Evasión

La verdad al descubierto: esta ciudad europea es la original cuna del croissant (y no París) y su origen esconde una leyenda bélica

Fuente: Istock

Si hay un dulce que ha conquistado bares, cafeterías y panaderías es el croissant. Cada 30 de enero se celebra el día internacional del croissant, conocido también como uno de los reyes de la repostería. Eso sí, no es la primera vez, ni será la última, que haya alguien que acredite a Francia la invención del croissant. Y es que, aunque es cierto que fue en París donde este dulce de hojaldre se popularizó, no es en la capital del amor donde nació la medialuna. Como ocurre con muchas recetas emblemáticas, surge cierta controversia alrededor del origen y, en este sentido, el croissant no iba a ser menos. Ahora bien, entre todas las versiones que existen, todas coinciden en algo y es que su creación se sitúa en la Viena del siglo XVII.

El desayuno que celebró la paz

Según la versión difundida por el Doctor Alfred Gottschalk en la prestigiosa enciclopedia culinaria Larousse Gastronomique de 1938, este dulce nació en 1683 durante el asedio de las tropas del Imperio Otomano. Kara Mustafá Pacha, tras hacerse con Constantinopla, los Balcanes y parte de Hungría, siguió el curso del Danubio y fijo su nuevo objetivo en Viena, la capital del Sacro Imperio Romano Germánico.

La ciudad de Viena se encontraba rodeada por una muralla, algo que dificultó la tarea a las tropas invasoras. Viendo que los locales no se amedrentaban, la estrategia del ejército fue socavar el terreno durante la noche, para no levantar sospechas. No obstante, no cayeron en la cuenta que durante esas altas horas de la madrugada también trabajaban los panaderos, que preparaban sin descanso el suficiente pan para alimentar a todos los militares. Fue este gremio el que dio la voz de alarma cuando escucharon los ruidos y de esta manera pudieron repeler el ataque invasor.

Tras el reconocimiento, los panaderos austriacos crearon el Kipferl, antecesor del croissant, un bollo con forma de medialuna, similar a la que lucía en la bandera otomana y con la que pretendían mofarse de su intento de conquista. Así que se podría decir que el croissant simbolizó la manera de 'comerse a un turco'.

Croissant
| Fuente: Istock

Una delicia internacional

Ahora bien, el hecho de que hayan alcanzado la fama que a día de hoy tienen es gracias a la reina María Antonieta de Austria, quien se cree que a su llegada a la capital francesa en 1770 introdujo en la corte de Versalles su gran debilidad: el croissant.

No obstante, por aquella época no causó mucha sensación, sino que no fue hasta 1838 cuando el pastelero August Zang abrió una pastelería vienesa y comenzaron a venderse y causar furor entre la población. Tanto, que a día de hoy, es posible encontrar locales únicamente especializados en este dulce.

Croissant en Francia
| Fuente: Istock
WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky