El presidente de Iberdrola, Ignacio S. Galán, se mostró este miércoles muy claro sobre la guerra que mantiene con Siemens desde hace unos meses por la gestión de Gamesa. El ejecutivo de la primera eléctrica española niega que el motivo de esta batalla sea conseguir una oferta por el precio de venta inicial tras la caída de los títulos de la compañía en bolsa. "Si hubiese querido vender a 22 euros por acción, lo hubiese hecho en el momento de la venta. No se trata de querer una OPA", indicó el ejecutivo a las preguntas de este diario, en el foro organizado por BBVA. | Editorial: Iberdrola: postura razonable.
Galán explicó que "soy el padre de la operación, la avalé para que se permitiera tomar el control sin realizar una oferta de compra por la totalidad del capital y va mi prestigio personal y el de Iberdrola en ello".
Expedientes de empleo
Siemens, indica el presidente de la española, "no entendió el sistema de funcionamiento. Ellos nombraban el presidente y nosotros el consejero delegado, pero entró de un modo muy fuerte. Había un acuerdo de reparto de poderes que no se ha respetado. O, por ejemplo, cuando los expedientes de regulación de empleo no se hicieron de modo proporcional, a los alemanes no se les tocó en el ajuste, pero a los españoles y a los daneses sí".
Pese a esta situación, Galán quiso explicar que su queja no se basa "en el cumplimiento del acuerdo de gobierno. No hemos instado su ruptura. Mantengo una relación buena con Joe Kaeser, el presidente de Siemens, y le voy a ver dentro de dos semanas en Bruselas".
Para el presidente de Iberdrola, el conflicto con el gigante alemán se basa más en la petición que realizaron las autoridades españolas en su momento para eludir la OPA. "La CNMV nos encargó que fuésemos los garantes de los minoritarios. De hecho, tenemos presencia en el consejo y por eso hay un acuerdo reforzado. Hemos denunciado la situación, porque Siemens ha actuado de modo arrollador en su entrada en Gamesa".
Petición de información
La CNMV respondió la semana pasada a la eléctrica que no veía necesario lanzar una OPA. La eléctrica dispone ahora de un mes para poder aportar una mayor cantidad de documentación sobre el asunto, ante la petición del organismo de que diesen más detalles sobre la situación. La institución, no obstante, no apreció ningun motivo para exigir a la alemana que se lance esta oferta de adquisición, al menos, por el momento.
El presidente de Iberdrola aprovechó para recordar que "es imposible competir con empresas estatales como Enel, que ofrecen precios absurdos" y para mostrar su satisfacción ante el acuerdo alcanzado el pasado martes entre Siemens y el Gobierno vasco para ligar a la multinacional alemana con los proveedores locales en materia de energía eólica, con vigencia hasta 2020, y recordó que Iberdrola puso "dos puntos en el orden del día a los que pensábamos que no podían decir que no y por eso me alegro de que hayan doblado la rodilla ahora con el acuerdo con el Gobierno vasco".
Siemens ha firmado un acuerdo para colaborar en cinco áreas: digitalización de los componentes, cadena de suministro, ensayos para componentes, formación y colaboración con emprendedores relacionados con la industria 4.0.
Reunión con Siemens
El presidente de Siemens, Joe Kaeser, en una reciente visita a España, dejó claro que su empresa no podía comprar más acciones de Gamesa e instó a Iberdrola a vender su participación, si así lo consideraba, en el mercado.
Desde entonces, la eléctrica ha solicitado por el camino cambios en el equipo directivo de Gamesa, al tiempo que una mayor trasparencia sobre los contratos que firma la compañía con Siemens, incluidos los pagos por gestionar la empresa, de modo que sean mucho más trasparentes las operaciones con partes vinculadas, uno de los extremos que preocupaba a Iberdrola.
Gamesa ha ido incrementando su número de pedidos de forma notable, lo que la ha convertido en el primer fabricante mundial, superando a Vestas, aunque con una merma de la rentabilidad. La compañía, además, ha mostrado su disposición de poner en España su centro de desarrollo para África y Europa, un extremo que ya era en gran parte así antes de integrarse con Siemens.