
El petróleo está atravesando un momento crítico. Con el barril europeo (brent) deslizándose por debajo de los 65 dólares, el mercado se encuentra atrapado en una espiral bajista. El golpe de los aranceles está siendo la clave que está limitando la demanda y la OPEP ha dado la puntilla a la materia prima en medio de los colapsos. Es por ello que los mercados esperaban con ansia el nuevo informe del cártel en el que dejan claro que no es que esperen una recuperación del mercado que justifique la decisión de aumentar la producción, sino que han acelerado el paso a sabiendas de que el barril está condenado por ahora a las bajas y asumido el golpe.
En este escenario la alianza está inmersa en rencillas entre los rebeldes que se saltan los límites impuestos y las grandes potencias petroleras que sostienen su indisciplina con más sacrificio. Desde finales de 2024 parecía que Arabia Saudí, el líder de la OPEP, había conseguido meter en vereda a los países rebeldes pero ahora parece que esa cohesión se ha roto en buena medida. Ahora, con los precios cayendo un 13% desde el 'Día de la Liberación' hasta los 65 dólares el barril, ha empezado una carrera en la sombra para sacar partido y ser el que más pueda medrar en medio del caos.
La OPEP empezó a recortar su producción en 2022 para mantener alto el precio del barril tras la caída posterior a la guerra de Ucrania derivada de la enorme producción de EEUU y otros países como Guyana y Canadá. En ese sentido se acordó un recorte oficioso de 2 millones de barriles dentro del cártel y unos adicionales y voluntarios de 3,85 millones. En total estamos hablando de que el 5,7% de la producción mundial desapareció totalmente. Solo entre Arabia Saudí y Rusia pusieron encima de la mesa 1,5 millones menos de barriles para compensar los precios mundiales.
Este gran sacrificio estaba llamado a terminar en septiembre de 2024. A partir de entonces empezaría a inyectar mes a mes más barriles poco a poco para llegar en 2026 a sus cifras previas al recorte. Sin embargo los precios seguian bajos, por debajo de los 80 dólares y quisieron mantener el pulso. A partir de entonces comentaron retrasos encadenados que acabaron este mes de abril. Con más 3 millones de barriles diarios de capacidad ociosa Arabia Saudí estaba deseando volver a aumentar su cuota en el mercado… y como consecuencia se anunció que la OPEP inyectaría de una tacada 411.000 barriles, el triple de lo que habían presupuestado para esa reunión.
La OPEP acelera… en medio del caos arancelario
El informe publicado hoy por el cártel deja claro que esta decisión de acelerar se toma sabiendo que vienen momentos difíciles. En resumen, que no hay argumentos que sostengan el petróleo mientras recortan, han tomado una decisión. Los cruces arancelarios entre China y Estados Unidos, con tasas del 125% y el 145% respectivamente afectarán claramente a la demanda. Naciones Unidas estima que con la batería de impuestos establecida por Trump hasta ahora, que establece una tasa universal del 10% y otra del 25% en sectores estratégicos como el automóvil, el mundo puede esperar una caída de hasta el 3% del PIB.
Ante este panorama, el cártel ha asumido que ahora se enfrenta a una demanda que se prevé hundida. Esta mañana, la secretaría de la organización ha publicado un informe en el que pronostica una caída de 100.000 barriles diarios este año y el que viene, lo que supone una contracción del consumo del 1% anual.
El cálculo de la OPEP, acostumbrada a unas previsiones cuanto menos conservadoras, es puesto en tela de juicio frente a otras fuentes. El Departamento de Energía de Estados Unidos estima un recorte del 30% en la demanda de crudo este año: una caída de 900.000 barriles diarios. El club petrolífero ha errado en sus previsiones de demanda en los últimos años, tras lanzar unas perspectivas para 2024 más optimistas que las de la industria en general, sólo para recortarlas un 32% a lo largo de seis rebajas mensuales consecutivas, según recoge Bloomberg.
Goldman Sachs es todavía más "pesimista" con el consumo. El banco norteamericano estima que el mercado mundial de crudo registrará un exceso de oferta de 800.000 barriles diarios en 2025 y un superávit más amplio, de 1,4 millones de barriles diarios, en 2026, según una nota recogida por Bloomberg. Por su parte Morgan Stanley prevé una demanda 500.000 barriles diarios menos que lo esperado en el segundo semestre de este año, la mitad de su estimación anterior.
Los rebeldes contraatacan
El estancamiento de la demanda está llevando a una sublevación en las filas de la organización y sus aliados directos, el OPEP+. Según el último informe de S&P Global la producción de petróleo ha superado en 319.000 barriles diarios en marzo los límites acordados. Se trata del mayor incumplimiento en 8 meses y lleva la producción total a los 41,04 millones de barriles diarios. En ese sentido, hay tres países que han sido los principales responsables y que ya son viejos conocidos: Kazajistán, Irak y Emiratos Árabes Unidos.

La república exsoviética ha aumentado el bombeo en marzo, contradiciendo sus declaraciones previas. Astaná ha decidido incrementar en 37.000 barriles diarios hasta los 1,85 millones de barriles. Supone 422.000 barriles diarios más que el nivel de bombeo comprometido. El país asiático había jurado reducir su cuota para compensar los meses de engaño, promesa de nuevo rota a los ojos de una Riad furiosa por los países díscolos.
En el caso de Irak, la propia Agencia Internacional de la Energía cree que Bagdad está engañando a sus socios directos. El organismo estima que la producción de crudo de Irak en febrero fue de unos 300.000 barriles diarios superior al techo acordado por la OPEP+, dejando el bombeo total del país en 4,3 millones de barriles diarios.
Desde S&P Global explican que estas medidas pueden ser la clave que termine generando un bucle bajista para el petróleo. "La sobreproducción persistente que se generó fue una de las claves que explican la enorme flexibilización por sorpresa de los recortes que vimos en abril", explica la agencia. En resumen, los mayores sacrificados estaban hastiados que estaban pagando con menos producción los ingresos de otros que seguían inyectando 'oro negro' y ganando dinero a costa de los precios que ellos estaban sosteniendo.
En consecuencia, decidieron apretar el gatillo para aumentar sus ingresos dañando así a esos 'rebeldes'. S&P Global defiende que "esto, sumado a la imposición de aranceles por parte del presidente estadounidense Donald Trump a ciertos socios comerciales, en particular a China, y a las medidas de represalia, ha impulsado la volatilidad del precio del petróleo".
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