Barcelona
El Govern cierra filas con la voluntad del Gobierno de consolidar el impuesto extraordinario a las energéticas para convertirlo en definitivo. En la rueda de prensa posterior al Consell Executiu, la portavoz del ejecutivo catalán, Sílvia Paneque, ha hecho un llamamiento a la "responsabilidad" de las compañías del sector.
Además, ha evitado recoger el guante de Foment del Treball, que ayer reclamó al Govern que intercediera ante el Ejecutivo central para frenar la perpetuación del gravamen introducido en 2022. La patronal catalana teme que el impuestazo a las energéticas --que calificó como un "golpe fiscal"-- ponga en riesgo la vitalidad del polo químico de Tarragona.
"Acompañaremos a las empresas pero bajo el principio de que debe haber una fiscalidad responsable", ha razonado Paneque. De forma insistente, la portavoz se ha escudado en esta expresión para mostrar su respaldo a la decisión de Moncloa, si bien ha abierto la puerta a otras medidas que faciliten las inversiones.
"Hay muchas maneras de acompañar las inversiones en Cataluña. No todas pasan por las rebajas fiscales", ha argumentado.
"Acompañaremos y crearemos marcos estables de desarrollo de inversiones que ya tenemos y también de otras nuevas, pero debemos trasladar el mensaje de que la fiscalidad debe tener un factor de responsabilidad", ha reiterado la portavoz.
Además, ha vinculado esta fiscalidad "responsable" con las grandes "transformaciones" en ámbitos como la gestión del agua y la transición energética, que se sitúan entre los principales objetivos del Govern.
La postura del ejecutivo autonómico contrasta con la oposición de Junts per Catalunya. La formación posconvergente no ve con buenos ojos la prolongación del gravamen y no apoyará esta medida fiscal, según ha adelantado On Economia. El PNV también ha expresado su negativa a la ampliación del impuesto por el miedo a la pérdida de inversiones industriales.