
La escala y el ritmo del cambio, hasta la fecha, para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no ha sido lo suficientemente grande ni lo suficientemente rápida aún. No obstante, las empresas españolas suman sus esfuerzos para avanzar hacia una economía mundial mucho más responsable e inclusiva con las personas y con el planeta. Actualmente, las empresas son conscientes de los beneficios que los ODS les pueden reportar. En concreto, la implementación de estos objetivos ayudará a las compañía a ser más resilientes y enfrentarse mejor a futuras crisis como la de la Covid-19.

La escala y la ambición de la agenda de desarrollo 2030 crea una gran oportunidad para que el sector privado demuestre el papel central que desempeña en el desarrollo sostenible y la prosperidad humana y sirva como un socio esencial para cerrar la brecha en la capacidad financiera y técnica necesaria para cumplir con los desafío de alcanzar los ODS.

En el actual contexto de crisis provocada por la pandemia, el sector empresarial español reafirma en mayor grado su compromiso, en un momento en el que es necesario movilizar a la sociedad para responder a los desafíos relacionados con las desigualdades, el apoyo a las comunidades, las familias, las empresas, los gobiernos y el tercer sector en la reconstrucción de una economía y un tejido empresarial más equitativo y sostenible.

Hoy, según el informe "Las empresas españolas ante la Agenda 2030 de la Red Española del Pacto Mundial", el 24% de las empresas españolas dice haber incluido los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) dentro de sus objetivos estratégicos, aunque solo el 22% ha establecido compromisos públicos y medibles.

Asimismo, nueve de cada diez grandes empresas españolas reporta sus políticas de Responsabilidad Social y Sostenibilidad en sus informes anuales, según la Cátedra de Empresa Familiar de la Universidad de Sevilla. Así, un 29% reconoce el impacto del cambio climático en su negocio, pero no lo cuantifican; más del 50% aplican modelos de verificación de sus acciones en este campo y ocho de cada diez reconoce los Derechos Humanos como una cuestión de negocio.

Un total de 19 empresas españolas han sido incluidas en el Dow Jones Sustainability Index (DJSI), el índice de referencia mundial en materia de sostenibilidad. En concreto, en la edición de este año se incluye a ACS, BBVA, Banco Santander, Bankia, Bankinter, CaixaBank, Enagás, Endesa, Ferrovial, Indra Sistemas, Siemens Gamesa, Grifols, Inditex, Amadeus, Telefónica, Naturgy, Red Eléctrica, Iberdrola y Mapfre. Si nos fijamos solo a nivel europeo, las empresas reconocidas son las siguientes: BBVA, Banco Santander, Bankia, Bankinter, CaixaBank, ACS, Ferrovial, Siemens Gamesa, Grifols, Inditex, Amadeus, Telefónica, Enagás, Naturgy y Red Eléctrica.

En la revisión de este año, el índice DJSI ha analizado a cerca de 2.500 mayores empresas del mundo y, tras un riguroso proceso de análisis, ha seleccionado solo las 323 más sostenibles, de acuerdo con criterios económicos, medioambientales y sociales.

Por otro lado, nuestras empresas que no cotizan también sacan pecho ante la lucha por salvar el planeta. Según datos de la cuarta edición anual del Índice de riesgo y rendimiento de sostenibilidad empresarial, elaborado por EcoVadis, proveedor de calificaciones medioambientales en empresas, las entidades españolas cuentan con una calificación superior a los 45 puntos, lo que significa que tienen un bajo riesgo social, ético y ecológico, además de reflejar compromiso en cuestiones sostenibles.

Si bien la crisis del coronavirus ha sido perjudicial para muchas personas, pero ha tenido un impacto positivo en los ODS relacionados con el planeta. Por ejemplo, se prevé que las emisiones anuales de CO2 para 2020 sean entre un 4% y un 7% más bajas que las del año anterior.

El aire y el agua se están más limpios; y en muchos lugares se ha observado un resurgimiento de la naturaleza. El impacto del Covid-19 profundiza aún más la preocupación sobre si los ODS se pueden alcanzar para 2030. La respuesta depende en gran medida de cómo los propios países respondan a esta crisis y sus secuelas.

La COP25 (25ª conferencia de las partes (Conference of Parties, CoP) de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, 2019) nos está recordando que vivimos tiempos de urgencia medioambiental y social y que necesitamos de la colaboración entre todos para superar los desafíos que tenemos como sociedad.

Las tendencias demuestran la necesidad de que las empresas identifiquen cómo interactúan estos temas y las conexiones entre ellos: el papel que desempeña la biodiversidad, especialmente el cuidado de la salud del suelo y los bosques, en la reducción de las emisiones de carbono; conservación que aumenta la resiliencia climática; cómo la economía circular puede reducir las emisiones y la contaminación plástica; y la colaboración necesaria para garantizar que los avances en la tecnología digital produzcan resultados positivos para todas las partes interesadas.
