¿Por qué comemos doce uvas en Nochevieja? El origen (que pocos saben) de esta tradición de más de dos siglos de historia

Sin darnos cuenta el 31 de diciembre vuelve a estar ya a la vuelta de la esquina. En esta fecha especial, marcada en todos los calendarios, se celebra la Nochevieja y con ella el paso hacia un año nuevo. En España despedir el año con las doce uvas es toda una tradición, ya sea con piel, sin piel, sin hueso, partidas o enteras. Da igual como sean, lo que es igual en todas las casas es que el número debe ser doce, una por cada campanada y por cada mes, que se toman en los últimos doce segundos del año. Un poco de superstición y otro poco de tradición, pero, ¿realmente sabes cuál es su origen?

El origen de las 12 uvas en Nochevieja

La teoría más extendida es que todo comenzó a finales del siglo XIX, época en la que la clase burguesa de Madrid tenía el capricho de comer uvas y beber cava. El motivo de todo esto sería la costumbre francesa de tomar esta fruta junto a una copa de champán durante la comida de Nochevieja.

La historia de cómo aquello terminó por convertirse en una tradición centenaria se dice que tuvo que ver con la prohibición del Ayuntamiento de Madrid para celebrar las fiestas en las calles de la villa. Esta restricción hizo que un grupo de chulapos se reunieran en el único lugar que se podía, la Puerta del Sol, acompañados del sonido de las campanadas. Así que sí, podría decirse que la tradición de las doce uvas proviene de una rebelión.

La otra teoría es que esta tradición tiene su origen en el año 1909 cuando los agricultores de Alicante se encontraron con un gran excedente de uva. Así, ante esa abundancia idearon una estrategia para promover la venta de uvas durante las campanadas de medianoche que tiempo después se popularizó y terminó consolidándose. No obstante, se trata de una teoría que parece poco probable, pues los periódicos de 1882 ya hablaban de las doce uvas, según cuenta National Geographic. De esta manera, se llega a la conclusión que este motivo podría ser simplemente un empujón a una tradición que ya se celebraba.

Además, otro dato que pocos conocen es que España no es el único en comer las doce uvas, sino que Ecuador, Perú y Venezuela también siguen esta tradición.