El almacenamiento se presenta como un tema clave para el futuro del sistema eléctrico español. En estos momentos de transición energética sin precedentes, hay que poner en contexto varios factores: la creciente penetración de renovables, los nuevos retos de seguridad del suministro y la urgencia de modernizar las infraestructuras. El almacenamiento aparece como un facilitador esencial de esta transformación, puesto que dota al sistema eléctrico de mayor flexibilidad y seguridad, y maximiza la integración renovable.
Sobre la importancia de este ha charlado Gonzalo Cantabrana, managing director de S&P Global, durante la ponencia inaugural del II Foro Almacenamiento: La revolución silenciosa. El despegue del almacenamiento energético en España organizado por elEconomista.es. Cantabrana ha aprovechado su intervención para destacar la importancia de contar con una planificación integral del sistema eléctrico a nivel político. "Los Pactos de Estado sobre los sectores de energía e infraestructuras pueden marcar una diferencia a largo plazo, no sólo en España", reclama.
El sector no solo necesita pactos de estado, es necesario planificación estratégica y un marco regulatorio y remuneratorio adecuado y enfocado al futuro. En este campo España cuenta con el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que marca la hoja de ruta y ha elevado los objetivos renovables y de almacenamiento. Además, el Gobierno ha lanzado varias iniciativas como el PERTE de Energías Renovables, Hidrógeno y Almacenamiento. "Aparte de estos apoyos, se necesitan normas que den suficiente certeza a los inversores para reducir el coste del capital y que se atrevan a invertir. Un ejemplo positivo fue el Real Decreto 23/2020 que introdujo hitos de madurez en permisos de acceso y conexión, evitando la especulación con proyectos que nunca llegarían a ejecutarse", señala Cantabrana.
Para el representante de S&P Global este tipo de medidas ayuda a reducir el riesgo, pero "también hay que revisar tarifas, mercados eléctricos y ordenación para que las baterías y bombeos tengan incentivos adecuados. En este sentido, la regulación debe ser ágil y anticiparse".
Competitividad y soberanía energética
Apostar por el almacenamiento energético no solo ayuda a cumplir los objetivos climáticos o garantizar el suministro, sino que posiciona a España estratégicamente en la economía del futuro. La combinación de energías renovables competitivas, la disponibilidad de suelo y el apoyo público facilitan la llegada de proyectos industriales intensivos, como pueden ser las fábricas de baterías, la producción de hidrógeno verde o el reciclaje de materiales críticos. "Estos proyectos, si se consolidan, pueden generar empleo de calidad, inversión y tecnología. Pero para atraerlos de forma estable, es fundamental una red eléctrica fiable, limpia y competitiva. El almacenamiento es parte esencial de esta ecuación", explica Cantabrana.
El sector está viviendo también una importante revolución en el campo digital con la llegada de los centros de datos. Solo en 2024 se incrementó un 16% su demanda en España, según recoge el Estudio de demanda e impacto de los centros de datos en España elaborado por SpainDC en colaboración con Accenture. Y estos centros se van a incrementar notablemente en los próximos años. Las estimaciones de SpainDC apuntan a que de cara a 2028 será necesario duplicar estas infraestructuras.
"Esta nueva infraestructura crítica demanda un suministro eléctrico continuo, seguro y cada vez más descarbonizado. Estos centros, fundamentales para la economía digital, necesitan garantías técnicas que no se pueden improvisar: almacenamiento, respaldo, redundancia y estabilidad de red", reclama.
Absorber y compensar imprevistos
El apagón que sufrió España el pasado 28 de abril puso sobre la mesa la importancia que juega el almacenamiento ante este tipo de incidentes. "Este apagón nos sirve de recordatorio vivo de por qué hablamos de seguridad y fiabilidad. El incidente subraya que, además de más renovables, necesitamos un sistema capaz de absorber y compensar imprevistos. Ese sistema resiliente se construye, en parte, con almacenamiento", matiza el managing director de S&P Global.
El incidente dejó claro las redes españolas están interconectadas y son interdependientes y ha abierto el debate sobre que tecnologías son más importantes que otras. "Estamos ante un mercado complejo, cada vez más sofisticado, y en el que no vale una solución o una estrategia basada en pocas tecnologías. España necesita una estrategia completa, basada en la complementariedad de múltiples tecnologías que nos permitan avanzar hacia unos mercados energéticos descarbonizados y también potencialmente más baratos tanto para el ciudadano como para la industria", explica.
Para el experto de S&P Global el debate no debe centrarse en si es mejor el almacenamiento hidráulico y las centrales de bombeo o las baterías químicas "porque ambas son fundamentales y juegan papeles que pueden ser diferentes y a la vez complementarios".
