
La 'teleco' crece a ritmo de dos dígitos al otro lado del Atlántico, continente en el que sitúa casi la mitad de sus ingresos gracias a los 128 millones de accesos entre Brasil e Hispanoemérica.
A mérica es el principal semillero para el crecimiento de Telefónica. Gran parte de las 20 nuevas suscripciones de banda ancha que cada segundo se activan en el mundo tienen su origen al otro lado de Atlántico, donde sus habitantes están llamados a multiplicar por ocho el actual tráfico de datos para el 2021, según unas recientes estimaciones de Ericsson.
Precisamente en Hispanoamérica y Brasil es donde Telefónica disfruta de una fortaleza envidiable frente a sus competidores europeos. El entorno macroeconómico más favorable en buena parte del continente, con tipos de cambio más benévolos y menores niveles de inflación, permite albergar favorables esperanzas en la región. La excepción a la regla es Venezuela, país cuya inestabilidad política e hiperinflación contrasta junto al paisaje prometedor del resto de los países.
Frente a la saturación de las conexiones fijas y móviles de alta velocidad de España, Reino Unido y Alemania, la teleco cuenta con amplio espacio para atraer a millones de clientes que hasta el momento nunca han tenido un teléfono conectado en el bolsillo. Y lo mismo sucede con las líneas de acceso a Internet en el hogar, servicios que todavía se consideran un lujo para las familias más modestas. Ante ese mapa aún por conquistar, Telefónica dispone de presencia en la práctica totalidad de los países de Latinoamérica, lo que ofrece al operador en una extraordinaria oportunidad para recoger los frutos del previsible incremento del Internet fijo y móvil y de la progresiva mejora de la calidad de las conexiones, ahora con telefonía 4G y despliegues de cable y fibra óptica.
Según los datos correspondientes al primer trimestre del año, el conjunto de América (que incluye Brasil e Hispanoamérica) acaparó el 49,1% de los ingresos, con un total de 6.450 millones de euros y el 49,9 del oibda, hasta los 2.008 millones. Hasta el pasado marzo, el número de accesos de Telefónica en el continente ascendía hasta los 128,5 millones, el 36,5% del grupo. Esta última magnitud está llamada a crecer en el mercado latinoamericano, algo cada vez más complicado en otros continentes por la saturación de los mercados que existe en España, Reino Unido y Alemania.
La telefonía 4G ya está felizmente democratizada en Europa y lo mismo sucederá en Latinoamérica. Eso ocurrirá más pronto que tarde. Las licitaciones de espectro de los últimos años tendrá continuidad en los próximos, con el esfuerzo inversor que exigirá a los operadores más comprometidos. Además de la compra de frecuencias radioeléctricas, Telefónica estará obligada a desplegar nuevas infraestructuras de fijo y móvil para así mantener la espiral virtuosa que ya existe en las principales economías del mundo.
La estrategia de Telefónica en Latinoamérica es idéntica a la del resto de sus grandes mercados: interés por los clientes de valor, la paquetización de los servicios y la continua mejora de la red. Estos tres objetivos invitarán al grupo a incrementar el crecimiento orgánico en entornos en los que las comunicaciones de voz pierden relevancia frente a los datos y los servicios.
Según el informe el Estado de la banda ancha en América Latina y el Caribe 2016, el 55% de los habitantes utilizaron la red en 2015 -último año de referencia-, lo que representa 20 puntos porcentuales más que en 2010. Los niveles de acceso son muy dispares en el continente. En la parte más retrasada se encuentran Cuba y Haití, países en los que Telefónica no tiene presencia, con índices de penetración de Internet inferiores al 15%, mientras que una gran parte de la región se encuentra entre 15 y el 45%. Eso significa que existe un gran trabajo por hacer, pero también brinda muchas posibilidades de crecimiento. Y lo mismo ocurre en otros mercados como el argentino y panameño, con índices próximos años 56%, o en Chile, Costa Rica y Uruguay, cuya penetración de la red ya supera al 60% de la población.
Las últimas cifras de Telefónica muestran la creciente importancia estratégica del continente latinoamericano en el conjunto del grupo. La trayectoria ya invitaba al optimismo desde finales del año pasado. Así, en el cuarto trimestre de 2016, Telefónica Hispanoamérica ofrecía unos "sólidos resultados operativos y financieros, con un crecimiento interanual de doble dígito tanto en ingresos como en oibda".
La filial brasileña, la más importante del grupo al otro lado del Atlántico -con 97,3 millones de accesos- ha comenzado a soltar el lastre del tipo de cambio adverso que le había castigado durante los dos últimos años. Ese efecto no se reflejó directamente en las cuentas de la subsidiaria, pero sí contribuyó en los resultados consolidados del grupo. En el caso de Brasil, el beneficio neto se recortó el 18,2% en el primer trimestre por el impacto de la venta de antenas a Telxius, realizada en el primer trimestre de 2016. Este efecto extraordinario también erosionó el oibda, que descendió el 7,2% hasta los 1.012,4 millones. No obstante, sin contabilizar las ventas de activos de 2016, la rentabilidad de la filial brasileña hubiera aumentado el 7,3%. Donde mejor nota saca Telefónica Brasil es en el negocio del móvil. Pese a la feroz competencia que existe en ese mercado, la filial de Telefónica creció más de dos puntos en cuota, hasta alcanzar una participación superior al 30,5%, cifra que se eleva hasta el 42% en el segmento de postpago. Por otra parte, el operador redujo su inversión el 11%, hasta los 387 millones, fondos con los que se mejorará la cobertura de telefonía 4G en 304 nuevas ciudades, entre otros conceptos. En la partida de inversión no se contabilizaron los 190 millones de euros destinados por Telefónica durante el primer trimestre para la limpieza de la banda de 700 Mhz.
Precisamente Brasil fue uno de los asuntos principales en la conferencia de inversores ya que los directivos del grupo consideran que "están preparados para sacar provecho de este mejor entorno macro". Así, según algunos análisis, se prevén crecimientos de entre el 3 y el 4% dada la recuperación del país. "Y esto ya se está empezando a percibir en las tendencias de nuestros ingresos y, concretamente, en nuestra actividad comercial y, desde luego, en la provisión de morosidad en las distintas compañías", indicaron.
Buenas noticias en Argentina
Argentina también propinó en el primer trimestre del año una de las grandes satisfacciones al grupo, con importantes crecimientos en ingresos y oibda. Los ingresos en el primer trimestre ascendieron a 876 millones con un crecimiento interanual del 33,4%, tres puntos más que en el cuarto trimestre de 2016. En esta línea, el oibda de la filial argentina de Telefónica aumentó el 62,8% anual y sitúa el margen de rentabilidad en el 26,4%, lo que supone un aumento de 4,8 puntos porcentuales.
La feroz competencia en Chile no ha impedido al grupo español crecer en los segmentos de mayor valor y salvar los muebles tras los efectos regulatorios adversos, como la reducción de las tarifas de terminación móvil (con rebaja de los precios el 23% en apenas tres meses) y de terminación fija, con descuentos del 9% desde la primera semana del pasado mayo. En total, los ingresos ascendieron a 561 millones en el primer trimestre, una cifra similar a la de doce meses atrás.
Colombia muestra crecimientos en todas las partidas y ofrece una evolución que invita a Telefónica a mantener el optimismo en el país. Así, las ventas mejoraron el 4,4% en el primer trimestre del año, hasta los 388 millones de euros, impulsado por la aportación de los clientes de valor. Los accesos crecieron el 3%, hasta los 13,6 millones de líneas. La renovación de la licencia de televisión exigió un mayor esfuerzo inversor, magnitud que se elevó el 54,7% en términos interanuales.
El negocio de Telefónica en Perú se resintió durante el primer trimestre por el desastre natural provocado por el fenómeno el Niño Costero. Por ese motivo, junto con la alta competitividad del mercado, los ingresos del primer trimestre del año disminuyeron el 8,5%, en línea con el trimestre anterior, hasta los 620 millones de euros. La inversión también disminuyó en los tres primeros meses del año, hasta los 54 millones de euros.