
El Observatorio de Ciencia, Tecnología y Sociedad (OCTS) de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) acaba de actualizar los indicadores de ciencia en Iberoamérica que anualmente recaba, desde hace 25 años, la Red Iberoamericana de Indicadores de Ciencia y Tecnología (Ricyt), en la que participan los Gobiernos y otras instituciones públicas iberoamericanas, responsables de la producción estadística científica, y que coordina el Observatorio.
Los datos, publicados este mes en el informe El estado de la ciencia 2020, confirman que la inversión de Iberoamérica en I+D es de baja intensidad en comparación con los países industrializados. En términos relativos al PIB, el conjunto de países iberoamericanos realizó una inversión que representó el 0,74% del producto bruto regional en 2018, mientras que ese mismo indicador para América Latina y el Caribe (AKC) alcanzó el 0,63%.
Corea e Israel destinan casi el 5% de su PIB, mientras que en Alemania y Estados Unidos ronda el 3%. En la década 2009-2018 la economía de la región creció más que la inversión en I+D, que representa tan sólo el 2,8% mundial. Una cifra que explica la escasa productividad de la región, tal y como recoge el reciente informe Educación superior, competitividad y productividad en Iberoamérica, elaborado en el marco del Instituto Iberoamericano para la Educación y Productividad (IIEYP-OEI).
En ese mismo periodo de tiempo, hubo un incremento del 25% en el número de investigadores iberoamericanos. La mayoría de estos, el 56%, realiza sus actividades en el ámbito universitario; y en estos años han conseguido un aumento de un 81% en el número de artículos publicados en revistas científicas registradas en Scopus (la mayor base de datos de bibliografía revisada por pares).
Entre 2009 y 2018 se incrementó un 25% el número de investigadores iberoamericanos
La evolución positiva del PIB en gran parte de la última década propició un aumento de los recursos destinados a ciencia y tecnología. Sin embargo, el cambio de coyuntura económica tuvo un fuerte impacto sobre la inversión en I+D. En 2016, por primera vez desde el año 2000, los recursos destinados a I+D decrecen y se mantienen estables en los años posteriores. En Iberoamérica, también desciende en 2016, pero al año siguiente recupera una tendencia positiva que se consolida en 2018.
Esta situación configura otro fenómeno relevante. Si se considera la década comprendida entre 2009 y 2018, la economía de la región creció más que la inversión en I+D, algo que no había ocurrido las etapas anteriores.

Es importante no perder de vista que la inversión regional representa tan solo el 2,8% del total mundial. ALC se caracteriza, además, por un fenómeno de concentración en el cual Brasil, México y Argentina, representan el 85% de su inversión total.
2020 reivindica la ciencia
En el contexto actual de crisis originada por la pandemia de Covid-19 resulta imprescindible transformar los sistemas de ciencia y tecnología de Iberoamérica para adaptarlos a las nuevas realidades, señala la OEI. Tanto decisores políticos como ciudadanía necesitan actuar de manera informada para "no dejar a nadie atrás". Contar con datos fundamentados y actuales, como los proporcionados por la red Ricyt, es un primer paso clave para lograrlo.