
Iberdrola ha cerrado con éxito una ampliación de capital por importe de 5.016 millones de euros mediante una colocación acelerada de acciones nuevas, en la que la demanda de los inversores institucionales ha superado en 3,8 veces la oferta disponible. La operación se ha realizado con exclusión del derecho de suscripción preferente y responde a la estrategia del grupo para reforzar su estructura de capital y financiar su ambicioso plan inversor en Estados Unidos y Reino Unido, principalmente.
El precio de emisión de las nuevas acciones se ha fijado en 15,15 euros, lo que representa un descuento del 4,687% respecto al cierre del día anterior, situado en 15,895 euros. En total, se emitirán 331,1 millones de títulos nuevos, con un valor nominal de 0,75 euros cada uno, que representan un 4,956% del capital social tras la ampliación. El importe nominal asciende a 248,3 millones de euros, mientras que la prima de emisión suma 4.768 millones.
Tras una exclusión de cotización al conocerse la noticia, los títulos de la firma española han vuelto ya a los parqués con una caída del 3,5%, llevando el valor de sus acciones a 15,355 euros.
La energética ha confirmado que las nuevas acciones comenzarán a cotizar en las bolsas españolas el próximo 25 de julio. La escritura de ejecución del aumento se otorgará mañana, 24 de julio, y su inscripción en el Registro Mercantil de Bizkaia será inmediata.
La operación ha sido dirigida por un sindicato de bancos colocadores globales (joint bookrunners), cuyas propuestas de suscripción han sido seleccionadas por la compañía en un proceso confidencial. La empresa subraya que no se ha registrado folleto ni se ha realizado oferta pública, conforme a las excepciones legales aplicables en el Espacio Económico Europeo y Reino Unido, y limitando la operación a inversores cualificados.
El fuerte apetito de los inversores y la celeridad del proceso confirman el atractivo del perfil financiero y estratégico de Iberdrola en los mercados internacionales, en un momento clave para el desarrollo de su cartera de renovables, redes y almacenamiento. La compañía no ha revelado el destino concreto de los fondos, si bien se espera que se destinen a reforzar su hoja de balance y a acelerar inversiones alineadas con la transición energética.
La primera utility de Europa por capitalización y una de las dos más grandes del mundo prevé que su base de activos en redes supere los 90.000 millones de euros en 2031, frente a los 30.000 millones de 2020, lo que supone multiplicar por 3 en tan solo una década.
La operación se enmarca en la estrategia de crecimiento de Iberdrola, centrada en redes eléctricas en países con alta calificación crediticia y políticas regulatorias favorables. El flujo de caja, las operaciones de rotación de activos y alianzas y la creciente liquidez, unidos a esta operación, serán suficientes para acometer las ingentes inversiones previstas.
La operación permite el mantenimiento de unas ratios crediticias compatibles con la calificación crediticia Baa1/BBB+ y de la política de remuneración al accionista. Además del impacto positivo en la solidez financiera, la operación tendrá un efecto favorable en el beneficio por acción, al permitir acometer un mayor volumen de inversiones con retornos atractivos. Esto refuerza las perspectivas de crecimiento de un dígito medio-alto en el beneficio neto hasta el final de la década.
Iberdrola presentará más detalles sobre su estrategia y perspectivas de crecimiento en su próximo Capital Markets Day, que se celebrará en Londres el 24 de septiembre de 2025.