
El Banco Europeo de Inversiones (BEI) ha firmado una operación de financiación con Iberdrola por valor de 50 millones de euros destinada a reparar y modernizar la red eléctrica de distribución dañada por la DANA que afectó a la Comunidad Valenciana en octubre de 2024. El plan, enmarcado en el proyecto il·lumina, introduce medidas de adaptación climática y digitalización que contribuirán a la ayuda de más de 650.000 usuarios.
El préstamo se desglosa en dos tramos de 25 millones de euros, uno con cargo a fondos propios del BEI y otro procedente del Fondo de Resiliencia Autonómica (FRA), instrumento financiado con recursos del programa Next Generation EU y gestionado en colaboración con el Ministerio de Economía. Este fondo busca impulsar proyectos estratégicos en las comunidades autónomas en ámbitos como la transición energética, el transporte sostenible o la regeneración urbana.
Las actuaciones previstas incluyen la reconstrucción de infraestructuras dañadas, el soterramiento de líneas, la automatización de instalaciones y la instalación de transformadores inteligentes, entre otras medidas. Según Iberdrola, estas inversiones permitirán aumentar la fiabilidad del suministro eléctrico y prepararán la red ante posibles eventos meteorológicos extremos.
"El proyecto responde no solo responde a los daños sufridos, sino que anticipa el futuro, apostando por una infraestructura eléctrica más segura, eficiente y alineada con los objetivos climáticos europeos", subrayaron desde Iberdrola. La compañía ha movilizado a un equipo técnico de 35 profesionales que coordina a cerca de 1.000 operarios, la mayoría locales, para ejecutar este despliegue.
La operación refuerza el papel del BEI como "Banco del Clima", una de sus prioridades estratégicas para el período 2024-2027, y se enmarca también en la iniciativa REPowerEU, cuyo objetivo es acelerar la transición energética en Europa y reducir la dependencia de los combustibles fósiles importados.
En paralelo, el grupo BEI destinó en 2024 más de 1.500 millones de euros a proyectos de redes eléctricas y almacenamiento en España. Con este nuevo impulso, tanto el BEI como Iberdrola apuestan por una infraestructura eléctrica más adaptada a los desafíos del cambio climático.