Especial medio ambiente

Banco Santander avanza firme en su lucha contra el cambio climático

  • La entidad financiera lleva a cabo diversas iniciativas que ejemplifican su compromiso con las metas del Acuerdo de París
  • En su acción por el clima, tiene el objetivo de financiar o facilitar la movilización de 220.000 millones de euros entre 2019 y 2030
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A principios de este mes, concretamente el miércoles 4 de noviembre, se cumplían exactamente cuatro años desde la entrada en vigor del famoso Acuerdo de París. Una iniciativa impulsada por las Naciones Unidas por la cual, todos estos años, los países han venido trabajando para evitar un cambio climático peligroso, manteniendo el aumento global de la temperatura durante este siglo muy por debajo de 2 grados Celsius (ºC) con respecto a los niveles preindustriales y acentuando los esfuerzos para limitarlo a 1,5 °C.

Más allá de las políticas pertinentes que puedan implantar los diferentes Estados en pos de estos objetivos, el conjunto de las empresas –sin duda, actores determinantes en nuestra sociedad– pueden también contribuir con sus esfuerzos a que estas metas estén cada día un poco más cerca. Alinear sus objetivos con los que la sociedad tiene a largo plazo y utilizar su posición influyente para alcanzarlos no solo es un acto eficaz, sino que también permite a las compañías ganar el reconocimiento y apoyo de sus clientes, habitantes de una sociedad cada vez más concienciada con el bienestar y la justicia.

En este sentido, a finales del año pasado, más de una treintena de entidades financieras se unieron al denominado Compromiso Colectivo de Acción por el Clima. El objetivo de dicha iniciativa persigue, precisamente, una contribución más firme del sector a la lucha contra el cambio climático. De esta manera, los bancos firmantes alinean sus carteras a los objetivos del Acuerdo de París, tomando medidas concretas para alcanzar la neutralidad climática y asumiendo públicamente la responsabilidad de su impacto en el clima.

La adhesión a este compromiso se sucedía solo un día después del anuncio oficial de los Principios de Banca Responsable, respaldados por 130 bancos de todo el mundo. Gracias a estos principios, las entidades firmantes se comprometen a situar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU en el primer plano de su estrategia. Entre dichos objetivos se encuentran la adopción de medidas urgentes para combatir el cambio climático y sus efectos, así como el acceso a una energía sostenible y la gestión responsable del agua, los bosques y los recursos marinos.

"Todas las empresas, gobiernos y particulares tenemos la obligación de contribuir a superar los retos globales planteados hoy, y el clima es uno de los más importantes", explicaba entonces Ana Botín, presidenta de Banco Santander. Y es que la entidad financiera se convertía en uno de los miembros fundadores de dichos principios. "Si queremos tener un impacto duradero en las comunidades y en el medioambiente, cada entidad financiera debe unirse a nuestro esfuerzo común para movilizar los recursos del sector financiero", añadía Botín.

Estos eventos tan destacados –enmarcados en la tradicional Asamblea General de la ONU que tiene lugar en septiembre de cada año en la ciudad de Nueva York– suponían para Banco Santader la recta final de un año repleto de iniciativas en las que la sostenibilidad era protagonista; así se reconocía en el prestigioso Dow Jones Sustainability Index –que le posicionaba por primera vez como el banco más sostenible del mundo– y así se extrae de su Informe Anual del ejercicio 2019 (publicado en abril de este año).

Dicho documento refleja ejemplos claros de este compromiso: la emisión de un bono verde de 1.000 millones de euros como punto de partida de un plan global de emisiones sostenibles; liderazgo mundial en financiación de energías renovables y el lanzamiento de un nuevo plan de eficiencia energética, entre otros muchos.

En estas páginas, se recogen las claves más destacadas de su política en materia medioambiental. Sin duda, un nuevo conjunto de pasos firmes en el largo camino hacia un futuro mejor.

Apuesta por la financiación verde

El pasado año 2019, Santander se convirtió en la entidad líder, a nivel mundial, en financiación de energía renovable, tanto en términos de la cantidad de transacciones como de sus importes. Las nuevas proyectos surgidos gracias a esta financiación se traducen, nada más y nada menos, que en una capacidad instalada de 8.036 MW, evitando así la emisión de 63 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. Estos se suman a aquellos proyectos que persiguen la expansión, mejora o mantenimiento de infraestructuras de energía renovable ya existentes (16.785 MW). Así, la cartera total de financiación de proyectos de energía renovable a cierre de año ascendía a unos 10.030 millones de euros, levemente por debajo de la mitad de la cartera total de financiación de proyectos del banco.

Dichos proyectos renovables están repartidos en 349 transacciones (y se ubican en casi una veintena de países), siendo los proyectos eólicos y solares los mayoritarios, con 166 y 145 proyectos respectivamente.

En octubre de 2019, Santander también emitió su primer bono verde de 1.000 millones de euros; un hecho que ha vuelto a repetir este año (en el mes de junio), con un segundo bono verde por el mismo valor. Estos lanzamientos forman parte de las iniciativas de banca responsable, que incluyen el compromiso de facilitar 120.000 millones de euros en financiación verde hasta el año 2025 y 220.000 millones de euros entre 2019 y 2030.

Reduciendo la huella ambiental

"Para Santander, medir, gestionar y reducir su impacto ambiental es un requisito esencial", afirman fuentes de la compañía. Así, la totalidad de los impactos ambientales directos causados por el desarrollo de la actividad del Grupo están debidamente medidos y gestionados a través de Sistemas de Gestión Medioambiental implantados en la mayoría de sus edificios, auditados externamente bajo la norma ISO 14001.

Una de sus modernas sucursales

Tal y como se extrae de su Informe Anual, en 2019 la compañía en su conjunto ha reducido en más de un 15% las emisiones de CO2 a la atmósfera, al compararlo con los datos del año anterior. También destaca la reducción en el consumo de agua, de casi un 5%, y la disminución del consumo energético interno (un 3,5%).

En este sentido, cabe destacar también que la entidad ha creado un nuevo plan de eficiencia energética para sus instalaciones, edificios corporativos y sucursales, que estará en vigor hasta el próximo 2021. De esta manera, se espera una reducción del 2,8% del consumo de electricidad y del 1,4% de las emisiones de CO2 en los principales mercados del Grupo.

Ana Botín (pdta.) en la COP25 2019 de Madrid

El año pasado, en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP25) que se celebró en Madrid, la entidad se comprometió alcanzar en 2020 la neutralidad de carbono, mediante la compensación de todas las emisiones que genera en su actividad diaria. Este compromiso se sumaba así al objetivo de la compañía de que, en el año 2025, su suministro eléctrico provenga en su totalidad de energías renovables. Como se extrae de su Informe Anual, el 50% de la energía utilizada en sus edificios y sucursales ya es renovable, alcanzando el 100% en Alemania, España y Reino Unido. Asimismo, Estados Unidos, Brasil, Chile y Portugal ya están usando energía verde en alguna de sus instalaciones.

Más ODS: igualdad y educación

Más allá de las acciones relacionadas con el cuidado del medioambiente, Grupo Santander, en su condición de banco responsable, trabaja para alcanzar, entre otras metas, la igualdad entre los géneros o una educación inclusiva, equitativa y de calidad, aspectos también recogidos en los ODS de la ONU.

En este sentido, Banco Santander sigue liderando el Bloomberg Gender-Equality Index a nivel mundial, que mide la importancia de la igualdad de género en las estadísticas internas de la compañía, las políticas que desarrolla con sus empleados, su apoyo y compromiso con las comunidades en las que opera en este ámbito y sus ofertas de productos con conciencia de género.

En el terreno educativo, además, ha invertido durante el año 2019 un total de 119 millones de euros en becas y otros programas de apoyo a estudiantes y emprendedores.

Alrededor de 400 años puede tardar el plástico en degradarse. El agua que bebemos e incluso los alimentos naturales que ingerimos contienen pequeñas piezas de plástico imperceptibles a nuestros ojos. Por eso, encontrar alternativas a este material tan utilizado se ha convertido en una prioridad. En este sentido, Santander informa de que, en 2019, se ha reducido en un 75% el consumo de plástico de un solo uso en sus edificios corporativos y sucursales. Además, de cara al próximo año 2021, se pretende eliminar el 100% en las instalaciones de las principales geografías en las que el Grupo opera (Argentina, Brasil, Chile, Alemania, México, Polonia, Portugal, España, Reino Unido y Estados Unidos).

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