Tras firmar un tsunami de gas de EEUU una nueva lluvia de GNL de un gigante dormido cruzará el Atlántico hacia Europa. Canadá es el quinto mayor productor del mundo con cerca del 6% del suministro del planeta y un músculo de 18.000 millones de pies cúbicos al día. Solo es superado por EEUU, Rusia, Irán y China. El titan energético pese a sus grandes cifras, prácticamente no existe como actor en el mercado internacional fuera de envíos a EEUU. El país ha limitado todo ese 'chorro' de gas al consumo interno y, en su gran mayoría, a exportaciones a su vecino EEUU por gasoducto por una cuestión de pura proximidad (es más barato para EEUU usar en Nueva York o Chicago, por ejemplo, gas de Canadá que de Texas). Sin embargo, el país del norte ha entrado ya oficialmente en el negocio internacional.
Desde que empezó la guerra de Ucrania el país ha visto con envidia como sus vecinos del sur ganan miles de millones de dólares ante la necesidad de suministro de las ciudades europeas. De hecho según el Departamento del Censo Estadounidense, solo en 2024 la nación norteamericana generó 13.000 millones de dólares en ventas a Europa de gas natural licuado. Estas cifras han llegado a una nueva dimensión con el acuerdo comercial, en el que se ha cerrado la compra de 750.000 millones de dólares en energía de EEUU (principalmente GNL) en un plazo de tres años. Unas cifras tan altas que expertos del sector consideran que es prácticamente imposible para ambas partes alcanzarlas.
Sin embargo, se mantuvo parado bloqueando proyectos por motivos climáticos y estratégicos. Desde Ottawa había un sentimiento de cierta oportunidad perdida dado que no contaban con la infraestructura necesaria para presentarse como un proveedor clave de Europa y Asia en un momento donde podrían haber sacado una gran tajada. Sin embargo, esta semana el ministro de recursos naturales, Tim Hodgson, se trasladó a Berlín y ha afirmado que entrarán con todo en el mercado europeo, cargando incluso más las llegadas a través del Atlántico en próximos años.
En el mes de julio Canadá terminó oficialmente su primera terminal de envíos GNL y ya han comenzado los primeros fletes en lo que será, con poco lugar a dudas, una irrupción enorme de un gigante dormido. Esto es un cambio histórico en un país que siempre ha declarado que quería vivir de espaldas al mercado internacional. En marzo de 2024, el entonces ministro de recursos naturales, Jonathan Wilkinson comentaba que "no nos interesa invertir en terminales GNL". Para empezar porque consideraban que era un gasto demasiado elevado, pero para proseguir, creían que ser un gran exportador de GNL era contraproducente para lograr el objetivo de emisiones cero de cara a 2030 y buscaban invertir más en otro tipo de energía. Es por ello que cancelaron decenas de proyectos de GNL como el Energy East o diversos terminales en el Atlántico que buscaban, precisamente, sostener envíos a Europa.
El nuevo gobierno de Mark Carney ha cambiado radicalmente esta perspectiva y habla sin tapujos de convertir a Canadá en una superpotencia energética con un peso decisivo en los mercados internacionales. Con tanto gas aislado en el mercado canadiense, los precios son mucho más bajos que los de EEUU por los que, al menos por ahora, el país tiene la opción de enviar gas a precios mucho más baratos para sus clientes.
Si bien el primer pedido fue en julio y surcó el pacífico para recalar en Asia, el mercado del futuro, Canadá en ningún momento ha escondido que busca realizar una opa hostil contra el dominio de EEUU en el mercado del presente, Europa, y reducir su liderazgo con pedidos baratos. "Muchos de los compradores están dispuestos a comprar GNL en la costa oeste de Canadá y comercializar esos productos en el mercado internacional de GNL", dijo Hodgson en una conferencia de prensa en Berlín. Según el primer ministro canadiense, ya está en negociaciones para suministrar gas a Alemania a través del Atlántico.
"Casi todas las exportaciones de gas de Canadá ya llegan a Europa... pero a través de EEUU y con una plusvalía"
El propio líder norteamericano ha señalado, al lado del mismo canciller Friedrich Merz, que se anunciará un acuerdo "en las dos próximas semanas" para crear enormes infraestructuras portuarias que permitan enviar GNL a Europa. El alto cargo no escondió precisamente de qué proyectos se trataba y mencionó directamente que uno de ellos sería una expansión masiva del Puerto de Monreal que aumentaría su capacidad un 40% y "abriría un enorme potencial de exportación de GNL a Europa".
En cualquier caso, todavía queda mucho para un desembarco directo. En declaraciones a periodistas en Berlín en un evento aparte, el ministro de Energía, Tim Hodgson, dijo que el objetivo que los promotores canadienses venden a los compradores alemanes "es poder realizar el envío en tan sólo cinco años".
Sin embargo, sí que llegará una enorme cantidad de gas canadiense a Europa este lustro, pero a través de EEUU. La potencia norteamericana usará el gas canadiense para exportar a Europa… a un precio más alto y sacando una plusvalía. Jamie Heard, ejecutivo del productor canadiense de gas natural Tourmaline, dijo en una entrevista a National Post que "casi todas" sus exportaciones de gas natural a Estados Unidos terminaron en Europa.
El ascenso de un nuevo titán del gas
En cualquier caso, aunque no será algo a corto plazo, donde el suministro de EEUU parece incontestable y blindado por el acuerdo de Trump, Canadá amenaza con trastocar los mercados globales y convertir su ascenso en la gran historia de los mismos los próximos años. Masaru Saito, director ejecutivo del grupo de energía de Mitsubishi Corporation, dijo en julio que "Canadá tiene los recursos potenciales y la capacidad para convertirse en un actor importante en el panorama energético mundial". El mismo Carney ha hablado abiertamente de convertir a Canadá en una "superpotencia energética global" y "reducir la dependencia de EEUU", donde acaban el 99% de sus exportaciones de gas.
Esta voluntad se ha visto más reforzada tras los aranceles de EEUU que les han mostrado el peligro de que toda su industra gasista dependa solo de un único cliente. El mismo ministro de energía, Tim Hodgson, consideraba que ""Los aranceles del presidente Trump están perturbando el comercio, amenazando los empleos y las industrias canadienses y reescribiendo las reglas del juego". Por lo tanto, "aumentar los proyectos de GNL es parte de una estrategia más amplia para proteger nuestra seguridad energética y diversificar nuestro comercio mientras nos movemos hacia energías confiables y bajas en carbono".
De hecho, desde S&P Global creen que la irrupción poco a poco de Canadá marcará un descenso general en los precios globales a medida que los envíos locales vayan repercutiendo en los mercados de Asia primero (principalmente Japón y Corea por ahora) y posteriormente vaya penetrando en otros mercados como Europa, a medida que la infraestructura lo permita.
"Las empresas reducen la producción de gas ante unos precios demasiado bajos"
Para 2030 ya se espera que la capacidad de exportación mundial se dispare un 40% por dos frentes claros, la llegada de Canadá y los mayores proyectos de Oriente Medio, particularmente de Catar. Desde Argus Media consideran que una cantidad tan masiva de gas atrapada en Canadá ha llevado a que, ante unos precios en mínimos de 40 años, las empresas opten por desconectar la producción. Solo estaban activas 160 plataformas de producción en el país un 17% menos que en 2024 y mínimos de dos años. Arc Resources, el tercer mayor productor de gas natural de Canadá, anunció que cerró un producción 360 mmcf/d de gas seco durante el segundo trimestre debido a las débiles condiciones del mercado.
A medida que puedan exportar más al exterior la producción también irá en aumento. "Los analistas esperan una recuperación gradual hasta 2026 a medida que LNG Canadá aumenta su producción, ofreciendo finalmente a los productores canadienses un acceso significativo a los mercados globales y una salida al exceso de oferta interna crónica".
Desde PwC creen que Canadá será uno de los pilares del crecimiento a nivel mundial del suministro de gas. "Canadá está incrementando su suministro con el proyecto LNG Canada, que se proyecta que añadirá 14 millones de toneladas anuales para 2025, abasteciendo principalmente al mercado asiático". El caso canadiense, sumado al aumento de producción en otros lugares dejará un mercado superpoblado. "El exceso de oferta obligará a los vendedores a buscar mercados alternativos y compartir más riesgos con los comerciantes que esperan aprovechar las oportunidades de arbitraje. Además, algunos productores probablemente reducirán los precios para defender su cuota de mercado frente a las importaciones de GNL" .