Especial Formación

La pandemia, una oportunidad de crecimiento para las universidades en su internacionalización

  • En las últimas tres décadas España ha sido el destino preferido
  • Se ha acelerado la interconexión entre universidades e instituciones

En el curso 2019-2020 se matricularon 154.428 alumnos extranjeros en las universidades españolas, lo que supuso el 9,5% del total de los matriculados, el 27,4% de los estudiantes de Doctorado y el 5,8% de los de Grado.

Mientras que los estudiantes extranjeros con nacionalidad europea y africana se matricularon mayoritariamente en estudios de Grado, los alumnos de países americanos, asiáticos y de Oceanía se matricularon mayoritariamente en Máster y Doctorado, según recoge el informe Datos y cifras del Sistema Universitario Español del Ministerio de Universidades. A este respecto, los países con más presencia en las aulas españolas fueron Italia, Francia, Estados Unidos, Alemania y Colombia, mientras que las comunidades con mayor peso internacional fueron Madrid, Cataluña y Andalucía.

Por otro lado, este tipo de estudiante tiene un impacto económico en España de 3,8 millones de euros y el efecto multiplicador del gasto es de 2,27 euros, es decir, por cada euro gastado en su programa académico, estos estudiantes internacionales gastaron 1,27 euros adicionales en una amplia gama de sectores de la economía española durante el curso académico 2018-2019. Unos datos recogidos en el estudio El Impacto Económico de los Estudiantes Internacionales en España.

"España se ha mantenido como destino educativo preferido para los estudiantes internacionales durante las últimas tres décadas, una tendencia que continuó en 2018-2019. Esta fue la última etapa antes de que la pandemia Covid-19 impactara al mundo, llevando la movilidad estudiantil casi a un punto muerto", señala el informe.

No obstante, la crisis ha supuesto una oportunidad de crecimiento para la internacionalización de las instituciones educativas españolas gracias a los grandes avances en materia de digitalización que se han producido. Como señala Juan Pérez-Miranda, vicerrector de Internacionalización de la Universidad Francisco de Vitoria, "si bien la movilidad física de estudiantes y profesores se vio limitada al principio, la pandemia ha sido una gran oportunidad, una toma de conciencia de que precisamente la pandemia era un fenómeno global y la reacción de la sociedad ha sido global. También se ha acelerado la interconexión entre universidades e instituciones de todo el mundo, por ejemplo, a través de la red, la formación virtual".

Una opinión que comparte Laura Alba-Juez, vicerrectora de Internacionalización de la UNED: "la pandemia nos ha obligado a desarrollar herramientas y formas de comunicación virtual de gran alcance temporal y geográfico, y todo ello ha venido con una concienciación de que podemos estar unidos con cualquier persona o grupo en el mundo sin necesidad de movernos de casa, gracias a las nuevas tecnologías, lo cual a su vez ha aumentado el contacto internacional en todos los niveles, tanto personal como académico o laboral". La UNED cuenta con 61 centros dentro de España y otros 20 en el exterior que están en vías de ampliación.

Por su parte, Sergio Calvo, vicerrector de Estudiantes de la Universidad Europea, señala que "para esta adaptación, la innovación ha sido y es fundamental. Como institución es clave trabajar desde la vanguardia. Contamos con un modelo académico innovador, en el que la digitalización ha sido una de las palancas de cambio. Esto, a su vez, ha repercutido en que podamos ser más internacionales y globales que en definitiva es lo que la sociedad demanda".

Por tanto, la pandemia ha puesto más en valor el papel de la internacionalización en las instituciones educativas. "Pienso que se van a añadir e intensificar modalidades de internacionalización como las comentadas de tipo virtual, se ha acelerado el papel del inglés como lingua franca y también la participación de universidades en proyectos internacionales en red tanto de investigación como de innovación docente", arguye Pérez-Miranda.

En este sentido, Laura Alba-Juez opina que la Covid-19 no solo ha puesto en valor el papel de la internacionalización, sino que, además, ha reflejado "la necesidad de internacionalizar aún más nuestras enseñanzas". De hecho, a raíz de la pandemia ha aumentado la demanda internacional para que la UNED capacite a universidades de distintos países en competencias digitales. "Gracias a las tecnologías hemos podido realizar exámenes en línea en todos los países en los que tenemos estudiantes, además de reunirnos para formar alianzas o trabajar con grupos y universidades de todo el planeta en menos tiempo que el que se empleaba antes. Ahora hemos visto que no siempre es necesario contaminar el planeta con CO2 en viajes internacionales".

Grandes retos

Los expertos coinciden al señalar que la internacionalización del sistema educativo español es esencial para preparar a los estudiantes ante el mundo que les espera. "Vivimos en un mundo global y complejo: La universidad del siglo XXI debe estar preparada para formar a sus alumnos para que puedan contribuir a estos desafíos globales (sociales, políticos, económicos...). Hoy en día no se puede concebir una formación universitaria sin abrirse al mundo en la docencia, la investigación y el impacto en la sociedad en general", destaca Pérez-Miranda.

En esta línea, Alba-Juez indica que "en el siglo XXI es muy difícil concebir la universidad sin un plan de internacionalización, pues en el mundo globalizado en el que nos encontramos, ya no sirve el concepto de educación solo para un país y una cultura. Debemos educar con una conciencia planetaria, y para ello es muy importante trasvasar las fronteras geográficas y de cualquier tipo. Así, cuanto más internacional sea una universidad, más preparados estarán sus estudiantes para el nuevo escenario en el que les toca vivir y desempeñarse profesionalmente".

Como recuerda Calvo, "los estudiantes adquieren experiencias educativas únicas y completas que enriquecen su experiencia universitaria y les permite conocer otras culturas, otros modos de pensar y de trabajar, son beneficios que muchas veces no se pueden cuantificar. De los casi 28.000 estudiantes que acuden cada año a estudiar en la Universidad Europea, un 33% son internacionales de más de 64 nacionalidades".

Ahora bien, ese proyecto de internacionalización no está exento de retos. Uno de los principales es la formación de profesores para poder ofrecer más programas de grado y posgrado en inglés u otras lenguas extranjeras. "Para ello también necesitamos la ayuda del Ministerio en la provisión de plazas, no solo de profesores que puedan impartir sus especialidades en inglés, sino de personal de administración y servicios que sea capaz de manejar y producir información en dicho idioma", señala la vicerrectora de Internacionalización de la UNED.

Otros de los retos que detecta la experta tiene que ver con los exámenes de acceso a la universidad española para extranjeros, los cuales se deberían de homogeneizar sea cual sea la universidad a la que el estudiante extranjero quiera acceder. Asimismo, "sería indicado realizar más captación de talento de profesionales que se encuentren en el extranjero mediante la liberación de las trabas democráticas y el apoyo genuino a la investigación".

En su caso, el vicerrector de Internacionalización de la Universidad Francisco de Vitoria señala entre los desafíos más importantes "el otorgar la importancia que realmente tiene la internacionalización en los planes estratégicos y en los presupuestos, además de apostar más decididamente por programas sobre todo en inglés (y adicionalmente en otras lenguas)".

También cree que se debe ayudar e intensificar el apoyo a los profesores para que aceleren su propia experiencia internacional (fomentar que participen en proyectos internacionales, que realicen estancias internacionales, que acojan a profesores visitantes, etcétera). "En muchos casos los alumnos de hoy día van por delante en su deseo de internacionalización", subraya Pérez-Miranda.

Para Sergio Calvo, "los retos pasan por ser inclusivos, multiculturales, valorando la diversidad y respetando todas las culturas. Debemos estar muy atentos a lo que ocurre en la sociedad y adaptarnos. Con esta actitud de escucha constante podremos innovar para ofrecer lo mejor para nuestros estudiantes".

Traspasar fronteras

En este contexto, según el estudio El Impacto Económico de los Estudiantes Internacionales en España, la presencia de estos estudiantes internacionales en España deriva en diferentes efectos sociales constructivos, incluyendo la modernización de las instituciones educativas, la internacionalización de las comunidades anfitrionas, el desarrollo del entorno sociocultural, y a medio y largo plazo la mejora en las políticas y diplomacia internacionales.

Para aumentar dicha internacionalización Juan Pérez-Miranda propone "tomar conciencia de la internacionalización como un proceso integrado en todas las actividades de la universidad (docencia, investigación, innovación...). Para ello hace falta pasar de una retórica de "solo movilidad" a que cada facultad o área comprometa a personas en proyectos e iniciativas internacionales (con tiempo y recursos)".

Por su parte, Sergio Calvo aboga por la preparación de los centros: "La internacionalidad real es aquella que genera campus universitarios verdaderamente multiculturales y aquella que, como en el caso de nuestra universidad, ofrece prácticas internacionales, dobles grados en varios idiomas, así como titulaciones acreditadas y homologables en todo el mundo. A través de una visión integral e internacional orientamos a nuestros estudiantes a desenvolverse con éxito en el entorno laboral de cualquier país del mundo. Esa es la clave de una verdadera internacionalización".

Cómo diseñar los programas

Para Cristina Grasset, directora de Spain Education Programs (SEP) y coautora del estudio El Impacto Económico de los Estudiantes Internacionales en España, "hay que tener en cuenta que en las últimas décadas se han producido innovaciones y mejoras en los elementos y servicios extraacadémicos de la educación internacional, que han transformado cómo y qué se ofrece a los estudiantes. Para ser competitivos en el 2021-2022 será imprescindible salir al mercado con programas innovadores, construidos sobre áreas profesionales en las que tenemos tradición y reputación global. Diseñar esos programas exige creatividad, efectividad y flexibilidad; y la toma de decisiones debe estar basada en el análisis del mercado y las posibilidades de cada institución de desarrollar productos diferenciadores y de calidad".

Para la directora de Spain Education Programs (SEP), el desafío para las universidades que van a recibir a los estudiantes internacionales en el nuevo escenario es diseñar programas con formatos viables y efectivos. "Desde SEP proponemos una combinación de tres elementos: cursos en línea durante un cuatrimestre, interacción cultural tutelada en una comunidad virtual (CV) estructurada, y una estancia breve pero intensa en España al final del curso. Estos programas híbridos permiten que los estudiantes compartan su experiencia académica en línea con estudiantes locales, proporcionan una primera inmersión cultural a través de la CV, y complementan estos dos elementos con una etapa experiencial breve y controlada".

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