El motivo por el que no debes comprar pechuga de pollo en la carnicería, según un carnicero: "es un error fatal"

A pesar de que poco a poco se vaya perdiendo la práctica con la llegada de las grandes superficies, acudir a la carnicería sigue siendo la mejor opción en cuanto a relación calidad-precio. Estos establecimientos son muy fáciles de encontrar y cuentan con una gran variedad de productos, además de un profesional que puede ayudarnos.

De entre todas las carnes, sin duda alguna, la más consumida en los hogares es el pollo. Además de ser una de las más económicas, también tiene una gran cantidad de beneficios para la salud, ya que se trata de una fuente excelente de proteínas, hierro y fósforo. Incluso, su facilidad a la hora de digerirla también la coloca como una de las favoritas en las casas, sobre todo para los más pequeños.

El "error fatal" que se comete con frecuencia

Nuevamente, a pesar de que es cierto que el precio suele ser más elevado, vale la pena por la calidad de la carne. Para muchos, esta suele ser la opción preferida ya que al vivir solos, no consumen tanta carne como la que se incluyen en los típicos packs del supermercado. Eso sí, este carnicero advierte de un error que muchos cometen, especialmente este tipo de personas.

Según su larga experiencia, ha podido comprobar que muchos de sus clientes, y por norma general, no saben cómo comprar en un establecimiento así, ya que ir a una carnicería y solo pedir una pechuga de pollo es un error. A estas tiendas hay que pedir "un pollito entero", aunque solo seas una persona porque "seguro que tienes congelador".

La manera correcta de comprar pollo en la carnicería es pedir uno completo y decirle al carnicero que lo despiece. Se trata de algo que es totalmente gratis y que además te permite tener solucionada un par de comidas con las alitas, los cuartos traseros, la pechuga y el esqueleto para un caldo. "No os va a cobrar nada más por hacerlo así, es algo que debéis saber", explica en sus redes sociales.

Incluso, añade, que también es posible pedir en la carnicería que troceen o hagan tiras el pollo, según la preferencia de cada uno.