratorios. A destacar los momentos que viven esos dos personajes practicando surf o la contemplación de una manada de flamencos y el comportamiento de los mismos. La interpretación, la fotografía, la música, el guion y la dirección son más que notables y son un motivo importante para ir a verla.

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