
La Guía Repsol nació en 1979 con el aval de la Secretaría de Estado de Turismo del Gobierno de España, que la declaró ya entonces "libro de interés turístico". Su objetivo era cartografiar en una única publicación de referencia las diferentes corrientes gastronómicas de España, dando cuenta de los mejores restaurantes, a los que se adjudicaban soles como medida de la calidad -en 1984, un joven Ferran Adrià se metía en la Guía con cuatro soles.
En estos momentos de graves dificultades económicas debidas a la pandemia de Covid-19, Repsol ha decidido contribuir a reflotar un sector fundamental tanto por su peso en el PIB como por su aportación decisiva a la proyección internacional de España. A través de la Guía Repsol, la compañía ha lanzado una campaña digital, en prensa y en radio para apoyar y fomentar el turismo y la gastronomía en nuestro país. Es también -explica la energética- una manera de dar las gracias a todos aquellos que este año optarán por viajar y moverse por España, porque esta decisión supone una gran ayuda para el sector turístico y hostelero local.
Con el lema "Me muevo por nuestro país" y una pieza central donde diferentes personas explican sus motivos para moverse por España, la campaña pretende no solo servir de agradecimiento a los que turistas interiores, sino también una invitación a los que aún están indecisos a viajar y disfrutar de España, de la gastronomía, del turismo y el ocio que les ofrece.
En sus más de cuatro décadas de historia, Guía Repsol siempre ha apoyado el turismo y la gastronomía nacional, desde los tiempos de su formato en papel hasta la actualidad, mediante sus soportes digitales -web, app y redes sociales-, donde la Guía sigue explorando de pueblo en pueblo y descubriendo nuevos valores de la cocina para ofrecer a los viajeros la mejor inspiración. La compañía define la Guía como "una reivindicación de lo nuestro, del placer por viajar, experimentar, parar y disfrutar de un paisaje, de un plato típico, de una vista única que está más cerca de lo que a veces se imagina".
La Guía cuenta desde este año con un sistema de calificación nuevo, desarrollado con el asesoramiento del Basque Culinary Center
Desde su creación la Guía ha sido un referente en el territorio carretera y gastronómico, con el viajero siempre en el centro de su ecosistema, y donde la recomendación está basada en la experiencia directa, en una apuesta clara por lo local y lo auténtico. Una apuesta por la que el viaje se convierte en un destino en sí mismo y dirigido a todas las personas: viajes en familia, con niños de todas las edades, con animales, con amigos, solos, viajes gastronómicos, enoturismo, etc.
Además, durante todo el verano, Guía Repsol va a lanzar, desde todos sus canales, varias promociones y sorteos para disfrutar del placer de moverse por nuestro país, como por ejemplo, cenas en restaurantes con soles Guía Repsol, descuentos en carburante para hacer muchos kilómetros o tener acceso a experiencias únicas para que el viajero disfrute de la carretera y viva experiencias únicas.
Esta iniciativa se suma a la emprendida recientemente por Guía Repsol en apoyo a la gastronomía local con el envío de pantallas protectoras faciales, diseñadas por el modisto Juan Duyos, a los más de 1.400 restaurantes de toda España que forman parte de su calificación gastronómica. Un gesto de apoyo para el momento de reapertura de los establecimientos.
Un sistema renovado
La Guía cuenta desde este año con un sistema de calificación renovado, desarrollado con el asesoramiento del Basque Culinary Center para reflejar la experiencia global del cliente, desde que reserva hasta que sale por la puerta y hace suyas las recomendaciones. A los criterios habituales se han sumado otros como la sostenibilidad, el kilómetro cero, la integración, la economía circular o la coherencia esencial de los proyectos, que se debería hacer patente tanto en la cocina como en la puesta en escena y bodega.
A lo largo del año pasado, un equipo de 50 personas se recorrió el país entero para realizar 1.300 visitas a establecimientos, tanto los que ya estaban en la Guía, como nuevas incorporaciones.
El proceso de evaluación de los restaurantes recaba también información de otras fuentes, como la Asociación de Amigos de la Real Academia de Gastronomía y el Comité Asesor Soles Guía Repsol, en el que profesionales de diversos ámbitos, con profundo conocimiento del territorio gastronómico, aportan una visión panorámica desde el punto de vista del comensal.
Así, los restaurantes acreditados con un sol serían aquellos que "recomendarías a un amigo y al que ya estás pensando en volver un montón de veces". Se requiere también cierta calidad del producto y una cocina "honesta y coherente", así como un servicio atento y profesional. Son establecimientos que justifican hacer kilómetros o parar a conocerlos en medio de un viaje.
Los dos soles, por otra parte, reconocen lugares que "desarrollar un concepto en el que la cocina muestra la madurez, el potencial y la ambición para seguir evolucionando". Aquí se premia el dominio de la técnica y la búsqueda de las mejores materias primas, así como el "servicio impecable capaz de que fluya con naturalidad la atención, y una bodega muy meditada". Según la Guía, justificarían un viaje de muchos kilómetros.
La excelencia corresponde a los tres soles, que acreditarían una "experiencia única", con una cocina "que profundiza en el conocimiento y jamás pierde el nervio para superarse en cada servicio", acompañada de una bodega excelente. Es "el destino final del viaje".