
Naturgy sigue reduciendo sus compromisos de compra de gas natural. La compañía ha pasado de contar con acuerdos por 83.300 millones en el año 2022 a cerrar el ejercicio de 2024 con 45.269 millones de euros, es decir, 38.031 millones menos en apenas dos años, un 45,6% menos.
Esta rebaja se produce en línea con la bajada de precios del gas que prevé la compañía en su plan estratégico y las menores compras que registrará en los próximos años por una sustitución paulatina por la producción propia de biometano.
En 2018, con la llegada de Francisco Reynés a la presidencia, Naturgy llevó ya a cabo un importante ajuste. En aquel momento, se pasó de 83.630 millones de euros hasta 59.045 millones, es decir, un recorte de 24.585 millones.
La cifra siguió reduciéndose al siguiente ejercicio de 2020 hasta el mínimo de 53.650 millones. En 2021, la empresa volvió a incrementar sus compromisos y los elevó hasta los 64.710 millones. Y en 2022, ya en plena crisis del gas, subió con fuerza sus compromisos y recuperó los niveles de 2018 con 83.300 millones.
Ajuses con Sonatrach
Según indica la compañía en su informe anual de resultados, la compañía estatal argelina Sonatrach tendrá que pagarles 351 millones de euros como compensación por los precios del gas pagados durante el año 2024. Ambas empresas han pactado que el pago de esta cantidad se lleve a cabo este ejercicio.
Por otro lado, Naturgy mantendrá los 26,5 euros por acción en su oferta de compra por el 10% de su propio capital social incluso después de abonar el dividendo previsto para este próximo mes de marzo de 0,6 euros por acción.
La compañía ha asegurado a la CNMV que no revisará este precio a la baja, pactado en el pasado consejo con sus principales accionistas y que supondrá un desembolso de alrededor de 2.300 millones de euros para poder hacerse con una cartera de 88 millones de acciones.
Naturgy ha asegurado que en los próximos tres años tiene previsto repartir 5.800 millones en dividendos dentro su plan hasta 2027.El Gobierno impuso a BlackRock e IFM -dos de los principales accionistas de la gasista- la necesidad de mantener una política prudente de dividendos.
La compañía, que pasará prácticamente a contar con un pay out del 100%, podrá en todo caso seguir manteniendo inversiones por 6.400 millones en los próximos tres años gracias a su fuerte capacidad de generación de caja. Pese a esto, la empresa plantea que seguirá incrementando en los próximos años su nivel de deuda, aunque en ningún caso estará cerca de perder la calificación crediticia que le otorga S&P.
El Gobierno, con el que la compañía mantiene una relación constante al tener una parte importante de negocio regulado, no se ha pronunciado sobre esta propuesta, al contrario de lo que hiciera con el proyecto Géminis, sobre el que mostró un rechazo frontal. De este modo, la compañía someterá a su junta el próximo 25 de marzo la votación de esta operación, un extremo más formal que real toda vez que ya se ha recibido la aprobación del consejo en el que está representado al 85 por ciento del capital. La operación supone un movimiento para pacificar la compañía y la convierte en más atractiva.