El objetivo estas vacaciones será viajar con seguridad. Ya nos hemos acostumbrado a convivir con medidas de seguridad puestas en marcha tras el confinamiento. Algunas desaparecerán, mientras que otras se convertirán en estructurales.
El Covid-19 ha cambiado las reglas del juego. Viajar este verano no está siendo, para nada, igual que antes de la pandemia. Ya lo hagamos por avión, tren, autobús, coche u otro tipo de transporte.
Por ahora, está predominando el turismo nacional. Ante las dificultades de planificar viajes por el alto riesgo de cancelación; Francisco Jiménez, director de Financial Advisory de Deloitte, entiende que "habrá una mayoría de viajes en vehículo privado por la flexibilidad de reacción que ello conlleva". Por si fuera necesario interrumpirlo y volver a casa. "Hasta que los Gobiernos de los diferentes países levanten por completo sus restricciones, la industria aérea va a sufrir mucho", reflexiona. En ese sentido, ya hay compañías de transporte aéreo que han dado este año por perdido.
Fortalezas del transporte
Respecto a las fortalezas del transporte en España para afrontar la crisis, Jiménez remarca dos. Una es que el transporte dentro de la Península presenta numerosas alternativas para un mismo recorrido (avión, AVE, tren convencional, autobús o coche, etcétera). Esto "no sólo implica una oferta amplia, sino también un abanico muy interesante de precio". En otros países, algunas de estas alternativas en ciertos recorridos se han reducido bastante o incluso han desaparecido en favor de la opción predominante. Esto hará que el ajuste de la oferta a la aparición progresiva de demanda sea óptimo.
La segunda fortaleza es que las empresas españolas, por lo general, tienen una cultura de gran flexibilidad y adaptación de costes. Por ende, "seguro que encuentran fórmulas imaginativas para la adaptación a un período de bajos ingresos".
Ramón Ledesma, asesor de PONS Seguridad Vial, considera que el transporte afrontará el postconfinamiento de diferentes formas. "Así, en la nueva etapa, el transporte público se está viendo afectado por las condiciones sanitarias impuestas. No resultará posible absorber la demanda anterior a la crisis debido a las distancias personales de obligatorio cumplimiento", explica. Este hecho, a su parecer, provocará un incremento del transporte privado. Y dentro de este, tendrá lugar un fuerte aumento en el ámbito de las dos ruedas (motocicletas de 125 centímetros cúbicos, bicicletas y ciclomotores).
En 2019 se matricularon tantos vehículos como bicicletas vendidas (1.258.000 vehículos y 1.260.000 bicicletas)
Sostiene que, en el ámbito interurbano, en la red de transporte por carretera, hay que distinguir, entre transporte ligero y pesado. El primero, más ligado a la situación de la actividad económica, cae en la misma medida que ésta. Entre un diez y un 15%. El segundo, más ligado a la actividad alimentaria esencial, sufrirá una caída menor, puesto que la alimentación debe llegar sí o sí. En el ámbito urbano, el modelo está aún en desarrollo. La denominada "micromovilidad", unida a la tecnología y al fomento de las políticas públicas por atender a la mejora del ser humano en el barrio, supondrán, tal y como subraya, "enormes cambios en el desplazamiento de personas y distribución de mercancías de la ciudad". En este punto, recuerda que 2019 tenía lugar un dato importante: se matricularon tantos vehículos como bicicletas vendidas (1.258.000 vehículos y 1.260.000 bicicletas).
Hemos asistido en los últimos años al auge de los VTC, con Uber y Cabify, que entregan kits de protección a sus conductores. En Cabify, ya sabían que "la movilidad debía ser accesible, sostenible y capaz de nutrir al usuario con múltiples opciones para elegir". Ahora, se suma como componente clave al sector el que tiene que ser segura y que hay que "priorizar y cuidar esa protección, especialmente en cuanto al distanciamiento social".
¿Qué tipo de transporte serán los más elegidos este verano? Ledesma responde que, probablemente, "individuales, privados y de corto recorrido". Miedos y dificultades en los desplazamientos provocarán una movilidad más próxima y cercana a nuestro centro familiar habitual.
También hablamos de retos a los que se enfrentará el transporte con Juan Alfaro, director de Transporte y Movilidad de Deloitte. Apunta que, más allá del gran desafío como sector de conseguir ser financieramente viable, el transporte tiene por delante el reto de adaptarse a una situación en la que "se va a combinar la desconfianza de los usuarios en el uso del transporte colectivo por miedo a los contagios con las restricciones de uso que imponga la Administración".
Esto va a tener dos consecuencias inmediatas: "La primera, la reducción del número de viajeros totales, puesto que el teletrabajo y las reuniones virtuales se incrementarán sustancialmente haciendo innecesarios muchos desplazamientos y, la segunda, el trasvase desde el transporte colectivo al vehículo privado".
Alfaro señala que algunas de las medidas de seguridad puestas en marcha tras el desconfinamiento desaparecerán, mientras que otras se transformarán en estructurales. Está de acuerdo en que uno de los cambios estructurales que se podrían dar será el auge de vehículos privados, para sustituir en parte al transporte colectivo, muchos de los cuales serán eléctricos e individuales (coches, motos, bicicletas, patinetes, etcétera), lo que generará nuevas necesidades en distintos sectores más allá del propio transporte (como fabricantes, infraestructuras, sector público o energía).
En el escenario actual de control, y con las fronteras reabiertas, es prioritario mantener los mecanismos adecuados en los puntos de entrada al país para prevenir que nos lleguen casos procedentes del extranjero. Se están realizando medidas como la toma de temperatura, el control documental y el control visual sobre el estado del pasajero. El desarrollo tecnológico del PLC (passenger location card), basado en las declaraciones responsables con información sanitaria y de contacto, posibilita la trazabilidad o el seguimiento por parte de las CCAA.
En caso de no pasar alguno de estos tres controles, el viajero es sometido a un examen médico en el propio aeropuerto, para determinar si existe sospecha de riesgo para la salud pública.
Desde Aena, ven difícil precisar previsiones de tráfico debido a la incertidumbre actual. Tras la finalización del estado de alarma y la eliminación de las restricciones a la movilidad de las personas, está centrada en la recuperación operativa de sus aeropuertos y en garantizar la seguridad de pasajeros y trabajadores. Esta labor la efectúan en coordinación con las autoridades sanitarias y del Transporte del Gobierno de España, así como con los Estados miembro de la Unión Europea (UE) y las asociaciones internacionales de aeropuertos (ACI) y de aerolíneas (IATA).
Aena ya tiene implementadas, en sus 46 aeropuertos y dos helipuertos en España, todas las recomendaciones sobre limpieza, distancia de seguridad, higiene y comunicación de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) y del Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC), traspuestas a norma en nuestro país. Se han instalado cámaras termográficas que permiten la toma de temperatura de los pasajeros de forma fluida e imperceptible. La finalidad última de todas las medidas implementadas en los aeropuertos es la protección y la generación de confianza, para recuperar el tráfico de manera segura y facilitar la movilidad, el turismo y la actividad económica.
Por su parte, Renfe continúa reforzando sus actuaciones de limpieza y desinfección de todos sus trenes para ofrecer a los usuarios un entorno seguro durante sus viajes. Estos procedimientos, así como las diversas medidas de embarque, desembarque y abordo, han sido reconocidos por el certificado Aenor frente al Covid-19 para el transporte de viajeros.
En la guía que el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana preparó, ya hace más de dos meses, para hacer frente a la desescalada en el transporte se aborda la gestión de la oferta (los servicios de transporte a los que tienen acceso los ciudadanos), la gestión de la demanda (número de usuarios que acceden al transporte público) y las medidas mitigadoras del riesgo cuando no se puede mantener la distancia social, entre otros temas.
La tormenta perfecta
Isaac Álvarez Menéndez, director negocio discrecional en ALSA, matiza que, más que un reto, el escenario post-confinamiento es "la tormenta perfecta".
"Estamos ante el mayor reto posiblemente de nuestro siglo, donde las limitaciones en la movilidad cuestionan todos los modelos productivos existentes, sin obviar que hemos tenido que adaptar protocolos de viaje y distancias de seguridad entre los viajeros, así como utilizar materiales y equipos de protección. Todo ello supondrá un giro de 180 grados en la forma de operar nuestros servicios, sea cual fuere el modo, autobús, tren o avión". Llevan a cabo desinfecciones rápidas tras cada servicio, y desinfecciones en profundidad al inicio y fin de cada jornada a cargo de personal especializado, con productos y equipos específicos.
Todo esto obliga a un gran esfuerzo para adaptar tanto la oferta como la forma de prestar los servicios al nuevo escenario. La principal limitación es la restricción de movilidad existente, así como el miedo de la gente a viajar.
Ellos usan el concepto "Alsa Movilidad Segura". Avisa de que todas las limitaciones y requerimientos de seguridad deben ser necesariamente compatibles con la viabilidad económica de las operaciones y en el menor de los tiempos posibles.
"Creemos que los clientes volverán a confiar en la fiabilidad de los servicios de Alsa porque, al igual que estábamos haciendo antes de la crisis, operamos con unos protocolos y procedimientos muy exigentes en material de seguridad e higiene, incluso en algunos puntos más estrictos que los exigidos por las autoridades sanitarias y de transporte", manifiesta. Son conscientes de que han de generar confianza a sus clientes, y están "trabajando duramente" para conseguirlo. Asevera que su meta es presentar Alsa "como eje de la movilidad segura" y que su cliente perciba que lo hace con los máximos estándares posibles del mercado.
Las fortalezas del transporte turístico y discrecional para afrontar esta crisis sanitaria que cita Álvarez Menéndez son la capacidad de sus empresas para reinventarse y adaptarse a las nuevas reglas del juego, su presencia en la totalidad del territorio español, la alta calidad de la flota con la que operan y la profesionalidad del personal. En su empresa, esperan una leve recuperación a partir de agosto o septiembre, "siempre y cuando las medidas sanitarias, económicas y políticas favorezcan la movilidad nacional e internacional". A priori, especula que este verano, sin turistas internacionales y con clientes exclusivamente nacionales, la movilidad será escasa, y de corta y media distancia.
Hay unanimidad en que el sector tendrá que demostrar que el transporte es seguro, Covid-free, con la intención de generar confianza a los clientes. Del mismo modo, en que hay que trasladar el mensaje de que la gente puede disfrutar de sus vacaciones, experiencias, negocios en España con seguridad. Lander Arriaga, director Comercial & Marketing de DIT Gestión, como responsable de un grupo de 1.000 agencias de viajes a nivel nacional, no duda de que los diferentes medios de transporte que existen actualmente "van a trabajar de manera muy importante para garantizar la seguridad y calidad de sus servicios hacia los viajeros; adaptando la calidad, la seguridad, el producto y el tipo de servicio a las necesidades que los clientes tendrán en la esperada nueva realidad".