Especial Formación

El modelo híbrido suma puntos en el debate sobre la nueva educación

  • Aunque las tecnologías en sí aportan muchas ventajas, no reemplazan la necesidad de una pedagogía fundada en principios sólidos
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Ya nada volverá a ser como antes no es solo una canción del Canto del Loco, también hace referencia a la nueva normalidad. La Covid-19 trajo consigo miles de cambios que, a pesar de que en un principio parecían temporales, cada día toman más fuerza para consolidarse en la sociedad. Las instituciones de educación han tenido que adaptarse a una formación desconocida hasta el momento y dar la bienvenida a numerosas herramientas que han bautizado lo que se conoce como "educación híbrida". Se trata de un tipo de modalidad que combina la educación a distancia con la educación presencial y parece ser la nueva clave para este curso 2021/2022.

A pesar de que parece un cambio sorprendente, muchas instituciones ya estaban en cierto modo preparadas para llegar a este paso. Ignasi Florensa, responsable del Área Universidad-Empresa e Innovación Docente de la Escola Universitària Salesiana de Sarrià (EUSS), considera que "la educación antes de la situación pandémica ya estaba en transición hacia nuevos formatos y metodologías pedagógicas". De hecho, esta institución dio el paso de lo presencial a lo virtual de un día para otro sin mayor complicación.

Dependiendo de la tecnología de cada institución, de la capacidad del aula y de los objetivos fijados en cada plan de estudios, esta modalidad puede dictar de tres maneras. En un primer lugar destacan las aulas espejo, que proponen que una parte del alumnado se encuentre en la propia clase, mientras que la otra lo haga desde sus hogares a través de alguna plataforma utilizada para realizar videollamadas. En las clases semipresenciales, los alumnos van a la institución algunos días de la semana y los otros permanecen en sus casas. Finalmente, el desdoblamiento incluye la famosa "burbuja", es decir, los alumnos hacen turnos para ir a las clases, lo que supone menos horas presenciales de cada asignatura, que son compensadas con trabajo desde casa.

En las aulas espejo, la mitad de los alumnos están en clase y la otra mitad en casa

Esta nueva metodología trae consigo ciertas ventajas que los expertos en educación no han tardado en destacar. David Bradshaw, responsable de Servicios de Evaluación de Cambridge para España y Portugal, apunta que "la tecnología está conduciendo a la creación de nuevas tareas que antes eran inimaginables". En este sentido, los estudiantes se conectan a las aulas de todo el mundo compartiendo documentos y escribiendo de forma colaborativa. Dentro de su especialidad que es la evaluación, Bradshaw explica que "la interconectividad de los dispositivos inteligentes y la capacidad de capturar grandes cantidades de datos en tiempo real significa que podemos medir el rendimiento de los alumnos de maneras que nunca habíamos sido capaces de hacer". No obstante, a pesar de que las ventajas son muchas, este experto indica que no se debe perder de vista el papel fundamental del profesor y de una base pedagógica sólida en la enseñanza de cualquier disciplina.

Beneficios y mejoras

Son muchas las características que definen esta modalidad y que cada vez se adapta más a la sociedad actual. Uno de los beneficios más destacados es la autonomía. Con la educación híbrida se puede desarrollar más la capacidad de ser autodidacta, lo que despierta en el estudiante una característica de investigador que busca la solución de sus dudas de forma autónoma. Además, un plan híbrido bien planteado amplifica, a mayores, el rendimiento de los alumnos.

Otro beneficio de la educación semipresencial es la planificación de los profesores. Con un flujo de contenidos optimizado y una mejor adecuación de los alumnos, los docentes pueden dedicar más tiempo al acompañamiento de los estudiantes, propiciando un mejor aprendizaje. Este tipo de clase, además, podrá ayudar a que la cartera de los estudiantes no se vacíe, ya que reduce ampliamente los costes, tanto de los alumnos como de las instituciones. En comparación con la educación presencial, tal y como indica Pascual Parada, Director Académico y de innovación de IEBS, la educación híbrida plantea mejoras como la asincronía, la personalización y el acceso a alumnos de otras regiones. "Asincronía puesto que permite una educación que no requiere la presencialidad del profesor en tiempo real; personalización porque permite la creación de itinerarios personalizados de aprendizaje y multiculturalidad al permitir congregar alumnos de otras regiones", explica Parada.

La mayoría de los estudiantes no tienen problema con la metodología a distancia

No obstante, no todo es siempre de color rosa y es que las desigualdades que puede traer este modelo es el principal freno de mano que tienen las instituciones. Si bien es verdad, la pandemia nos ha mostrado el efecto que tiene la desigualdad, pero no solo en el acceso a Internet o a equipos informáticos, sino que los sectores más contagiados han sido los socialmente menos favorecidos. Sin distinción, colegios, institutos y universidades han puesto su granito de arena para luchar en contra de la desigualdad mientras la pandemia azotaba sus puertas. Ignasi Florensa manifiesta que: "Nosotros en la EUSS hemos detectado el aumento de esta problemática y por eso todo el ahorro que comportó el cierre del centro (consumos energéticos, básicamente) lo hemos destinado íntegramente al programa de becas".

Sin embargo, muchos de los problemas recaen en la falta de atención que este tema tiene en las altas esferas. Bradshaw es consciente del inconveniente que tienen muchos alumnos a la hora de acceder a las nuevas tecnologías, pero explica que: "Aquí sería necesaria una acción por parte de los gobiernos y/o de organizaciones no gubernamentales para que todos puedan tener las mismas oportunidades de acceso a la educación". Lo que sí está en manos del resto de instituciones educativas es "asegurarse de que cualquier recurso que desarrollemos sea accesible en distintos dispositivos".

Desde IEBS ponen más el foco en las soluciones que se deben llevar a cabo para revertir esta situación. Y es que, según Pascual Parada, la desigualdad se reduce de forma natural al "desarrollar acciones para revertirla, como desarrollando plataformas completamente funcionales para dispositivos móviles, que en países desarrollados tiene prácticamente la totalidad de la población, o bien, implantando espacios comunes para el desarrollo de la parte online", explica.

No obstante, para que toda esta metodología funcione es indispensable el papel de los estudiantes. El punto positivo es que se trata de los "nativos digitales", una generación muy familiarizada con la tecnología, por lo que, para la mayoría de ellos, la metodología a distancia no supone grandes problemas de adaptación, sino que es estimulante. En Cambridge son conscientes de esta situación y lo han visto reflejado con el examen online Linguaskill que tuvo mucho éxito entre los universitarios "no solo porque responde a su necesidad de acreditar con rapidez su nivel de inglés para la obtención del título de grado, sino porque se presenta en un entorno digital muy familiar para ellos", explica Brandshaw. Este experto pone el foco más en los profesores, ya que han aprendido a dar clases con otras metodologías.

El foco, en el docente

Es por eso por lo que la clave es aprender a trabajar de este modo y que los docentes tengan una buena formación en este campo. Para Ignasi Florensa "estamos en fase de aprendizaje", aunque sí que se observa que el profesorado se está formando, está aprendiendo y está generando muchísimos materiales de altísimo valor. "Lo importante es seguir formándonos y escuchar las opiniones de alumnado para formar futuros buenos profesionales y mejores personas", apunta.

En Cambridge han ofrecido un curso para adaptar las habilidades docentes a lo online

En este punto, no hay que olvidar el gran esfuerzo que la comunidad educativa y, concretamente los profesores, hicieron durante la pandemia para adaptar sus métodos de enseñanza y aprendizaje a un sistema a distancia. En Cambridge, conscientes de esta importancia, lanzaron el Curso Online Masivo y Abierto que tuvo mucho éxito en España en la primavera de 2020 y tenía el objetivo de adaptar las habilidades docentes a un entorno digital. "En él participaron más de 57.000 personas de más de 180 países y España fue uno de los países que mayor interés mostró, con un seguimiento de casi 6.000 profesores de inglés", indica Brandshaw.

Educación presencial sí o no

A pesar de que ya estemos con un pie en el futuro de la educación, es necesario echar un vistazo al pasado, a la prepandemia y no olvidarnos de la base de la educación: la presencialidad. Aunque las tecnologías en sí aportan muchas ventajas, no reemplazan la necesidad de una pedagogía fundada en principios sólidos, y una metodología activa y bien desarrollada. Ninguno de los expertos con los que hemos hablado para elaborar este reportaje considera que la educación presencial va a desaparecer, pero sí que se modificarán algunas dinámicas. Desde EUSS le dan mucha importancia al ambiente familiar y la cercanía entre el personal y el alumnado. "Las interacciones informales, consultas, intercambios que puedan existir en los pasillos, en la cafetería son difícilmente sustituibles por experiencias virtuales", confiesa Florensa.

Las tecnologías no reemplazan la necesidad de una pedagogía fundada en principios sólidos

Uno de los ejemplos más claros lo observamos en las aplicaciones de aprendizaje de idiomas que "pretenden enseñar una lengua de una manera lúdica, pero que en el fondo están basadas en una pedagogía muy tradicional, arraigada en la traducción y en un enfoque en la gramática, que es justo lo que intentamos superar", apunta Brandshaw. De esta forma, lo que sí es necesario es que los cambios se lleven a cabo de forma correcta. "La educación social tiene que dejar de ser un espacio de comunicación unidireccional de uno (profesor) a muchos (alumnos) para ser un espacio de reflexión y debate", concluye Pascual Parada.

En definitiva, son muchas las ventajas que trae consigo la educación híbrida para un nuevo año marcado todavía por las heridas de la pandemia, pero la clave está en la base, en la comunidad educativa y en la formación, tanto de alumnos y profesores de una educación que ya no es la tradicional.

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