Durante el confinamiento más estricto en la pandemia, vimos las calles de las grandes ciudades vacías de coches. Asistimos a una caída de la contaminación y de los niveles de ruido urbano. Se respiraba aire más fresco al que estábamos acostumbrados. Incluso, escuchábamos los pájaros como en el pasado. Lamentablemente, volvemos a sufrir los atascos y todo lo que ello supone, no sólo en pérdida de tiempo.
La sociedad necesita mejorar la movilidad en las ciudades, dirigirse hacia lo que se denomina una movilidad sostenible. Tres de cada cuatro grandes municipios españoles cuentan ya con zonas de movilidad restringida en sus núcleos urbanos. El 9,4% tiene actualmente una Zona de Bajas Emisiones (ZBE), mientras que en el 67,9% existen ciertas áreas con restricciones a la movilidad. Así lo confirma un informe de la Asociación de Empresas de Fabricantes y Distribuidores (Aecoc), que se presentó en su segundo Congreso Smart Distribution, en julio, sobre la adecuación de las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes a la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, cuyo gran objetivo, en cumplimiento del Acuerdo de París de 2015, es que nuestro país alcance antes de 2050 la neutralidad climática.
Tres de cada cuatro grandes municipios españoles cuentan ya con zonas de movilidad restringida en sus núcleos urbanos
Para lograrlo, a los 149 municipios de más de 50.000 habitantes que hay en España se les requiere adoptar antes de 2023 planes de movilidad urbana sostenible. Las iniciativas que tienen que llevar a cabo son, entre otras: el establecimiento de ZBE; medidas para facilitar los desplazamientos a pie, en bicicleta u otros medios de transporte activo, asociándolos con hábitos de vida saludables, así como corredores verdes intraurbanos que conecten los espacios verdes con las grandes áreas verdes periurbanas; medidas para la mejora y uso de la red de transporte público, incluyendo medidas de integración multimodal; medidas para la electrificación de la red de transporte público y otros combustibles sin emisiones de gases de efecto invernadero, como el biometano; medidas para fomentar el uso de medios de transporte eléctricos privados, incluyendo puntos de recarga; y medidas de impulso de la movilidad eléctrica compartida. De cara al futuro, nueve de cada diez grandes ciudades, el 92,5%, tiene previsto dimensionar una ZBE.
Renfe es desde hace tiempo un aliado estratégico a la hora de mejorar la movilidad en las ciudades. La facilita en los grandes núcleos urbanos, como Madrid y Barcelona, que están ampliando el espacio público a peatones y ciclistas, y fomenta que la gente viaje en tren, que deje su coche en casa o en aparcamientos disuasorios.

Un gran reto
Es evidente que la movilidad urbana y metropolitana está en pleno proceso de transformación gracias, en parte, a una mayor toma de conciencia medioambiental de los ciudadanos y por la necesidad derivada sobre todo por el aumento de la población de las grandes áreas urbanas. El informe monográfico Movilidad urbana y metropolitana: un gran reto de las ciudades del siglo XXI, del Observatorio de Transporte y la Logística en España, apunta que, en las ciudades, se realiza el 89% de los viajes totales realizados en España en modos de transporte colectivo, siendo el 11% restante viajes en ámbito interurbano. En las áreas metropolitanas de Bilbao, Barcelona o Madrid, entre el 20% y el 30% de los viajes se efectúa en medios colectivos, mientras que entre un 30% y un 40% se hace en vehículo privado. El porcentaje restante (entre un 30% y un 50%), a pie o en bicicleta. En determinadas áreas metropolitanas, como Bilbao, Barcelona o Madrid, son los viajes en modos ferroviarios los más numerosos. Los servicios de Cercanías colaboran precisamente a que las ciudades estén menos contaminadas. Asimismo, a que se incremente el uso de medios de transporte individual alternativos, como las bicicletas y los patinetes eléctricos, que se pueden subir a los vagones.
En Renfe se apuesta por el transporte sostenible, siendo "la empresa líder del medio de transporte colectivo que menos contamina". En 2019, por ejemplo, compró 2,5 Twh de energía eléctrica verde (con certificados de Garantía de Origen), para la energía de tracción de todos sus vehículos eléctricos, lo que supone un 80% de sus tráficos. Esto convirtió a la compañía en el primer consumidor final de energía renovable de España, con más un 2,6% del total de la energía renovable eléctrica consumida en nuestro país. Esta acción conlleva la reducción de más de siete millones de toneladas de CO2 hasta 2030 en el conjunto de la red ferroviaria sobre la que opera.
En determinadas áreas metropolitanas, como Bilbao, Barcelona o Madrid, son los viajes en modos ferroviarios los más numerosos
Del mismo modo, está buscando una alternativa a sus trenes que consumen combustible diésel (en torno al 20% de sus tráficos), trabajando en su progresiva sustitución por energías más limpias, como el Gas Natural Licuado, o libres de contaminación local y efecto invernadero, como la pila de Hidrógeno. Por supuesto, Renfe promueve la compra de energía verde y la producción de energías renovables en sus instalaciones.
La generación de energía eléctrica en base a renovables se encuentra entre el 35 y 45%, según el año, por lo que disponer para usos ferroviarios de una parte de esa cuota, situaría al ferrocarril en un 73,6% de descarbonización total. Por otro lado, la conducción eficiente es una máxima en la actividad diaria de sus 5.200 maquinistas, con un ahorro en los consumos que alcanza el 30%. La utilización del freno regenerativo, tecnología de generación de energía por el motor en el proceso de frenado, posibilita que algunos trenes devuelvan a la red entre un 6 y un 10% de la energía en Alta Velocidad y hasta un 40% en Cercanías.
Otra clave son los trenes. En la renovación de la flota, se prima maximizar el rendimiento con el mínimo consumo energético. Los trenes incorporan sistemas de conducción eficiente integrados en los modos de conducción automática. Los vehículos ferroviarios se caracterizan tradicionalmente por tener una vida útil prolongada (hasta 40 años), y por llegar al 98% de materiales reutilizables usados en su construcción. Con todo, el Grupo lleva años sumando esfuerzos para limitar y evitar las consecuencias del calentamiento global.
En la renovación de la flota, se prima maximizar el rendimiento con el mínimo consumo energético
Apuesta por la interconexión Tren+Bici
En Renfe tienen claro que la combinación tren de Cercanías+Bici es primordial para una movilidad urbana más segura y sostenible. La compañía lleva años trabajando para potenciar la interconexión entre Tren y Bicicleta, entre otros medios de transporte de bajas emisiones. De hecho, acaba de dar un paso más para facilitar la movilidad más conectada y ha reunido toda la información práctica para combinar bici y tren en los desplazamientos urbanos diarios, una fórmula cada vez más popular en los once núcleos de Cercanías.
La compañía ha publicado una recopilación de las estaciones con más de 2.000 viajeros de la red donde se detalla información de servicio clave para los riders: si cuentan con parking para bicicletas en la misma estación (y si es cerrado o abierto), parking cercano, acceso en carril bici y servicio de alquiler de bicicletas. Para los que quieran viajar con su propia bicicleta a bordo de los trenes de Cercanías y Feve, pueden hacerlo sin ningún gasto extra y sin límite de horario (con las limitaciones que marca el sentido común y la seguridad de todos los viajeros).
