
La industria eólica europea ha presentado hoy un ambicioso "Nuevo Pacto para la Eólica Marina" con el objetivo de acelerar y descarbonizar el sistema energético de la Unión Europea, fortalecer su seguridad energética y reactivar la competitividad industrial del continente. Entre las principales propuestas, el sector reclama a los gobiernos europeos que subasten al menos 100 GW de nueva capacidad eólica marina entre 2031 y 2040, a través de un sistema de Contratos por Diferencia bilaterales (CfD) que ofrezca visibilidad a largo plazo y reduzca los riesgos para los inversores.
La iniciativa busca coordinar mejor el desarrollo eólico entre países y garantizar un ritmo de instalación constante y predecible —unos 10 GW anuales durante la próxima década— para facilitar la planificación industrial, maximizar las inversiones y reducir costes.
El anuncio llega en un momento clave para Europa, que enfrenta una triple urgencia: reducir su dependencia energética en un contexto geopolítico incierto, avanzar en sus compromisos climáticos y abaratar el precio de la electricidad para hogares e industrias. La eólica marina se perfila, según el sector, como una solución asequible y escalable para cumplir esos objetivos.
Para garantizar la viabilidad de este despliegue, el pacto propone que las subastas se realicen bajo contratos estables, con precios fijos e indexados, que den certidumbre financiera a los promotores y faciliten el acceso a capital en mejores condiciones. Esta previsibilidad permitiría, además, reducir los costes nivelados de la electricidad (LCOE) de la eólica marina en un 30% para 2040, gracias a una mayor estandarización, mejoras industriales y menores costes de capital.
En paralelo, la industria se compromete a aumentar su capacidad de inversión, ampliar su base manufacturera y generar empleo de calidad en comunidades costeras, al tiempo que contribuye a diversificar el suministro energético y aumentar la resiliencia del sistema.
Pese al avance de la eólica marina en la última década —con fuerte crecimiento y caída de costes—, la industria alerta de que la incertidumbre inversora y los marcos regulatorios poco atractivos están poniendo en riesgo nuevos proyectos. La necesidad de alcanzar 15 GW de instalaciones anuales en la década de 2030 requiere un entorno propicio, con más electrificación, planificación de redes y mecanismos de financiación adecuados.
El nuevo pacto no solo apela a los gobiernos para establecer objetivos claros y mecanismos de apoyo eficientes, sino que también propone una hoja de ruta compartida para construir una industria eólica marina sostenible y competitiva en Europa. El modelo se apoyaría en una combinación de CfD y acuerdos bilaterales de compra de energía (PPA), junto a reformas estructurales para mejorar la conexión a red y acelerar la transición energética.