
Es 12 de enero de 2021. Estados Unidos todavía se encuentra en shock por el asalto al Capitolio y Donald Trump es visto como uno de los instigadores del desencuentro. Ese día, el presidente saliente firma una orden ejecutiva que promueve el uso de minirreactores nucleares modulares (SMR, por sus siglas en inglés) en la defensa y la exploración espacial ocho días antes de abandonar la Casa Blanca. En la misma orden, Trump asevera que la energía nuclear es "crítica para la seguridad nacional de Estados Unidos". Actualmente, la tecnología nuclear genera la sexta parte de la energía estadounidense (18,6%), similar a España.
Cuatro años después, el magnate neoyorquino regresa al Despacho Oval y promete volver a revolucionar la política estadounidense. Al frente del Departamento de Energía ha puesto a Chris Wright, CEO de Liberty Energy, una de las corporaciones de electricidad más grandes del país, y fiel defensor de los combustibles fósiles. Trump ha defendido durante toda su campaña su aprecio por los derivados del petróleo, gas y carbón. Pero ¿qué ocurrirá con la energía nuclear? ¿Vivirá una nueva edad de oro atómica la primera potencia mundial?
"Resurrección y expansión nuclear"
El primer mandato de Trump (2017-2021) ya fue favorable a la energía nuclear. La orden sobre los SMR supuso el colofón de varias directivas presidenciales que a lo largo de los años habían promocionado la "resurrección y expansión" —según dijo Trump— de esta tecnología en Estados Unidos. Un memorándum de 2019 enunció, además, la intención del presidente de asegurar el suministro de uranio, materia prima de las centrales de fisión.
Durante la campaña electoral de este año, Trump aseguró que su intención era que Estados Unidos tuviese los precios de la energía "más bajos del mundo". El presidente electo prometió apoyar la energía nuclear y reformar la Comisión Regulatoria Nuclear (similar al Consejo de Seguridad Nuclear en España).
Sus aliados, principales interesados
La elección de Chris Wright como secretario de Energía parece ahondar en esa intención. Wright, además de CEO de una energética fósil, es miembro del consejo de administración de Oklo, un fabricante nuclear. Tanto Liberty Energy (más de un 6%) como Oklo (más de un 20%) han subido en bolsa en el último mes.
Wright no es el único aliado de Trump que está interesado en el desarrollo de la industria atómica. El adalid mayor durante la campaña del republicano, Elon Musk, ha lanzado varios mensajes a favor de la fisión. "Los riesgos de la energía nuclear se han exagerado enormemente", dijo el nuevo responsable de recortar el Gobierno federal, quien añadió que se debería promover "una reforma importante en el sector nuclear".
SpaceX, una de las firmas más importantes de Musk, sería una de las más interesadas de una apuesta federal por lo atómico. La orden presidencial de 2021, que ordenaba a la NASA y al Departamento de Defensa integrar los reactores modulares SMR en la exploración espacial y en la tecnología militar estadounidenses, puede suponer un espaldarazo a la compañía aeroespacial. Los principales clientes de SpaceX son justamente el Pentágono y el Centro Espacial Kennedy, y la empresa ha prometido desarrollar cohetes propulsados con energía nuclear para reducir a la mitad el tiempo de viaje a Marte.
El mercado atómico, en pleno crecimiento
Los inversores están lanzándose a por la energía nuclear, lo que puede ser otra razón para que Trump favorezca al sector. La Agencia Internacional de la Energía ha revisado por cuarta vez sus proyecciones al alza y estima que para 2050 la capacidad nuclear mundial se incremente en 2,5 veces. Firmas internacionales como Bank of America, Goldman Sachs o Morgan Stanley quieren aumentar esa previsión y triplicar la inversión en capacidad nuclear, según el Foro Económico Mundial.
El apetito nuclear se aprecia en activos destacados más allá de Okla:
- Constellation Energy , la principal productora de fisión de Estados Unidos, ha más que duplicado su valor en lo que llevamos de año (un incremento del 118%) u su capitalización bursátil supera los 78.000 millones de dólares (74.000 millones de euros).
- NuScale , fabricante de los reactores SMR, llamados a revolucionar la energía nuclear por ser más baratos que los convencionales, ha octuplicado su valor (781%) en lo que llevamos de año. Su capitalización ya supera los 7.000 millones de dólares (6.700 millones de euros).
- VanEck Uranium and Nuclear Energy es el principal fondo cotizado del sector (ETF). Desde enero, ha incrementado su valor un 35% y sus títulos se intercambian ya a 96 dólares (92 euros).
Descarbonización, IA y diversificación
¿De dónde sale tanto apetito por la energía nuclear? Hay una causa que los principales bancos apuntaron en una cumbre climática previa a la COP 28 del año pasado: la transición energética. Los principales inversores del mundo creen que la energía nuclear es clave para acelerar la descarbonización de la economía.
A esto se le suman los recientes anuncios de las principales corporaciones tecnológicas del mundo para instalar reactores SMR o rehabilitar centrales nucleares. Amazon, Google o Microsoft buscan dar salida a la increíble demanda de energía que los centros de datos y la inteligencia artificial necesitarán de aquí a 2030.
El anuncio casi simultáneo de las tres firmas, más las inversiones de otros sectores como la movilidad eléctrica (aquí Musk vuelve a tener intereses debido a Tesla) auguran una demanda tecnológica e industrial importante. Sam Altman, cofundador de OpenAI, es el presidente del consejo de administración de Okla, la compañía nuclear en la que también tiene presencia e intereses Chris Wright.
La última razón en importancia la dio el propio Trump en su orden de 2021: "La seguridad nacional de Estados Unidos". Las crisis derivada por la pandemia, el desajuste de las cadenas de suministros y el incremento de los conflictos como las guerras en Ucrania o en Oriente Próximo ha desembocado en la búsqueda de una amplia diversidad de fuentes de energía. Aunque EEUU no es dependiente energéticamente, el previsible impulso republicano a la tecnología nuclear buscará garantizar esa seguridad nacional.