
La gastronomía de España no es sin razón una de las mejores del mundo. Hay muchos platos típicos con gran sabor a lo largo y ancho de nuestro país, pero pocos tienen tanto sabor y son tan sanos como los mejillones. Este plato ha ganado gran popularidad en el norte y muchos son los que acuden a Galicia para disfrutar de una buena mariscada acompañada por estos mejillones al vapor y el secreto para que esta receta sea perfecta es muy simple.
Galicia es la mayor zona de cultivo de estos moluscos del país y una de las más importantes a nivel mundial. Cuenta con unas condiciones óptimas de aguas frías y ricas en nutrientes, que son ideales para el crecimiento de mejillones de gran calidad. Estos suelen cultivarse en bateas, estructuras flotantes de madera donde se fijan los moluscos para su desarrollo, especialmente en las Rías Baixas (como las rías de Vigo y Arousa), que son conocidas por su producción de moluscos frescos y de gran sabor.
Lo cierto es que este producto ha destacado por su versatilidad a la hora de cocinar, ya que son muchos platos que lo incluyen, como un arroz y marisco, una crema, en escabeche o como mejillones tigres- una especie de croqueta muy populares-.
Sin embargo, son los mejillones al vapor, elogiados por su sabor y fácil elaboración, los que se llevan la palma y el truco de esta receta no podría ser más simple.
- Lava los mejillones bajo un chorro de agua fría, quitando las impurezas de las conchas. Utiliza un cuchillo pequeño o cepillo para raspar las incrustaciones y lodo en la superficie. Presta especial atención a las barbas (esas fibras oscuras que sobresalen), retirándolas cuidadosamente tirando hacia la bisagra del mejillón. Este paso es fundamental, ya que mejora la presentación y elimina cualquier suciedad que podría afectar el sabor.
- Verifica que todos los mejillones estén frescos. Descarta cualquier mejillón que esté abierto y que no se cierre al presionarlo suavemente con los dedos, ya que podrían estar muertos y resultar peligrosos para el consumo. De igual manera, desecha aquellos que tengan las conchas rotas.
- Pon una olla grande en el fuego a máxima potencia y cuando esté caliente, puedes acercar la mano con cuidado al fondo de la olla, echa todos los mejillones y un poco de vino albariño, lo suficiente como para cubrir como medio centímetro (con medio vaso bastará). Esto será suficiente para generar vapor sin cubrir completamente los mejillones. El objetivo es que el calor alto genere vapor rápidamente, cocinando los mejillones en pocos minutos.
- Después de unos 3-5 minutos, verifica si los mejillones se han abierto; en cuanto la mayoría estén abiertos, retíralos del fuego para evitar que se cocinen en exceso. La cocción es rápida y, si prolongas el tiempo, los mejillones pueden volverse gomosos.
- Saca los mejillones de la olla y colócalos en un plato. Si deseas intensificar el sabor, aprovecha el líquido que queda en el fondo de la olla, filtrándolo para quitar cualquier residuo de concha, y vierte una pequeña cantidad sobre los mejillones. Se puede servir junto una rodaja de limón, pero deberá ser el propio comensal el que se lo eche.
Los mejillones al vapor son bajos en calorías y muy ricos en proteínas, con un aporte superior a muchas carnes rojas y blancas. También destacan por su alto contenido en hierro, vitamina B12 y ácidos grasos omega-3, fundamentales para la salud cardiovascular y la función cognitiva. Además, son una excelente fuente de zinc y selenio, minerales que ayudan a fortalecer el sistema inmunológico.
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