Energía

La OTAN refuerza la protección del gasoducto Trans Adriatic de Enagás

  • Envía dos buques buscaminas para ampliar la vigilancia junto a la Marina italiana
  • Alemania ha sufrido esta semana el segundo sabotaje de un gasoducto, el ETL 180
Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN

La OTAN ha decidido reforzar la protección del gasoducto submarino Trans Adriatic Pipeline. La Alianza ha enviado dos buques cazaminas de la Agrupación Permanente de Contramedidas hasta el mar Adriático para que colaboren estrechamente con la Marina italiana y las autoridades locales en la vigilancia de este gasoducto clave para el suministro de Europa.

El envío se produce al mismo tiempo que Alemania sufre otro sabotaje, esta vez en el gasoducto ETL180 -todavía en construcción- que está siendo investigado por la Fiscalía del país al tratarse de una infraestructura esencial.

El TAP empezó a transportar gas en 2020 a través de 55.000 tubos que se extienden a lo largo de 878 kilómetros desde Grecia y Albania y discurre bajo el mar Adriático hasta Italia, suministrando a unos siete millones de hogares. Según los últimos datos, este gasoducto transportó a Europa el año pasado más de 11 bcm de gas, es decir, una cantidad equivalente a un tercio del consumo español.

Este refuerzo de la seguridad en el Adriático se produce en medio de las crecientes tensiones existentes en el mar Rojo y tras el sabotaje del Nord Stream el pasado año.
La OTAN creó en marzo del 2023 una célula de coordinación de infraestructuras submarinas con la que pretendía cartografiar las vulnerabilidades y coordinar los esfuerzos para reducirlas entre sus Aliados, socios y el sector privado. También se creó un grupo de trabajo OTAN-UE sobre resiliencia y protección de infraestructuras críticas.

La supervisión periódica de la integridad de las Infraestructuras Submarinas Críticas (CUI), incluidos los gasoductos y los cables de comunicación, garantiza tanto la transferencia de suministros energéticos como el intercambio de datos entre naciones.
Aproximadamente un tercio de los recursos naturales se transportan a través de tubos submarinos, mientras que prácticamente todas las conexiones a Internet, incluidas las transacciones económicas y financieras, se comparten de esta manera.

Los buques aliados se entrenan continuamente para mejorar su capacidad de vigilancia y protección, al tiempo que permanecen preparados para hacer frente a cualquier amenaza contra las infraestructuras marítimas o la libertad de navegación.

Enagás acordó en enero del año pasado con la suiza Axpo la compra de un 4% de Trans Adriatic Pipeline (TAP) por un importe de 168 millones, porcentaje que se suma al 16% que la compañía ya tenía. Con esta operación, Enagás reforzó el cumplimiento del objetivo anunciado en la presentación de su Plan Estratégico 2022-2030 de contribuir a reforzar la seguridad de suministro energético y a la descarbonización en Europa.

Tras el cierre de la adquisición, la composición accionarial de TAP quedó con una participación de Enagás del 20%, el mismo porcentaje que la británica BP, la azerí SOCAR, la italiana Snam y la belga Fluxys. Esta última también ha alcanzado este porcentaje después de un acuerdo de adquisición del 1% que estaba en manos de la compañía suiza Axpo.

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