
Agosto de 2006. Ignacio Galán, flamante nuevo presidente ejecutivo de Iberdrola, quiere convertir su compañía en el referente energético español. Endesa, la primera eléctrica del país en aquel momento, protagoniza junto con Gas Natural una de las batallas empresariales más feroces que se han visto en los últimos años sobre la piel de toro. El calor agobiante recorre las calles de Madrid. En los cuarteles generales de Iberdrola no están preocupados por la demanda energética, que no para de subir. En plena batalla por Endesa, los ejecutivos de esta compañía saben que tienen que moverse con rapidez para no ser devorados por otro gigante europeo o por alguna constructora, como ACS, que estaba al acecho.
Tras la batalla desatada entre el presidente de Endesa, Manuel Pizarro, y el de Gas Natural, Salvador Gabarró, las puertas del sector energético español están abiertas de par en par. Los rumores de gigantes interesados en comprar no cesan.
Iberdrola toma las riendas de la situación y decide contactar con JP Morgan -uno de sus bancos de negocios de cabecera- para encargarle que, con la discreción habitual, se pongan en contacto con Energy East y sondeen una posible adquisición.
La eléctrica estadounidense no es un gigante. Registra un beneficio de 192 millones de euros y cuenta con apenas 555 MW de capacidad instalada, unas cifras diminutas para una empresa del tamaño de Iberdrola, pero que pueden darle músculo suficiente en uno de los mercados más atractivos para las energías renovables de los próximos años: Estados Unidos.
Suena el teléfono. El consejero delegado de Energy East, Wesley W. von Schack, recibe una llamada de Morgan ofreciéndole entrar en negociaciones con Iberdrola, líder mundial en energías renovables.
Schack, que llevaba tiempo dándole vueltas a la cabeza sobre el futuro de la empresa, incluida su venta, está dispuesto a escuchar ofertas. A nadie le amarga un dulce. Quiere conocer con más detalle al gigante español y para ello no duda en reclamar la ayuda del vicepresidente y responsable de desarrollo, Michael McCain.
Con las ideas claras, ambos viajan hasta Madrid en septiembre para mantener una primera reunión con la eléctrica española. Todo son sonrisas. Los americanos se interesan por la cultura corporativa, los objetivos de la empresa y su filosofía de negocio. Y parece que la música les suena bien.
Tras aquellos primeros encuentros la operación comienza a perfilarse. Los ejecutivos americanos se reúnen con Ignacio Galán; el director de Estrategia, José Luis del Valle y el por entonces responsable de Desarrollo Corporativo, Pedro Azagra.
Muy al estilo de Azagra, apenas unos meses después, la eléctrica sigue analizando operaciones porque tiene muy clara su ambición por crecer. Iberdrola sorprende entonces a los ejecutivos americanos. La eléctrica les informa que mantiene discusiones muy avanzadas para realizar una importante compra en Europa, aunque no les desvela el nombre de la compañía, y les reitera su interés en mantener las negociaciones.
El acuerdo con Scottish Power
El 28 de noviembre de 2006, Iberdrola anuncia su acuerdo para comprar Scottish Power, su primera gran operación internacional. Una delegación de la eléctrica se reúne con Schack en Nueva York para supervisar los avances, pero llevan bajo el brazo una mala noticia: Scottish Power ha insistido en que la española no entre en ninguna otra adquisición mientras no tenga cerrada la operación en el Reino Unido.
El 5 de diciembre en la reunión del consejo de Energy East se dan por rotas las negociaciones, pero Azagra no es de los que suelta una presa fácilmente y menos de este tamaño. El 23 de abril, Iberdrola culmina la adquisición de Scottish Power con éxito y casi horas antes de finalizar la operación, la española vuelve a acercarse a Energy East, que finalmente acabará conviertiéndose en la segunda mayor adquisicíón de la eléctrica española.
Años después, en 2015, Iberdrola sigue creciendo con fuerza. La compañía quiere consolidarse en EEUU y se lanza a por UIL Holdings, una adquisición transformadora que convertirá a Iberdrola en una de las siete mayores eléctricas de Estados Unidos con el nacimiento de Avangrid, la marca que la eléctrica española ha utilizado en el país hasta hace apenas unos meses en los que dejó de cotizar para integrarse completamente en el grupo.
La compra supone un nuevo hito en la historia de la centenaria compañía española al convertirse en la tercera mayor adquisición, por detrás de Scottish Power en 2007 por 17.200 millones y de Energy East en 2008 por 6.400 millones.
En esta ocasión, el nombre que también está detrás de la operación es el de Pedro Azagra, que desde la llegada de Galán a la compañía siempre ha estado en un segundo plano, pero marcando los ritmos de las operaciones inorgánicas de la compañía.
Con este currículum en la empresa a nadie le sorprendió cuando hace tres años, en 2022, Galán le encargó a Azagra una nueva misión: liderar el negocio de Estados Unidos.
El nuevo consejero delegado de Iberdrola tomó las riendas y rápidamente puso en marcha un plan de crecimiento para la empresa. Lanzó la compra de PNM Resources, que finalmente no salió pero sobre la que todavía no ha dicho la última palabra, pero a la vez logró importantes éxitos en Nueva York como los planes de inversión en redes, lo que equivale a "tres PNM", como les gusta destacar en la empresa.
Llevar la compañía a otro nivel
Ahora, el nuevo consejero delegado, una de las personas que ha acompañado a Galán en el camino de convertir a Iberdrola en lo que es hoy, un gigante con una valoración de más de 100.000 millones, toma las riendas de la compañía con la ambición de llevarla a otro nivel.
La eléctrica prepara desde el pasado mes de marzo su futuro plan estratégico, que se centrará en crecer en negocios regulados como las redes y el almacenamiento, pero seguro que las operaciones corporativas seguirán en el foco central de la empresa para optimizar sus resultados y ahí, la compañía cuenta con varios ases en la manga.
El nuevo consejero delegado lleva 25 años en Iberdrola, primero como director de desarrollo y responsable de la expansión internacional de la Compañía y desde hace 3 años como CEO de la filial de Iberdrola en Estados Unidos.
Pedro Azagra es licenciado en Administración de Empresas y en Derecho por el Instituto Católico de Administración y Dirección de Empresas (ICADE) de la Universidad Pontificia de Comillas de Madrid donde también ha sido profesor de Finanzas Corporativas y Fusiones y Adquisiciones.
MBA por la Universidad de Chicago (Estados Unidos), desarrolló su carrera profesional en la división de banca de inversión de Morgan Stanley hasta su incorporación al Grupo Iberdrola.
Azagra tendrá que configurar, con la visión del presidente Galán, el futuro de la nueva Iberdrola que pasa por optimizar las enormes inversiones que tiene ante sí para tratar de llegar a aquellas que reporten una mayor rentabilidad. Probablemente será en este punto donde se mida el éxito del nuevo equipo que ahora comienza su andadura.