
La nueva casa conocida como Copper Bottom, o la casa revestida de cobre, diseñada por el arquitecto Adrian James, y construida en Oxford, se presenta como un revolucionario modelo de sostenibilidad y estética. Este proyecto de vivienda se destaca no solo por su distintivo revestimiento de cobre, sino también por su capacidad de operar con cero emisiones de carbono, convirtiéndose en un referente de construcción ecológica.
La estructura de Copper Bottom refleja la premisa de que la forma sigue a la función. En lugar de ver la necesidad de una casa pasiva como una limitación, James la transforma en una oportunidad para innovar arquitectónicamente. Cada ángulo y cada pliegue de la casa están diseñados específicamente para maximizar la eficiencia energética, actuando como 'brise-soleil' y porche, protegiendo a sus ocupantes del sol intenso del verano.
El revestimiento de cobre, que recuerda a las delicadas formas del origami, no solo es estéticamente atractivo, sino que también cumple funciones prácticas. El diseño incluye elementos como "orejas" que actúan como conductos de ventilación, permitiendo que el aire caliente sea expulsado durante las noches de verano, contribuyendo de esta manera a la regulación térmica de la vivienda. Esta atención al detalle subraya un enfoque holístico hacia el confort y la sostenibilidad.
El uso del cobre en la construcción de Copper Bottom no es casualidad. Este metal, conocido por su durabilidad y resistencia a la corrosión, permite que la casa tenga una vida útil mucho más larga que la mayoría de los materiales de construcción. Además, el cobre utilizado en el proyecto es 100% reciclado, alineándose perfectamente con los principios de la economía circular. Aunque el proceso de patinado del cobre puede llevar tiempo, se ha optado por un acabado que armoniza con el entorno natural que rodea la casa, según detallan desde el estudio arquitectónico.
La "central eléctrica habitable"
Copper Bottom es, en esencia, una "central eléctrica habitable". Equipado con 37 paneles fotovoltaicos, el hogar genera más energía de la que consume, lo que permite no solo cubrir las necesidades de sus habitantes, sino también contribuir positivamente al medio ambiente. La construcción de la casa, con una huella de carbono baja, se realizó utilizando madera que captura carbono, lo que refuerza aún más su estatus como un edificio carbono negativo, como describen en The Guardian.
La ubicación del proyecto también juega un papel crucial en su sostenibilidad. Situado a solo 15 minutos en bicicleta del centro de Oxford, Copper Bottom permite un estilo de vida que favorece el transporte no motorizado, minimizando así el coste de carbono asociado al transporte. Con un entorno que parece un campo abierto, la casa se integra perfectamente en el paisaje rural, promoviendo un estilo de vida sostenible y saludable.
El interior de Copper Bottom es un refugio de paz y luminosidad. La galería de doble altura, que sirve como el corazón de la casa, está diseñada para maximizar la luz natural y las vistas hacia el exterior. Con espacios que fluyen de manera orgánica, la casa no solo es funcional, sino que también ofrece un ambiente acogedor, donde cada elemento ha sido cuidadosamente considerado para garantizar una experiencia de vida cómoda y estética.
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