Energía

Apagones y 'corralito energético' en el país que flota sobre un desierto de petróleo al nivel de EEUU

  • Libia "se ha acostumbrado a vivir en la oscuridad. No hay diésel para los generadores"
  • Varias ciudades han impuesto racionamiento de gasolina y todo tipo de negocios cierran
  • Han iniciado un megaproyecto de gas que podría cambiarlo todo
Tripoli, Libia (iStock)

Frente a las costas de Sicilia, en el Mar Mediterráneo, una potencia del petróleo se mantiene en Letargo. Según datos de la OPEP Libia cuenta con unas reservas probadas de 48.360 millones de barriles, cifra comparable a los 55.250 millones que reconocen en EEUU, el gran dominador del mercado. La antigua colonia italiana cuenta también con unas enormes reservas de gas de 53 billones de pies cúbicos. Sin embargo, la gran potencia energética y gasolinera de África y unos de los países con más combustible fósil del mundo vive una situación inusitada. Este sábado la compañía general de electricidad advirtió que el país se preparaba para un apagón inminente, mientras que las ciudades afrontan apagones constantes desde hace meses.

Este evento, que se produce por la volatilidad en el suministro, que provoca desacoples en varios puntos de la red, es solo el último síntoma de una enfermedad extendida por el país. Los recursos energéticos son tan escasos que el país ha activado ya todos los protocolos de emergencia. La nación lleva ya varias semanas en los que se reproducen cortes de electricidad pero también enormes colas en las gasolineras y han impuesto racionamiento a las compras. Muchos edificios permanecen desconectados por que no hay diésel para activar los generadores y muchos negocios directamente han cerrado ante la imposibilidad física de operar.

El alcalde de la ciudad de Zliten a escasos kilómetros de Trípoli, Muftah Ahmadi, advertía hace una semana que "se han cerrado ya varias gasolineras, la red eléctrica está en dificultades y ya se han cerrado 35 panaderías, dejando a la población sin acceso a este recurso básico". El alcalde también afirmó que está habiendo interrupciones en el suministro de agua . "La acumulación de estos problemas demuestra la urgente necesidad de una intervención inmediata de las autoridades competentes". Los apagones y los problemas derivados de la falta de gasolina están replicándose a toda velocidad y han pasado a convertirse en la normalidad de muchas zonas… en un país que flota sobre un océano de petróleo y tiene una población comparable a la Comunidad de Madrid (7,4 millones de habitantes).

El corralito energético de un titán del crudo

¿Cómo es posible este fenómeno? La realidad es que el país tiene conflictos militares con la región al este del mismo y los grupos armados que emergieron tras la caída de Gadafi en 2011. Esto no solo ha bloqueado la nueva inversión sino que ha frenado la actividad que ya había pues los recursos energéticos se han convertido en una carta ganadora para que unas facciones bloqueen al gobierno o a otras, impidiéndoles acceder a los ingresos de estos recursos. Con todo, según S&P Global Libia produce unos 1,17 millones de barriles diarios. Hace un año el bloqueo de varios pozos provocó una caída del 63%d e la producción nacional.

Sin embargo, incluso con esta situación y con buena parte del problema disolviéndose, con la producción aumentando a esos 1,17 millones de barriles, cómo es posible que un país que produce casi 160.000 barriles diarios por cada habitante pueda tener enormes colas en las gasolineras, racionamiento en las compras de gasolina y apagones por falta de diésel. Según African Energy el motivo es que hay una gran potencia de producción e incluso de exportación (infrautilizada pero más que suficiente para el país) pero "no hay prácticamente infraestructura de gasoductos y oleoductos para tener un suministro estable".

El economista Younis Moussa, publicaba en Libya Economic Review que "los libios ya se han acostumbrado a vivir en la oscuridad por un problema que trasciende lo técnico y que apunta directamente a la gobernanza". según el experto ". A pesar de poseer vastos recursos energéticos, Libia lucha con un sistema energético que se ha visto afectado por el deterioro de las divisiones políticas, la mala gestión y años de conflicto". Concretando en los motivos, un gobierno enfrentado con las autoridades locales aunque no sea un problema bélico abierto, lleva a que no haya una coordinación entre ambos y que, aunque sobre el papel sea un solo país, cada región esté sola y no puedan tener un sistema energético unificado.

"Además del robo descarado, los daños y el deterioro de la guerra han paralizado la infraestructura. Los generadores permanecen inactivos por falta de repuestos o combustible"

La estructura eléctrica y de suministro se ha ido dañando en más de una década de conflictos constantes. Sin embargo, "con todas estas divisiones internas nadie ha encontrado cómo reparar y modernizar toda la infraestructura energética y cada año se vuelve más urgente". Según los datos de la ONU la producción promedio del país fue de 5.300 megavatios de energía frente a la demanda de 7.600 megavatios en los días más calurosos. A pesar de que el país tiene una capacidad instalada suficiente, con 10.2356 megavatios posible, apenas puede utilizar utilizar estos recursos y en consecuencia tiene un déficit energético muchos días del 50%.

Desde Libya Economic Review explican que " las administraciones rivales a menudo han tomado decisiones contradictorias. Las centrales eléctricas y las líneas de transmisión incluso han sido tratadas como botín de guerra. El Grupo de Expertos de la ONU informó a finales de 2024 que grupos armados utilizaron los propios depósitos de combustible de GECOL en Bengasi para desviar al menos 1,13 millones de toneladas de diésel desde 2022". En resumen, a una autoridad local le interesa muchas veces más crear una economía paralela vendiendo ese gas en otros mercados de forma ilegal a suministrarlo en el sistema.

Por su parte. Moussa comenta que "además del robo descarado, los daños y el deterioro de la guerra han paralizado la infraestructura. Los generadores permanecen inactivos por falta de repuestos o combustible. Los cables y subestaciones que antes abastecían a Trípoli han sido saqueados o destruidos". Cuando las facciones orientales bloquearon las exportaciones de petróleo en 2022-2023, "también se interrumpieron los envíos de combustible a las centrales eléctricas de petróleo, lo que provocó nuevos apagones".

Además esto se ha mezclado con una política errática desde trípoli que ha espantado al sector privado. "Se ha producido un problema de politización del suministro eléctrico. La causa subyacente es la falta crónica de financiación". Ha habido años de electricidad subvencionada han supuesto que las empresas se hayan visto privada de ingresos; sumado a una tasa de pérdidas técnicas del 30-40% (debido al robo y la ineficiencia), el sistema prácticamente la empresa nacional (ni ninguna privada) han podido tener un presupuesto para mantenimiento. En pocas palabras, "invertimos poco en nuestras centrales eléctricas y luego peleamos por lo que producían".

Un proyecto de gas podría cambiarlo todo

Ante este problema la empresa estatal del país quiere reactivar un megaproyecto de gas que ponga fin a la escasez de energía. La Corporación Nacional de Petróleo quiere que su unidad Arabian Gulf Oil Co. desarrolle los depósitos de gas descubiertos en el bloque NC-7 en el oeste de Libia, potencialmente en colaboración con sus socios Eni, TotalEnergies, Abu Dhabi National y Turkish Petroleum, según una carta de la NOC a Abdul Hamid Dbeibah, el primer ministro del gobierno internacionalmente reconocido de Libia. El proyecto sería supervisado por una empresa en Bengasi, permitiendo que la administración oriental puede recibir los ingresos de esta explotación y no bloquee el proyecto.

NC-7 sería uno de los nuevos proyectos más grandes del país, según el informe. Sin embargo, un plan previo para desarrollar los descubrimientos se estancó en 2023 tras las objeciones de Libia a la participación en las ganancias que se otorgaría a empresas extranjeras. Queda por ver si esto será suficiente para acabar con la extraña paradoja de un país que vive en la oscuridad pese a ser una potencia energética con recursos comparables a EEUU.

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