
Chesapeake Energy Corporation ha llegado a un acuerdo por el que se combinará con Southwestern Energy mediante un intercambio de acciones con una valoración de 7.400 millones de dólares (6.758 millones de euros) que dará origen al mayor productor estadounidense de gas, que cambiará el nombre de la empresa combinada al completar la transacción.
Según los términos del acuerdo entre las compañías, conocido este jueves, los accionistas de Southwestern recibirán 0,0867 acciones ordinarias de Chesapeake por cada acción ordinaria de Southwestern en su poder, lo que equivaldría a 6,69 dólares por acción, según el precio marcado el miércoles al cierre por Chesapeake, informa Europa Press. Los títulos de Chesapeake repuntaron ayer más de un 3% en Wall Street y ganan otro 3% este viernes antes de la apertura de Wall Street. Los de Southwestern se dejaron el jueves casi un 2,5%, pero avanzan un 2% hoy.
Con esta ecuación de cambio, la empresa combinada tendría un valor empresarial de aproximadamente 24.000 millones de dólares (21.920 millones de euros). Los accionistas de Chesapeake poseerán aproximadamente el 60% y los de Southwestern aproximadamente el 40% de la compañía combinada.
El cierre de la transacción, que ha sido aprobada por los consejos de administración de ambas compañías, está previsto para el segundo trimestre de 2024, en función de las condiciones de cierre habituales, incluidas las aprobaciones de los accionistas de Chesapeake y Southwestern y las autorizaciones regulatorias pertinentes.
Tras completarse la fusión, la junta directiva de la empresa combinada aumentará a 11 miembros e inicialmente estará compuesta por siete representantes de Chesapeake y cuatro de Southwestern. En concreto, Nick Dell'Osso, actual presidente y consejero delegado de Chesapeake ocupará los mismos cargos en la empresa combinada, que tendrá su sede en Oklahoma City, aunque manteniendo una presencia material en Houston.
"Esta poderosa combinación redefine la producción de gas natural, formando el primer productor independiente con sede en los EEUU que realmente puede competir a escala internacional", ha afirmado Nick Dell'Osso. "Juntos, Southwestern y Chesapeake pueden impulsar mejores márgenes y retornos de nuestras carteras altamente complementarias a través de una escala mejorada", ha apuntado, Bill Way, presidente y consejero delegado de Southwestern.
La adquisición coloca a Chesapeake en posición de enfrentarse a su mayor rival nacional, EQT, y amplía sus participaciones en dos regiones clave para la perforación: la cuenca de Marcellus, en los Apalaches, y la cuenca de Haynesville, a caballo entre Luisiana y el este de Texas, precisa Bloomberg. Los recursos adicionales de Haynesville permitirán a Chesapeake aprovechar mejor las crecientes exportaciones estadounidenses de gas natural licuado (GNL) a través del Golfo de México. "El mundo tiene escasez de energía y la demanda de nuestros productos está creciendo, tanto en EEUU como en el extranjero", ha dicho Dell'Osso.
Dell'Osso, CEO de Chesapeake: "El mundo tiene escasez de energía y la demanda de nuestros productos está creciendo, tanto en EEUU como en el extranjero"
El contexto lo marcan las crecientes exportaciones de GNL a una Europa que sigue buscando prescindir del gas ruso. Estas exportaciones al Viejo Continente también se han visto en aumento por las dificultades de conducirlas hacia Asia por el Canal de Panamá debido a la sequía en la zona.
Chesapeake planea integrar los equipos de perforación y fracturación de Southwestern, ya que las empresas combinadas pretenden "garantizar que obtenemos el mejor talento de ambas organizaciones", ha enunciado el primer directivo de Chesapeake.
La oleada de fusiones y adquisiciones entre los productores de petróleo y gas de EEUU ha ido en aumento a medida que intentaban reducir costes y encontrar nuevos emplazamientos de perforación. En octubre, ExxonMobil llegó a un acuerdo de 60.000 millones de dólares para comprar Pioneer. Poco después, Chevron hizo lo propio con Hess por 53.000 millones de dólares. Y en diciembre, Occidental Petroleum acordó adquirir CrownRock por 10.800 millones de dólares.
La Comisión Federal de Comercio ha estado examinando los grandes acuerdos petroleros y gasísticos. La agencia ha solicitado más información a Exxon Mobil y Chevron tras sus masivas adquisiciones de octubre. Aunque el acuerdo Chesapeake-Southwestern es mucho menor que los anteriores desde el punto de vista financiero, la unión crea con mucho el mayor productor de gas natural de EEUU y podría ser objeto de un escrutinio similar.
La fusión marca la siguiente etapa en la evolución de Chesapeake, "convirtiéndola en la mayor firma de E&P (exploración y producción) de gas natural en los EEUU por producción, reservas probadas, capitalización de mercado y valor de la empresa, al tiempo que aumenta su superficie de doble cuenca", escribió Gabriele Sorbara, director gerente de Siebert Williams, en una nota de analista.
El movimiento de Chesapeake para convertirse en una compañía de gas más pura se agudizó el año pasado cuando salió del sur de Texas y vendió sus activos restantes de petróleo y gas de Eagle Ford a SilverBow Resources por 700 millones de dólares.
Chesapeake y su difunto cofundador, Aubrey McClendon, fueron pioneros de la moderna industria del fracking, desarrollando muchas de las prácticas empresariales y de perforación que definieron el auge del esquisto en la década de 2000.
Mientras que la subida de los precios del petróleo desde la pandemia ayudó a Exxon y Chevron a alcanzar los grandes acuerdos de adquisición que anunciaron el año pasado, el gas no ha presentado la misma oportunidad. Mientras que los precios del gas natural se dispararon el año siguiente a la invasión rusa de Ucrania, fueron mucho más bajos en 2023. Eso ha llevado a los exploradores a ser más conservadores a la hora de gastar.