
Francia ha retomado su trono. El país galo se había convertido en 2022 en importador neto de energía tras cuarenta años, siendo un gran exportador. Sin embargo, las primeras cifras que unen todo su comercio eléctrico en 2023 muestran que el país no solo ha vuelto a vender al resto del mundo a pleno pulmón, con unas exportaciones netas de 58 teravatios hora, sino que se ha convertido en la mayor fuente de suministro de energía para el exterior de toda Europa. De este modo, un país que no cuenta con recursos propios para abastecer su red, como puede ser gas o petróleo, vuelve a confirmar su 'milagro energético' que le permite abastecerse sin depender del exterior y, además, ganar dinero por el camino abasteciendo a sus vecinos.
Concretamente Alemania e Italia han sido los principales clientes del país galo, dos países a los que ha enviado 8 teravatios hora a cada uno. En cualquier caso este dominio francés ha venido superando tanto a Noruega como Suecia, los dos países nórdicos que se habían convertido en los últimos años en un referente por su proximidad y enorme producción de energías bajas en carbono. En el caso concreto de Noruega, este excedente se ha mezclado con que, gracias a una producción propia de petróleo y gas pueden obtener un respaldo para su suministro energético. Concretamente, el crudo supone cerca del 25% del mix del país del norte, mientras que el gas es el 21,8%, según datos de la Agencia Internacional de la Energía.
En el caso de Francia, a pesar de que entre el crudo y el gas suponen un 45% de su mix energético, apenas produce estas materias primas, por lo que es un factor que supone un lastre para su balanza comercial. Un 'handicap' que el país ha podido subsanar gracias a una enorme industria nuclear y una potente producción renovable de apoyo, en particular de biomasa, que supone cerca de un 16% de toda su producción.
En cualquier caso, volviendo a su balanza comercial energética, la mayor de Europa, la realidad es que ha empezado 2024 on fire. El primer trimestre de 2024 ya ha disparado sus exportaciones de electricidad un 500% según datos de LSEG y se prepara para un año totalmente récord. Las ventas totales solo de electricidad en los tres primeros meses del año han sido de 19.684 gigavatios hora. Todo esto mientras sus venidos, Noruega, Suecia, España y República Checa, han visto caer sus ventas al exterior cerca de un 23%.
Dadas estas cifras, los expertos de LSEG estiman que Francia logrará un comercio neto de energía dde 122,6 teravatios hora frente a los 58,5 teravatios hora de 2023. Un auténtico boom del 141% que se explica por una conjunción de factores que se suman a los que ya se han producido en 2023. Respecto a los que se dieron el año pasado, desde Montel señalan que "una baja demanda interna y una reactivación de toda su infraestructura nuclear llevaron a estas cifras". En ese sentido, Clement Bouilloux, analista de la firma señala que el fenómeno explotó en la segunda mitad del año, entre octubre y diciembre, particularmente. En ese momento "se produjeron unas temperaturas más cálidas de lo esperado condujeron a una menor demanda y, como resultado, Francia se dedicó a exportar electricidad con bajas emisiones de CO2 a toda Europa".
Ahora los expertos creen que mientras Europa y el mundo demandarán más energía por un despertar económico tras un año y medio lastrado por los altos tipos de interés de los bancos centrales, esta situación pillará a Francia produciendo más que nunca, logrando un gran excedente con el que satisfacer esta demanda. En ese sentido destaca, tanto el año pasado como este, el auge de la 'llave' del país galo para lograr su independencia energética, su gran infraestructura nuclear.
La nuclear vuelve a su senda
La energía nuclear es la clave del éxito en Francia. Esta energía ha desempeñado un papel clave a la hora de asegurar la soberanía energética del país y de lograr este récord de exportaciones que ha aupado a Francia al primer puesto de Europa, convirtiendo a esta economía en una auténtica potencia energética. De una forma ordinaria y simplista se podría decir que hoy Francia es la Arabia Saudí de la electricidad. Esta es la clave de su éxito.
Francia obtiene alrededor del 70% de su electricidad de la energía nuclear, debido a una política larga y continuada (una diferencia clave con otros países) basada en la seguridad energética. Francia tiene 18 centrales nucleares comerciales con un total de 56 reactores operativos. Todas las centrales eléctricas son operadas por EDF. Además, en febrero de 2022, Francia anunció planes para construir seis nuevos reactores y considerar la posibilidad de construir ocho más.
De este modo, salvando la singularidad de 2022 (varios reactores se detuvieron a la vez para realizar importantes tareas de mantenimiento), Francia suele ser el mayor exportador neto de electricidad del mundo debido a su bajísimo coste de generación, y gana con ello más de 3.000 millones de euros al año, según la World Nuclear Association (WNS).
"La baja demanda y el hecho de que gran parte de la flota nuclear de Francia volvió a funcionar han sido los factores clave"
"Francia ha sido siempre un país muy activo en el desarrollo de tecnología nuclear. Los reactores y, especialmente, los productos y servicios combustibles han sido una exportación importante. Alrededor del 17% de la electricidad de Francia proviene de combustible nuclear reciclado", aseguran estos expertos.
Según revelan los expertos, gran parte de la exportación neta de electricidad por parte de Francia, como señaló Clément Bouilloux, analista senior de Montel EnAppSys, ha sido gracias al exceso de energía nuclear que produce, aunque también hay otros factores. "La baja demanda y el hecho de que gran parte de la flota nuclear de Francia volvió a funcionar han sido los factores clave en el ascenso del país a la cima de la tabla de exportaciones netas de energía de Europa en el transcurso del año pasado", asegura, y agrega: "El regreso de la flota nuclear, aunque lejos de estar completa, redujo la necesidad de que Francia utilizara importaciones".
Una gran parte de la flota nuclear de Francia había quedado inutilizada en los últimos años tras el hallazgo de una fisura por corrosión en la planta de Civaux en 2021. Las inspecciones posteriores en otras plantas provocaron paradas por reparaciones, que continuaron durante todo 2023.
Bouilloux explica que la producción de electricidad se mantuvo estable durante todo el año, presentando una tendencia creciente. Sin embargo, "en la segunda mitad de 2023, Francia consumió menos energía (18 TWh) que en la primera mitad de 2023, lo que significaba que tuvo más margen para enviar energía a otros países en los momentos en que la necesitaban. Gracias a ello, Francia pudo exportar electricidad con bajas emisiones de CO2 a toda Europa".

Además, de cara a 2024 esta industria nuclear parece que producirá mucho más que en los últimos dos años. Solo en los tres primeros meses de 2023 la producción de este tipo de energía ha crecido un 11,6% y ya está en su nivel más alto desde principios de 2021. Las estimaciones de la ANS apuntan a que Francia producirá hasta 345 teravatios hora por esta vía. Aunque está lejos de sus cifras de su última década (con una media de 395 teravatios hora. La realidad es que supone un 'boom' clave y lo que le dará la base a su oferta energética en un momento especialmente necesario,
Desde BNP Paribas explican que en 2022 "el mantenimiento de un gran número de centrales llevó a que la producción de electricidad generada con energía nuclear se situara en su nivel más bajo desde 1988 y por debajo del consumo, lo que obligó a Francia a importar electricidad por primera vez". Un capítulo que el país ha cerrado, recuperando así su trono.
De este modo, Francia está mostrando el camino de la soberanía energética a Europa. Son varios los países que han comprendido que el modelo de Francia parece el más seguro, aunque su coste inicial es extremadamente elevado y requiere de un proceso de aprendizaje (hoy parece que Europa no recuerda cómo construir centrales nucleares).
Muchos países han dado un giro de 180 grados en materia de energía nuclear. Entre estas economías destacan Estados Unidos, Corea del Sur, Bélgica y Finlandia. Incluso Japón, el único país que sufrió tanto un ataque nuclear como un incidente en una central, ha vuelto a poner en funcionamiento reactores nucleares. Mientras tanto, países pronucleares como Francia, el Reino Unido y los Países Bajos están duplicando sus flotas de reactores nucleares. Además, un número cada vez mayor de países que hasta la fechan han renunciado a generar energía nuclear, como Polonia (también europeo y de la UE), Sudáfrica, Indonesia y Vietnam, ahora lo están considerando, según destaca un informe de BCA Research sobre el boom en inversión que empieza a vivir este sector.
"Por primera vez en muchas décadas, hay voluntad y capacidad para realizar inversiones en la industria nuclear"
El objetivo principal de la declaración exige una desviación masiva de capital hacia la inversión nuclear. La Agencia Internacional de la Energía estima que la inversión nuclear mundial ya dio un salto sustancial en 2023, hasta alcanzar los 63.000 millones de dólares desde 50.000 millones de dólares en 2022 y desde un promedio de 32.000 millones de dólares entre 2011 y 2021. Según su escenario 'net zero', la AIE pronostica que la inversión nuclear global promediará 125.000 millones de dólares cada año entre 2026 y 2030. "No es de extrañar que los precios del uranio estén por las nubes", aseguran desde BCA Research.
Jeremie Peloso, analista de BCA Research, lo tiene claro: "No importa cómo se mire, la energía nuclear es superior a cualquier otra tecnología existente. El hecho de que tanto la energía solar como la eólica hayan experimentado un enorme crecimiento sólo puede explicarse por el fuerte apoyo político que han recibido. La narrativa de las últimas dos décadas ha sido que la energía solar y la eólica son las buenas y la nuclear la mala"... Pero esto, parece estar cambiando a pasos agigantados. "Por primera vez en muchas décadas, hay voluntad y capacidad para realizar inversiones en la industria nuclear, que una vez más se está convirtiendo en un sector en crecimiento", sentencia el experto.
Avances en la renovable
En ese sentido, aunque la nuclear sea la base sobre la que Francia ha conseguido su éxito, las renovables pueden ser un factor clave que explique su boom incontestable de producción. Las energías eólica y solar ya se han disparado un 11% en este trimestre, impulsando las exportaciones. Esta fuente de energía es clave para suministrar a países vecinos, como Alemania o Italia, que demandan energía verde para su suministro eléctrico y necesitan que provenga de un país con interconexiones y cercano, que pueda garantizar su abastecimiento.
Concretamente, Francia está reforzando de forma muy sensible su capacidad solar instalada y de hecho Francia ha ido añadiendo poco a poco más gigavatios. Concretamente, según los datos de Enedis, la potencia francesa cerró 2023 con cerca 19,32 gigavatios totales frente a los 10,94 que tenía en 2020. Según sus estimaciones, esta potencia llegará a los 22,7 en 2024 y a los 26,4 en 2025.
Además, La industria eólica gala produjo en 2023 cerca 48.000 millones de kilovatios hora de electricidad un aumento del 31% respecto a 2022 y el récord absoluto de toda su historia, según datos del operador de la red eléctrica, RTE.
Este factor, junto con el retorno de la nuclear a su época dorada, permitirá una fuerte inyección de oferta energética en los mercados de toda Europa. Este impulso francés, junto con una mayor producción renovable en todo el continente, es un factor clave para que la industria europea, lastrada en parte por unos precios energéticos más elevados tras la desconexión con Rusia, un problema que no consigue solucionar por completo desde que estallase la guerra de Ucrania.