
El incidente del apagón del pasado 28 de abril, que dejó sin luz a la península durante varias horas y que pudo afectar al resto de Europa, abrió en todo el continente varios debates en torno a la seguridad energética. Sin saber qué originó el cero energético, algo que ha quedado en evidencia es que la red necesita fuentes de soporte, como lo fueron las hidroeléctricas y las centrales de ciclo combinado, como lo debió ser la energía nuclear, o como aspiran a serlo en un futuro no muy lejano los sistemas de almacenamiento mediante baterías (BESS).
Según un informe de a asociación europea de la industria fotovoltaica, SolarPower Europe, en 2024 se instalaron en Europa 21,9 gigavatios hora (GWh) de BESS, un 15% más respecto a los 19,1 GWh acoplados en 2023. El ritmo de crecimiento, del 15%, disminuyó considerablemente al experimentado los años anteriores, ya que el avance vivido desde el comienzo de la década fue del 86%, del 145% y del 84% entre los años 2020, 2021, 2022 y 2023.
Desde 2015, año en el que despegó esta tecnología en el continente, hasta 2024 —incluido—, la potencia instalada suma 61,1 GWh. Por tanto, en el último año se instaló un tercio del total de baterías en Europa. Entre los países que más han apostado en el último curso por el almacenamiento, figuran Alemania (6,2) e Italia (6), seguidos de Reino Unido (2,9), Austria (1,1) y Suecia (1).
El informe calcula en un escenario neutro que España tendrá 27,5 GWh de BESS en el año 2029
España, pese a que no destacó en el último año, sí aparece en las quinielas de cara al próximo lustro. De hecho, el informe prevé que nuestro país sea el quinto mercado en cuanto a instalación de baterías en 2025, con un despliegue de 1,3 GWh de capacidad en un escenario neutro (el 4% del total continental), así como con hasta 8,7 GWh desplegados en 2029, representando el 7% de Europa.
Para la asociación, estas mejores perspectivas para España se explican fundamentalmente por dos motivos: el potencial de hibridación con sistemas fotovoltaicos y los objetivos fijados por el Gobierno Español en su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), según el cual pretende instalar 22,5 GW de almacenamiento para el año 2030. "Se prevé que el mercado español de BESS alcance los 8,7 GWh en 2029 y 27,5 GWh de capacidad acumulada para el mismo año. Sin embargo, nuestro escenario optimista apunta a 43,3 GWh instalados para finales de 2029, lo que parece más acorde con la dirección que está tomando el país, dada la creciente lista de proyectos de baterías a escala de red que solicitan conexión a la red e inician la tramitación de permisos", señala el informe.
Además de España, Alemania, Italia y Reino Unido seguirán siendo quienes más baterías instalen, con la novedad de Países Bajos en detrimento de Austria y Suecia.
Para Europa, el documento vislumbra que el ritmo de instalación crezca un 36% a lo largo de este año, logrando la instalación de 29,7 GWh, y que se cuadruplique en 2029, con 118 gigas en un escenario neutro. En el escenario más optimista, incluso se podrían llegar a los 183 GWh. En cualquier caso, la demanda estará mayoritariamente impulsada por las instalaciones a gran escala.
Con el objetivo de eliminar barreras e impulsar su desarrollo, la asociación propone reconocer los BESS en los mecanismos de financiación y en la planificación de la red, que los precios de la red se adapten al almacenamiento o que las baterías puedan acceder a todos los mercados de electricidad, entre otras.
En todo el mundo se instalaron 597 gigas de fotovoltaica en 2024, un 33% más que en 2023
En 2024, se instalaron en todo el mundo 597 gigavatios (GW) de potencia solar fotovoltaica, superando el total de 2.200 gigas en el acumulado. Así lo atestigua un segundo informe publicado por la misma patronal —SolarPower—, en el que afirman que, para finales de década, se podrían alcanzar los 7.100 gigas (7,1 teravatios), con un ritmo de instalación de un tera al año. De lograrlo, supondría que el 46% de la capacidad de generación mundial sería renovable y fotovoltaica.
"La era solar ya es una realidad. Si bien la adopción de la energía solar varía según la región del mundo, un tema común es la importancia de los sistemas energéticos flexibles y electrificados, respaldados por tecnologías cruciales como el almacenamiento en baterías", indicó Walburga Hemetsberger, directora ejecutiva de la asociación de la industria fotovoltaica europea.
Quien más aportó a la consecución de esta cifra fue China, con 329 GW instalados, seguido muy de lejos por Estados Unidos (50) e India (30,7), mercado que duplicó sus instalaciones respecto al curso anterior. Tras estos, Brasil instaló 18,9 GW, Alemania colocó 17,4 y España, otros 8,7, más que países como Turquía, Italia, Japón o Francia, los siguientes en el listado.
Para el año en curso, la asociación maneja tres escenarios, y para todos ellos vislumbra una desaceleración marcada principalmente por el contexto geopolítico y el "resurgimiento" del apoyo a los combustibles fósiles. Así, abarca desde un posible crecimiento del 30% (con 774 GW instalados) hasta una contracción del -8%, con 548 GW —49 menos respecto a los instalados en 2024—.
En cierta relación con el apagón, el documento también aprecia una "subestimación" por parte de los responsables políticos de la velocidad del desarrollo solar, "lo que ha llevado a una inversión insuficiente en infraestructura de red y a redes eléctricas obsoletas". Por ello, considera "fundamental" una mayor planificación e inversiones en flexibilidad y almacenamiento.