Evasión

Al Oeste del Finde: 'La diligencia', el western que recomienda Andrés Arconada

Podría haber empezado estas recomendaciones de wéstern con todo un clásico, una obra maestra como es La Diligencia, un ejemplo de la madurez de un estilo y un género llevado a la perfección clásica. Corría el año 1939 cuando se estrenaba en los cines norteamericanos La Diligencia (a España llegaría en 1944) sin muchas expectativas ya que según los expertos de entonces el género del wéstern estaba de capa caída. Habían sido cientos de películas en las que se abusaba de este tipo de cine cada vez con menos acierto, o ninguno. El llamado cine del oeste ya no llevaba público a los cines. Pero se estrena La Diligencia y algo pasa, primero entre la crítica y después con el público que asiste entusiasmado a ver la película que está tan bien engrasada como una rueda, mantiene durante todo su metraje la estabilidad necesaria para que no se desencaje en ningún momento.

El director John Ford, verdadero motor de este film, consigue el equilibrio ideal en todo lo que plantea, desde su reconstrucción histórica al estudio psicológico de todos los personajes que allí aparecen sin olvidar la puesta en escena y la espectacularidad de muchas de sus secuencias. Por ejemplo, en la que los indios persiguen al carruaje en la que Ford le dió un ritmo frenético utilizando el travelling de una forma increíble hasta entonces nunca visto.

¿De qué va La Diligencia? Su argumento parece sencillo pero la trama es mucho más profunda de lo que aparentemente parece. Una línea de diligencias atraviesa el territorio apache en el Nuevo México de los años 80 del siglo XIX. La película nos muestra una de esas diligencias con seis variopintos pasajeros representando a distintos sectores de la sociedad: un médico alcohólico, una prostituta, un misterioso jugador, un banquero que se ha fugado con un dinero que no es suyo, un tímido viajante de comercio y la joven esposa de un oficial que está embarazada. Añadimos al conductor y un particular sheriff al que pronto se unirá otro hombre, en apariencia un forajido, con un caballo cojo al que busca la justicia.

Un magnífico John Wayne que con este papel se convertiría para siempre en la gran estrella del wéstern. Así comienza una aventura donde la sencillez narrativa de la película hace que se devore como un suspiro sin disminuir en ningún momento la hondura y la complejidad de la cinta. A lo largo del metraje van ocurriendo tantas pequeñas cosas que hacen que esta se engrandezca. Da la sensación, una vez acabada la proyección, que nos hemos perdido algo y por eso tenemos ganas de volver a verla. Como dijo un famoso crítico norteamericano La Diligencia ha quedado inmortalizada para la leyenda que sigue siendo hoy en día. Se puede ver en Filmin.

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