
Se trata de un alimento que poco a poco ha ido entrando en todas partes. Si hace unos años el aguacate era la estrella de las comidas sanas por sus propiedades y grasas saludables, ahora ha llegado el turno de la batata, boniato o patata dulce.
Los beneficios del aguacate lo han hecho destacar como una de las frutas del momento que se incluye en ensaladas, tostadas y hasta en tartares. Sin embargo, su precio elevado ha hecho que muchos busquen nuevos "superalimentos" que sean perfectos para incluir a la dieta y el boniato tiene una gran versatilidad, encajando en platos tanto dulces como salados.
Características del boniato
Este tubérculo es uno de los alimentos con más potasio y prácticamente no tiene grasa (tiene hasta 15 veces menos grasa que el aguacate). Es cierto que la grasa de esta fruta es saludable, pero para algunas dietas puede ser interesante reducirlas o al menos combinarlas con otros nutrientes.
Además, el boniato es muy rico en antioxidantes, por lo que consumir regularmente puede ayudar a proteger al cuerpo contra enfermedades.
Versatilidad del boniato
Si bien los usos más conocidos y populares del boniato son en puré, asado o como chips, lo cierto es que tiene muchas más maneras de prepararse.
Boniatos al horno
La manera más clásica de prepararlos. Lo primero es lavar bien los boniatos (se puede dejar la piel) y precalentar el horno a 200ºC, aunque una opción más sencilla sería usar la freidora de aire.
Luego solo habría que cortarla en rodajas o bastones (también se pueden hacer algunas rajas para que se haga mejor) salpimentamos y echamos un poco de aceite. Se hornean durante unos 20 minutos y a mitad se da la vuelta al boniato.
Puré de boniato
El primer paso es poner a hervir los boniatos unos 20 minutos (si luego se dejan enfriar un poco será más sencillo pelarlos. Escurre bien y tritúralos con un chorrito de bebida vegetal (o vaca) y un poquito de aceite de oliva. Por último salpimenta al gusto y ya lo tienes
Chips de boniato
Aquí si tienes una mandolina será la estrella. Corta el boniato en láminas muy finas y colócalos en una bandeja de horno con papel vegetal. Condimenta y llevalos al horna a 180ºC al menos 20 minutos, vigila en todo momento.
Sopa de boniato y zanahoria
Un clásico que demuestra que la patata dulce puede ser un sustituto de la patata normal. Sofríe una cebolla junto a un diente de ajo picado y cuando estén doradas añade el boniato y dos zanahorias bien picadas. Añade caldo de verduras y sazona con las especias al gusto. Deja que se cocine por 25 minutos o media hora y tritúralo todo con una batidora.
Añade el caldo, salpimienta y pon jengibre si deseas.
Cocina 20–25 minutos. Tritura con batidora hasta obtener una crema.
Tacos de boniato
Ingredientes
- 2 boniatos
- 1 taza de frijoles negros cocidos
- Cucharadita de comino, pimentón y sal
- Tortillas de maíz
- Aguacate, cebolla morada, cilantro
En esta receta se combinan la potencia del boniato con la cremosidad del aguacate. Asa bien el boniato en cubos bien especiados durante 20 minutos a 200ºC. Ve calentando los frijoles y coloca los ingredientes cada uno en un bol. Solo falta que cada uno se haga sus propias fajitas, o tacos.
Se puede añadir algo de carne picada o tiras de pollo a la sartén para darle un punto más sabroso.
Boniato caramelizado
Puede parecer complicado, pero te da la posibilidad de disfrutar de un dulce sano. Pela y corta el boniato en rodajas. Luego, en una sartén, derrite una cucharada de mantequilla y añade dos de azúcar moreno o miel junto con la canela y la nuez moscada.
Es el momento de meter en la ecuación los boniatos y dorar bien.
Bizcocho de boniato
Esta es una opción super sana y sencilla que se prepara con solo dos ingredientes. Basta con asar el boniato y mezclar con chocolate negro derretido. Se vierte a un molde y se deja enfriar por unas horas: resultado un pastel sano y delicioso.
Ensalada templada de boniato
En una ensalada lo importante es la imaginación, pero combinar boniato con queso festa, nueces o almendras, un poco de miel mostaza y algo de rúcula tendrás una ensalada fresca para el verano cuya receta usarás cada vez que no tengas ganas de cocinar.
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